La industria petrolera otra vez está nadando en efectivo, pero no es hora de celebrar. En cambio, los jefes de las empresas están esforzándose por mostrar una devoción a la austeridad casi como la de un monje.
La temporada de ganancias del tercer trimestre comenzó con la promesa del máximo ejecutivo de Equinor ASA, Eldar Saetre, de "cuidar bien nuestro efectivo” incluso cuando las ganancias aumentaron a un máximo de cuatro años. Su contraparte de Total SA, el fanático del rugby Patrick Pouyanne, hizo un firme compromiso de reducir "con determinación" los costos. Y mantenerse "enfocado en la disciplina” es la principal vocación del máximo ejecutivo de ConocoPhillips, Ryan Lance.
Los analistas pronostican flujos de efectivo récord para la industria este año, gracias al aumento de los precios del crudo, y por lo tanto, todas las principales empresas están superando esas estimaciones. Sin embargo, hasta ahora la mayoría de los CEO --como el titular de Eni SpA, Claudio Descalzi, quien utilizó 1,000 millones de euros (US$ 1,100 millones) del excedente de efectivo para amortizar deuda-- no han mostrado señales de ser más generosos con el gasto o los pagos a los accionistas.
Las compañías petroleras "quieren que los nuevos proyectos sean resistentes, porque los precios del petróleo caerán, ya que es un mercado cíclico", dijo Ahmed Ben Salem, analista de Oddo Bhf en París. "Quieren tranquilizar a los inversionistas, que siguen cautos de que los riesgos de un aumento del gasto de capital pongan en peligro las recompras de acciones”.
Hay muchas razones para mantener la cautela en un mercado que sigue siendo incierto y volátil. Desde que el crudo Brent subió a US$ 86 el barril a principios de este mes, ha caído alrededor de US$ 10 debido a las preocupaciones por la demanda.
Estos vaivenes reflejan riesgos tanto para la oferta como para la demanda que son demasiado grandes para que incluso gigantes como Total o Eni los manejen:
Desde la caída en los mercados mundiales de renta variable a los signos de debilidad en la economía global; desde el colapso de la industria petrolera venezolana a los esfuerzos de Estados Unidos por sancionar las exportaciones de crudo de Irán.
Los jefes de las empresas petroleras también quieren evitar caer en la trampa de la inflación de costos que a menudo acompaña la recuperación de los precios. Saetre, quien ha liderado Equinor durante cuatro años, ha prometido no olvidar las lecciones del último boom, cuando gran parte de las ganancias provenientes del crudo a US$ 100 fueron consumidas por los crecientes costos de perforación, las materias primas y los salarios.
Esta restricción probablemente no durará para siempre, especialmente cuando los inversionistas están ansiosos por obtener mayores rendimientos, pero las grandes petroleras deberían ser capaces de pagarlos. Durante los próximos tres años la producción crecerá mientras que los costos y los precios se mantendrán estables, dijo Oswald Clint, analista de Sanford Bernstein Ltd.
"Este es realmente un punto favorable para el petróleo integrado", señaló Alessandro Pozzi, analista de Mediobanca SpA en Londres. "Probablemente aumentarán la rentabilidad de los accionistas a través de mayores dividendos y recompras en los próximos trimestres”.