Movimiento Lucha
En el programa del miércoles pasado de “La Nueva Empresa”, Vasco Masías, presidente del Grupo Alimenta, y Lucía Salem, directora de Proyectos de Lucha, dieron a conocer sobre cómo debe empezar a funcionar una empresa social y el enfoque sistémico que se le debe dar a estos emprendimientos.
“La Nueva Empresa” es el espacio de capitalismo consciente de Lucha y Gestión, que es difundido en redes sociales de la marca editorial. En esta oportunidad, el programa, en su decimoquinta edición, trató sobre el impacto de las empresas y el enfoque sistémico de sostenibilidad.
Desde hace algunas décadas se remarca la responsabilidad que tienen las empresas con la sociedad y el planeta debido al impacto socio ambiental que ocasionan sus operaciones. Es así que en el mundo corporativo surgió el concepto de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), a través del cual muchas empresas buscan donar recursos económicos a las comunidades y el entorno que las rodea.
No obstante, Masías sostiene que este concepto de RSE tiene sus limitaciones. “Es fácil recibir aplausos cuando apoyas causas sociales, pero bancarse el problema verdaderamente es querer cambiarlo de manera estructural, no solo aparecer en fotos”.
Además, otro problema con este término, subraya el ejecutivo, es que las empresas lo aplican después de tener utilidades, lo cual está bien. Sin embargo, esto no es sostenible en el tiempo, pues “cuando la empresa pasa por dificultades económicas, el presupuesto de RSE es el primero que se deja de lado”, afirma Masías.
En ese sentido, desde su experiencia al frente del Grupo Alimenta y socio de Lucha Startup Studio, el empresario brinda cuatro recomendaciones para lograr que las empresas generen un impacto transparente desde un enfoque sistémico de sostenibilidad:
1.- Para iniciar un negocio, se debe tener una conexión emocional con el problema que intentas resolver
Lucía Salem expresa que Lucha Startup Studio nació de la consciencia de que existen muchos problemas socioambientales por resolver y que la empresa tiene la capacidad de contribuir a resolverlos desde su accionar.
“Para nosotros es fundamental identificar un problema con el que nos sentimos comprometidos, identificar las oportunidades en torno a este y evaluar el modelo de negocio que le permita ser escalable a nivel comercial y de impacto”, precisa Salem.
En la misma línea, Masías cuenta que el modelo de agricultura regenerativa del Grupo Alimenta fue impulsado por una frustración. “Cómo puede ser que en pleno siglo XXI se siga desperdiciando alimentos y contaminando el planeta, mientras hay tantas personas pasando hambre”.
El ejecutivo agrega que, muchas veces, las oportunidades surgen a partir de las crisis. Recordó que su empresa tenía 10 años de fundada cuando ocurrió el terremoto del 2007 (con epicentro en Pisco, en la región Ica), suceso que les permitió darse cuenta del potencial que tenían para apoyar a las personas damnificadas con sus productos.
Eventualmente, presentaron estos productos al programa estatal Qali Warma, el cual vela por la seguridad alimentaria en zonas vulnerables. “Desde ese momento pudimos reconocer que era un problema gigantesco, pero que como empresa también contábamos con la capacidad de hacer algo frente a ello”, cuenta Masías.
2.- Para encontrar oportunidades de negocio, hay que buscar en donde hay inequidades e ineficiencias.
El presidente del Grupo Alimenta comenta que existen muchas ineficiencias e inequidades en el sistema del mundo moderno que significan grandes oportunidades para el sector privado. “Un ejemplo de ineficiencia es el sistema logístico de transporte de alimentos en el Perú, pues se observa que los alimentos no llegan bien a su lugar de destino, lo que termina ocasionando desperdicios”.
Por otro lado, resalta que también hay muchas inequidades en la región: desigualdad de género, falta de acceso a servicios básicos, etc.
“Una vez identificadas las distintas ineficiencias e inequidades que están a nuestro alrededor, se puede encontrar diferentes oportunidades de negocio y agregar valor a la sociedad” explica Masías.
