La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos podría acelerar la retirada de su multimillonario programa de compra de bonos para tratar de contener la inflación en medio de la preocupación por la llegada de la nueva variante ómicron del COVID-19, indicó su presidente, Jerome Powell.
En una comparecencia ante el comité bancario del Senado, Powell apuntó que tiene sentido que la Fed analice cerrar más rápido de lo anticipado estas inyecciones masivas de liquidez, puestas en marcha en marzo del 2020 para respaldar la economía ante el impacto de la pandemia.
“La economía es muy fuerte y las presiones inflacionarias son altas, y por lo tanto es apropiado a mi juicio acelerar la conclusión de nuestras compras de bonos quizá unos meses antes”, señaló ante los legisladores.
Powell indicó que espera que esa cuestión sea “discutida” en la próxima reunión de política monetaria prevista para el 14 y el 15 de diciembre.
“La amenaza de una persistente elevada inflación ha crecido”, reconoció el banquero central, en contraste con su insistencia en los últimos meses en que sería de carácter “temporal” y “transitoria”.
En octubre, la inflación interanual se ubicó en Estados Unidos en el 6.2%, el mayor nivel en tres décadas en el país.
En su último encuentro a comienzos de este mes, la Fed dejó sin cambios los tipos de interés en el rango de entre 0% y 0.25% y anunció el inicio de la rebaja de las inyecciones de liquidez en US$ 15,000 millones al mes.
Con esa decisión el volumen de compras mensuales de bonos, hasta ahora de US$ 120,000 millones, se iría reduciendo progresivamente con el objetivo de acabar completamente con el programa a mediados del 2022.
La Fed presentará en diciembre sus nuevas previsiones macroeconómicas, que en septiembre situó en una tasa de crecimiento de 5.9% y una inflación de 4.2% para final del 2021, y que probablemente serán revisadas dado el complejo panorama económico.