Varios años después de trabajar en su salida al mercado de valores, en octubre último, Softline Group concretó su salida a la Bolsa de Londres y un mes después, en noviembre, hizo lo propio en la Bolsa de Moscú (Micex). Con ello, la firma de origen ruso espera obtener inversiones por más de US$ 400 millones.
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Presente en el Perú desde el 2011, Orlando Perea, CEO de Softline Perú, estima que parte de esas nuevas inversiones servirán para cimentar el crecimiento que la compañía experta en servicios de transformación digital y ciberseguridad viene logrando en el mercado peruano.
Para empezar, además de seguir capitalizando el impacto positivo que trajo consigo el estallido de la pandemia del COVID-19, este año, Softline Perú estima continuar con un “crecimiento de doble dígito”, tal y como lo vienen haciendo desde hace algunos años atrás.
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“La pandemia terminó favoreciendo nuestro crecimiento y el logro de objetivos. Veníamos creciendo alrededor de 10% y 12% como promedio, una cifra bastante interesante a nivel de las subsidiarias. Nuestro año fiscal cierra en marzo y en el primer año de la pandemia (2020) logramos crecer casi 15% y aunque el año pasado se vio menguado por el ruido político, no hemos dejado de crecer y para el año fiscal 2022 esperamos acercarnos a los niveles de cierre del 2020, siempre en dos dígitos”, afirma.
Aporte a la matriz
De esta manera, esperan continuar incrementando su aporte a la facturación de su matriz, que actualmente bordea los US$ 2,000 millones y que tiene presencia en otros países de la región como Costa Rica, México, Colombia, Brasil, Chile y Argentina.
“Latam factura aproximadamente US$ 200 millones y Perú, con cerca de US$ 23 millones, es una subsidiaria que contribuye de manera importante en la región, más ahora que somos empresa pública y representamos alrededor del 10% del mercado regional que es liderado por Brasil, Chile y Argentina”, indica tras anotar que el Perú supera en facturación a Costa Rica, Ecuador, Colombia e, inclusive, México.
Mirada al interior
Tomando en cuenta que como parte de su nueva faceta como compañía pública estructurarán un “plan de crecimiento realista y sostenible en el tiempo”, Perea sostiene que “siendo coherentes con las inversiones que harán”, en el caso específico del Perú se enfocarán en la descentralización para llegar a más empresas del interior del país.
“Softline es muy centralista en el Perú y Lima sigue siendo mayoría, pero a partir del 2023 como parte de los planes que tenemos, nuestra venta y facturación fuera de Lima debería representar el 20%, como mínimo. Hoy está muy por debajo de ese número, apenas un dígito , pero el ser una empresa pública ayudará en ese objetivo porque las subsidiarias de Softline en Latam van a recibir inyecciones de capital”, afirma.
Más cambios a la vista
Adicionalmente, esperan equilibrar su market share que hoy está dominado por su línea de ‘cloud’, mientras que el resto de su facturación se reparte entre software, servicios y hardware.
“Definitivamente nuestra línea de cloud, con Microsoft y Google a la cabeza, representa alrededor del 70% de nuestra facturación. El otro 20% es servicios y el 10% se reparte entre otras marcas de software y soluciones y sus respectivos servicios, incluyendo hardware”, señala.
En ese sentido, apuntan a subir los ingresos de su línea de servicios. “Queremos que el 50% del beneficio neto de la compañía venga por ese lado. Nuestro objetivo es subir nuestros ingresos y márgenes por servicios y que llegue a ser la mitad de lo que hoy estamos recibiendo en la subsidiaria”, añade.
Aunado a ello y como parte de su estrategia de crecimiento, esperan continuar con el equilibrio que han logrado en cuanto al origen de su facturación, que se reparte de manera casi equitativa entre empresas privadas y entidades del sector público.
“Cuando arrancamos en el 2011, los primeros cinco años le facturábamos más al gobierno que al privado, porque es el principal comprador a nivel nacional y su volumen de compra es mucho mayor. Pero, hace cinco años decidimos que deberíamos equiparar la balanza y así se ha dado. Hoy, el 55% de nuestra facturación proviene del gobierno y el 45% de las empresas privadas”, indica.
Y, en línea con el balance empresarial que han logrado, Perea sostiene que de los cerca de 1,500 clientes que actualmente tienen en el Perú, entre 600 y 650 pertenecen al segmento gobierno y privado ‘corporate’, mientras que el resto forma parte del segmento que han llamado SMB (small medium bussiness).
“Son clientes con facturaciones menores a US$ 10,000, pero aunque la base es grande y volumétrica, solo representan un 2% de la totalidad de nuestra facturación”, aclara.