Por su lado, Salem sostiene que las empresas y proyectos de Lucha tienen como objetivo principal contrarrestar estas inequidades e ineficiencias.
Por ejemplo, uno de los proyectos actuales del movimiento Lucha está relacionado con la ineficiencia en el aprovechamiento de bosques secos del país.
“Las comunidades rurales del Perú y del norte del país, viven en pobreza o pobreza extrema a pesar de ser dueños del 70% de las tierras, pues no cuentan con las capacidades o herramientas para concretar el aprovechamiento adecuado”, manifiesta.
Agrega que están buscando llevar esos recursos para fortalecer sus capacidades y que sus tierras sean sostenibles en el aspecto ambiental y económico, es decir, que protejan los bosques y que, al mismo tiempo, aumenten sus ingresos.
3.-Tener mucha claridad en cuál es el impacto que se está generando y cómo se va a generar.
Salem afirma que para Lucha Startup Studio es fundamental que las empresas de su portafolio crezcan junto con el impacto que generan. “Todos nuestros proyectos parten de un Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS), luego los aterrizamos a un problema específico y usamos la metodología de la teoría del cambio, la cual nos permite definir cuáles son los objetivos específicos a seguir y cómo los vamos a medir. Después, vamos construyendo los pasos para que el impacto sea parte central de la empresa y pueda generar ese cambio de manera sostenible” explica Salem.
Por su parte, Vasco Masías menciona que el Grupo Alimenta trata de revolucionar la forma en cómo se lleva a cabo la agricultura, pues esta actividad se ha vuelto dependiente de productos químicos que son usados para aumentar la producción de alimentos, sin embargo, estos dañan el suelo y contaminan el medio ambiente.
“Nos dimos cuenta que estábamos acumulando muchos residuos como el biocarbón, pero gracias a nuestra inversión en investigación descubrimos que se podía transformar en fertilizante. Luego, sumamos más ingredientes como las microalgas, el guano, etc.”.
Menciona que el año pasado presentaron la marca Vida Suelo y ha tenido una recepción positiva, vendieron cerca de S/ 8 millones en un año. “Estos productos cuestan lo mismo que los fertilizantes tradicionales, o sea el agricultor no tiene que gastar más y su suelo se vuelve más rico”, precisa Masías.
Además, sostiene que tienen un nivel de ambición de impacto muy grande, pues parte de su visión como empresa es que Perú se vuelva potencia en producción de fertilizantes regenerativos hechos desde la economía circular. En ese sentido, una de sus metas es regenerar 5 millones de hectáreas de suelo a nivel regional y global, para así capturar 50 millones de toneladas de carbono.
4.- Para lograr el desarrollo sostenible, se debe contar con una mirada de igual a igual
Masías afirma que muchas empresas continúan teniendo la mirada tradicional que consiste en que “los más grandes” apoyan y enseñan a “los más pequeños”. En ese sentido, argumenta que lo primero que debe hacerse es tener una mirada, de igual a igual, con todas las personas que forman parte del ecosistema de la empresa.
“Si bien todos hemos tenido diferentes oportunidades, tenemos distintas capacidades que pueden contribuir, y estas deben ser valoradas de la misma forma. Nadie se levanta solo, el que se levanta solo termina poniendo en riesgo la sociedad. no hay un desarrollo sostenible, sino es sistémico”, argumenta Masías.
Por último, Salem sostiene que parte de la filosofía de Lucha es entender que la unión hace la fuerza. Mientras más abierto podamos ser a las personas que puedan y deseen apoyarnos, tendremos un impacto mayor. En nuestro primer año hemos tenido una gran cantidad de personas que nos han tocado la puerta y quieren ayudarnos desde su experiencia. Lo mismo buscamos en nuestros proyectos, estos deben darse desde la colaboración y conexión con las personas que se encuentran alrededor de la problemática que buscamos resolver”, precisa Salem.