En Norteamérica, las aerolíneas perderán US$ 5,500 millones en el 2021 pero IATA prevé que en el 2022 la región genere US$ 9,900 millones de beneficios gracias a la rápida recuperación del mercado doméstico de Estados Unidos, donde el sector empezó a tener ganancias en el segundo trimestre del 2021. (Foto: iStock)
En Norteamérica, las aerolíneas perderán US$ 5,500 millones en el 2021 pero IATA prevé que en el 2022 la región genere US$ 9,900 millones de beneficios gracias a la rápida recuperación del mercado doméstico de Estados Unidos, donde el sector empezó a tener ganancias en el segundo trimestre del 2021. (Foto: iStock)

El sector aéreo en Latinoamérica perderá US$ 3,700 millones en el 2022, un 34% menos que este año cuando las pérdidas ascenderán a US$ 5,600 millones, y su recuperación estará muy por detrás de otras regiones del mundo, señaló la Asociación Internacional del Transporte Aéreo ().

En Boston, donde IATA celebra su asamblea, Peter Cerdá, vicepresidente regional para el continente americano de esta asociación, señaló que hasta el 2024 Latinoamérica no volverá a los niveles de viaje internacional que tenía antes de la pandemia, mientras que el tráfico doméstico en la región se recuperará un año antes, en el 2023.

En Norteamérica, las aerolíneas perderán US$ 5,500 millones en el 2021 pero IATA prevé que en el 2022 la región genere US$ 9,900 millones de beneficios gracias a la rápida recuperación del mercado doméstico de Estados Unidos, donde el sector empezó a tener ganancias en el segundo trimestre del 2021.

Pero en Latinoamérica, los “significantes costes de reestructuración” que serán necesarios para que las aerolíneas se ajusten “a las nuevas realidades” lastrarán su actuación financiera, explicó Cerdá.

También criticó la falta de armonización y coordinación entre los Gobiernos del continente, lo que está causando confusión a los consumidores e incertidumbre a las líneas aéreas.

Cerdá aplaudió el anuncio de Estados Unidos de eliminar las restricciones de entrada que todavía tenían muchos países -como todos los de la UE- y permitir a partir de noviembre la entrada de todos los viajeros internacionales vacunados contra el COVID-19.

Consideró que esta medida supone un importante avance porque eliminará la panoplia de restricciones actualmente en vigor.

Pero también dijo que la falta de detalles por parte de las autoridades estadounidenses sobre la implementación de la medida “está dificultando la planificación de operaciones para las aerolíneas y la confianza de pasajeros”.

Cerdá destacó la situación en México, “uno de los pocos países de la región” que nunca impuso limitaciones al sector aéreo durante la pandemia. Esto ha permitido que el tráfico doméstico esté ya a niveles similares a los que existían antes de la pandemia mientras que el tráfico internacional “está mostrando una tendencia positiva”.

Sobre la transformación de la base aérea de Santa Lucía, que se convertirá en el tercer aeropuerto del área metropolitana de la ciudad de México, defendió que las líneas aéreas tengan “la libertad de decidir cuál de los tres aeropuertos” quieren utilizar.

Explicó por otro lado que en Colombia “el aeropuerto de Bogotá no puede competir con Panamá o Lima” si no se solucionan los problemas operacionales que sufre la infraestructura y dijo que las autoridades necesitan implementar medidas “de forma urgente” para solucionar la situación.

Con respecto a la situación en Argentina, Cerdá declaró que el país no será competitivo si se aceptan las peticiones de los sindicatos del sector sobre tarifas mínimas para los vuelos de cabotaje y consideró que las autoridades necesitan “abrir el mercado”.

Argentina tuvo algunas de las restricciones fronterizas más fuertes y prolongadas de la región, pero con el gradual aumento de la llegada de pasajeros internacionales, que este mes llegará a 4,000 diarios, “hay luz al final de un túnel muy largo”, añadió.

Cerdá también solicitó a las autoridades chilenas el fin de los requisitos de cuarentena para los viajeros internacionales vacunados que llegan al país porque la medida está limitando el tráfico de pasajeros.

Finalmente, sobre Brasil, Cerdá repitió la demanda de la IATA para que el país, que junto con México nunca cerró totalmente sus fronteras a los viajeros internacionales, deje de exigir costosas pruebas de PCR en favor de las más asequibles de antígenos.

También expresó su preocupación por los impuestos que tienen las aerolíneas en Brasil y la política de precios del combustible que Cerdá dijo añadirán US$ 255 millones en costes anuales para las líneas aéreas.