Hacer que las redes eléctricas sean más ecológicas se ha convertido en una prioridad en todas las naciones con ambiciones de alcanzar cero emisiones netas. Sin embargo, dejar una porción de gas en el sistema tiene un sentido económico sólido, según Royal Dutch Shell Plc.
Las empresas de servicios públicos en Europa, muchas de las cuales cambiaron con éxito del carbón a la opción más limpia del gas de combustión, ahora luchan por encontrar alternativas.
Después de años promoviendo el gas como un combustible de transición clave hacia un futuro más verde, los Gobiernos de la región ahora están buscando una ruta más directa hacia la energía limpia. Pero eliminarlo podría resultar costoso.
“A todo el mundo le resulta muy difícil conseguir que el gas natural esté por debajo del 20%” de la combinación de energía, dijo el director de soluciones integradas de gas, energías renovables y nuevas energías de Shell, Maarten Wetselaar, en una entrevista. “La alternativa se vuelve muy cara”.
Y eso se debe a que se requeriría una gran inversión en otras fuentes de energía para satisfacer la demanda. Para lograr una red que se alimente al 100% con energías renovables durante el invierno en el noroeste de Europa, se necesitaría siete veces más generación eólica y solar en comparación con el consumo de verano, dijo Wetselaar.
Shell hizo una gran apuesta por el gas con la adquisición de BG Group en el 2016, lo que la convirtió en el mayor operador de gas natural licuado del mundo.
La compañía todavía está expandiendo la producción del producto básico, que debiera comprender un 55% de su cartera a finales de la década. No obstante, prometió esta semana acelerar las reducciones de emisiones después de que un tribunal holandés dictaminara que sus planes ambientales eran insuficientes.
Shell ha dicho durante mucho tiempo que apunta a convertirse en uno de los proveedores de energía más grandes del mundo y en los últimos años se ha expandido a la energía eólica, la carga de automóviles y el almacenamiento de baterías.
Pero si bien el cambio a las energías renovables puede ser fácil para el primer 20% de la combinación energética, llegar al 50% y luego al 70% “comienza a doler”, aseveró Wetselaar.