Al otro lado de la línea, Yolanda Catacora se muestra feliz. La agricultora y dirigente de la Asociación Ácora en Puno, está dedicada, desde su infancia, a la producción de alimentos ancestrales que ahora, por primera vez, podrán llegar a más mercados regionales de lo que alguna vez imaginó. Y solo con un click.
Ella junto a otras 500 familias agricultoras de las comunidades altoandinas de Lares (Cusco), Ácora (Puno) y (Huayana) Apurímac, quienes en conjunto producen cerca de 10,000 toneladas de alimentos -que incluye más de 70 especies nativas que estaban en peligro de extinción- comenzarán a realizar envíos de su producción a consumidores a nivel nacional, a través del primer aplicativo delivery de alimentos nativos.
En un contexto en que la seguridad alimentaria podría estar en jaque en Perú, Yolanda Catacora espera aportar un poco de esperanza. Poder enviar quinua y sus diferentes variedades, habas frescas, chuño, cebada, morón, entre otros -la mayoría orgánicos-, a mercados como Lima a precios más competitivos porque la operación se haría directamente con el productor y ya no con un comerciante o intermediario.
“Kusikuy, que en castellano significa “alegría”, es el nombre de esta plataforma con la que los consumidores peruanos podrán conectarse directamente con los productores y realizar sus pedidos con una tarifa plana delivery de solo S/ 6. Está disponible para su descarga desde hoy (31 de mayo)″, explica César Sotomayor, coordinador nacional del Proyecto SIPAM, operado por Profonanpe.
La iniciativa Kusikuy nació en el 2020, en plena pandemia de la COVID-19, cuando los accesos a mercados y tiendas para poder abastecerse de alimentos era limitado. Sotomayor cuenta que se empezaron a organizar ferias de productores en diversas zonas del país para acercar el producto al consumidor. A diciembre del 2021, se logró alcanzar un total de S/ 247,244.22 a favor de los productores.
Así, el siguiente paso es el aplicativo, al que apuntan llegar a diversas categorías de consumidores, desde familias hasta negocios. Explica, que los productos llegarán luego de diez días desde el pedido, considerando que son alimentos que vienen de zonas lejanas. Una vez en Lima -por ejemplo- los locales de la Asociación Peruana de Consumidores (Aspec) se usarán como puntos de distribución, desde ahí partirán los motorizados o vehículos para hacer las entregas a domicilio.
De acuerdo a Sotomayor, la app permitirá que los productores logren una ganancia de al menos un 30% en cada venta.
“Como productores no queremos quedarnos, queremos tener un mercado grande al que podamos abastecer. Hoy es un reto estar conectada a internet para atender los pedidos, debido a la señal en la zona, pero nos estamos organizando para que siempre haya una compañera de la comunidad atenta al aplicativo”, finaliza Yolanda Catacora, la primera dentro de su asociación en aprender a usar el aplicativo.
Los jóvenes de las comunidades que dominan la tecnología también han comenzado a colaborar.