Cada vez cobra más fuerza en el mundo una nueva forma de hacer negocios, en la que se deja de pensar en la rentabilidad de corto plazo a favor de los accionistas para tener una mirada más de largo plazo que beneficie a todos los grupos de interés de la compañía. ¿Cómo se hace eso?
“Lo primero y más importante es entender por qué uno hace las cosas. Cuando uno reflexiona sobre eso, también reflexiona sobre qué tanto de lo que uno hace responde a necesidades claras y concretas”, revela el CEO de Sodexo y miembro del Comité de CADE 2020, Alfonso de los Heros.
Luego es necesario evaluar a todos los stakeholders a los que la compañía impacta y a los que, por lo tanto, esta debería considerar, escuchar y satisfacer. “Es fundamental creer que la empresa no solo está hecha para generar rentabilidad, sino justamente para satisfacer a ese público más amplio alrededor del negocio”, agrega De los Heros.
Al dejar de preocuparse exclusivamente por los resultados económicos y financieros para empezar a centrarse en las personas y el planeta, se comienza a perfilar un nuevo tipo de empresa. De los Heros describe a este tipo de organización como una que tiene líderes conscientes, que se preocupa por su propósito y tiene un enfoque de largo plazo, donde las personas se vuelven ejes estratégicos de acción.
Suena fácil, pero no lo es. Si lo fuera, el impacto positivo del sector privado sería mucho mayor. “Hay gente que no sin duda no la ve y que su único objetivo es maximizar la rentabilidad. Punto. No se dan cuenta de que las cosas que hacemos tienen un impacto que va más allá del negocio”, dice el CEO de Sodexo.
¿Cómo se hace?
Para poder realmente llevar a cabo la construcción de una empresa con propósito hace falta identificar objetivos medibles en el tiempo. Hace cuatro años Sodexo —cuyo propósito es mejorar la calidad de vida de las personas a las cuales atiende y de las comunidades donde opera— se trazó diversas metas al 2021, que van más allá del crecimiento.
Por ejemplo, estar entre las 50 empresas con mejor reputación corporativa del país, alcanzar una tasa de buen clima laboral de por lo menos 80%, contar con 40% de mujeres en la compañía y reducir su huella hídrica y de carbono. Un año antes de lo establecido, Sodexo ya ha alcanzado varios de las metas propuestas o está muy cerca de hacerlo.
“Cuando uno se da cuenta del impacto que tiene como organización y de cómo uno puede hacer la diferencia, se genera un círculo virtuoso que trae más que buenos resultados económicos y financieros. Así no solo se construye empresa, sino también patria”, considera De los Heros.
Además de definir acciones claras y concretas, la empresa debe contar con líderes que se apropien de la lógica de ser una empresa con propósito y que trasciende. Se trata de un proceso que requiere una transformación cultural, así como de quick wins que hagan que más gente crea que realmente otra forma de hacer negocios es posible.
A pesar de las crisis política y sanitaria que el país enfrenta, De los Heros asegura que ya desde septiembre Sodexo ha empezado a crecer más que hace un año, cuando no había coronavirus. Para el período de septiembre del 2020 a agosto del 2021, la empresa espera un crecimiento de dos dígitos.
“Cuando uno hace las cosas bien, probablemente no vea grandes resultados a corto plazo, pero a mediano y largo plazo sí. Gestionar una empresa no es una carrera de 100 metros, es una maratón”, resalta De los Heros.