Los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados aplazaron este jueves una decisión sobre las cuotas de producción para agosto ante la falta de acuerdo.
La reunión conjunta del denominado OPEP+, vía videoconferencia, queda “aplazada” hasta el viernes a las 16H30 (14H30 GMT), informó un comunicado de la organización, tras una jornada de negociaciones.
La expectativa del mercado era que la producción aumentara un poco para satisfacer la demanda y limitar el aumento de los precios.
La OPEP está formada por trece países liderados por Arabia Saudita, a los que se unen luego en una reunión ampliada diez aliados, encabezados por Rusia.
Juntos, forman desde el 2016 la alianza conocida como OPEP+. Desde su reunión relámpago de principios de junio, los precios han alcanzado niveles inéditos desde octubre del 2018, un factor que pesa a favor de un aumento de la producción de oro negro.
“La economía mundial ha puesto la marcha hacia adelante”, se congratuló el ministro angoleño de Petróleo, Diamantino Azevedo, antes de la reunión. “Las perspectivas de la demanda mundial de petróleo evolucionan en el buen sentido”, agregó.
Sin embargo, “el coronavirus continúa cobrándose un duro peaje, y cada día se pierden miles de vidas”, añadió luego al abrir la reunión.
Los precios volvieron a marcar niveles de antes de la pandemia: el WTI pasó el jueves la barrera de los US$ 75 el barril, bajo la cual evolucionaba desde octubre del 2018.
Una tendencia que podría favorecer un aumento de la producción de oro negro, también porque algunos países consumidores como India se quejan y planea el riesgo de que la incipiente recuperación se frene, dado que un precio del petróleo elevado alimenta la inflación.
¿Hacia una subida?
Desde el 2016 la alianza aplica una política de reducción voluntaria de la oferta, que se ha amplificado mucho con la pandemia debido a la caída de la demanda.
Desde abril del 2020, deja a diario millones de barriles bajo tierra (5.8 millones en julio), una estrategia considerada prudente que “hasta ahora ha atinado”, afirma Stephen Brennock, analista de PVM, “ya que logró restablecer el equilibrio petrolero sin tensar demasiado el mercado”.
Esta política respaldada por Riad permitió subir los precios hasta aproximadamente US$ 75 para las dos referencias a ambos lados del Atlántico, el Brent y el WTI.
El mercado espera que este enfoque continúe y prevé un ligero aumento, de alrededor de 500,000 barriles diarios durante el mes de agosto.
Pero hay que convencer a Rusia, muy pendiente de su cuota de mercado y que aboga por abrir más los grifos de oro negro.
Los precios altos son favorables para los miembros de la OPEP+, pero también generan más competencia porque animan a otros actores, no sujetos a cuotas, a entrar en el mercado gracias a que la producción se vuelve rentable.
Riesgo de la variante Delta
“Parece que no hay acuerdo entre las dos principales naciones de la alianza, Rusia y Arabia Saudita, sobre si conviene aumentar aún más la producción en agosto y, de ser así, cuánto”, afirmó Eugen Weinberg de Commerzbank antes de la reunión.
Pero existe el peligro de la altamente contagiosa variante Delta, que amenaza la recuperación de la demanda de crudo en varias regiones del mundo, como por ejemplo la propia Rusia.
El miércoles, Rusia registró un nuevo récord de muertes diarias por el COVID-19.
El cartel se reúne casi todos los meses para ajustar su política, pero ahora también tiene que tener en cuenta la situación de uno de sus miembros, Irán.
En la actualidad Teherán está fuera de juego debido al embargo que pesa sobre su industria petrolera, pero podría volver a medio plazo si las negociaciones nucleares internacionales tienen éxito. Y eso afectaría al frágil equilibrio entre oferta y demanda de oro negro.