Los movimientos recientes en los precios de los activos, especialmente en los de renta variable, no solo han golpeado el valor de los fondos administrados por las AFP, sino han modificado su perfil de riesgo haciéndolos más defensivos y, en consecuencia, dejándolos en una posición menos propicia para recuperar valor en el rebote y alcanzar sus objetivos de retorno a largo plazo.