La desinversión en petróleo y gas ha sido un negocio rentable durante los últimos años. Ahora, por primera vez desde 2016, los inversionistas que se aferraron a las acciones de energía están listos para registrar un desempeño superior al mercado en general, por lejos.
Las acciones de petróleo y gas han tenido el mejor desempeño del mercado en Norteamérica, incluso cuando el mundo intensifica sus esfuerzos para frenar su dependencia a los combustibles fósiles. En Nueva York, el S&P 500 Energy Index ha superado al S&P 500 general por 21 puntos porcentuales en lo que va de año. Las acciones de Devon Energy Corp. son las que registraron el mejor desempeño, con un enorme incremento de 161%.
Las acciones de energía superaron incluso el aumento del 47% del precio del petróleo de referencia West Texas Intermediate, que el martes de cotizaba a US$ 71.11 por barril.
En comparación, el índice S&P 500 Ex-Energy, que mide el mercado estadounidense en general excluyendo a las compañías de petróleo y gas, tuvo un rendimiento inferior al índice S&P 500 Energy de 22 puntos porcentuales. ProShares lanzó un ETF en 2015 para emular el índice energético que excluye a las empresas de dicho tipo de energía.
Todo esto es una especie de reivindicación de los fondos dedicados a la energía, que apuestan por la capacidad de las empresas energéticas para compensar las preferencias cambiantes de los inversionistas, recompensándolos con aumentos de dividendos y programas agresivos de recompra de acciones a medida que suben los precios de las materias primas.
Y eso no ha terminado, dicen algunos.
La curva de los futuros para el WTI muestra que los operadores esperan que los precios del petróleo se corrijan en el rango de US$ 66 por barril a mediados del 2022 y de US$ 65 por barril a final del año. Aun así, Rafi Tahmazian, socio y administrador de cartera sénior de Canoe Financial, dice que las compañías de energía han pagado sus deudas este año hasta el punto en que pueden seguir siendo rentables con precios del crudo más bajos.