Semáforos que se adaptan en tiempo real al tráfico, espacios públicos modulares o carriles para bicicletas con calefacción. Las autoridades canadienses dieron su acuerdo para continuar el controvertido proyecto para un barrio futurista en Toronto, que fue confiado a una empresa vinculada a Google.
Sidewalk Labs, filial de Alphabet, había sido contactada en el 2007 por Waterfront Toronto, una entidad pública que reúne a la municipalidad de Toronto y los gobiernos de Ontario y de Canadá, para llevar a cabo el proyecto.
Este último incluye la remodelación de "Quayside", un terreno abandonado de 5 hectáreas a lo largo del lago Ontario, para convertirlo en un barrio moderno y sostenible construido en torno a tecnologías y datos digitales.
Durante las consultas públicas organizadas por Waterfront Toronto muchos habitantes habían manifestado su preocupación respecto a que las autoridades confiaran el proyecto a Sidewalk Labs, una subsidiaria de Google.
El consejo de administración de Waterfront Toronto votó el jueves a favor del proyecto.
El voto abre la vía para una evaluación formal del proyecto por parte de autoridades canadienses para tener nuevas consultas públicas. La decisión final deberá estar lista el 31 de marzo del 2020.
"Seamos claros: este no es un acuerdo final", declaró en un comunicado Stephen Diamond, presidente del consejo de administración de Waterfront Toronto.
"Hay mucho trabajo por hacer antes de una decisión final", añadió, saludando un proyecto "que tiene el potencial de crear nuevos puestos de trabajo y oportunidades de desarrollo económico, un entorno neutral de carbono y una vivienda más accesible".
Sidewalk Labs ha hecho varias concesiones, incluyendo el alcance del proyecto o la gestión de los datos que serán recogidos. También se compromete a compartir con las empresas canadienses y Waterfront Toronto los beneficios de las innovaciones y la propiedad intelectual que se generará a través del proyecto.
“No es bienvenido en Toronto”
De acuerdo con los planes propuestos por Sidewalk Labs, el futuro desarrollo será construido de madera, combinará tiendas, oficinas y viviendas (incluyendo al menos un 20% de vivienda social) y será sostenible.
El barrio estará equipado con sensores para recoger diferentes tipos de datos sobre el comportamiento de los residentes, como los flujos de ciclistas y peatones, el consumo de agua o el llenado de contenedores.
Sidewalk Labs dice que su objetivo es ayudar a comprender mejor la dinámica de la vida urbana y estimular la innovación, pero la idea planteó preocupaciones sobre la protección de la privacidad de los residentes y el uso de los datos recopilados.
Enfrentado a la protesta, Sidewalk Labs finalmente accedió a remodelar su plan maestro.
El tamaño del proyecto se ha reducido a 5 de 77 hectáreas, como se había previsto inicialmente. Y cualquier extensión más allá de "Quayside", si el proyecto tiene éxito, estará sujeta a un proceso de licitación competitiva, según Waterfront Toronto.
El otro punto principal de las discusiones fue la futura gestión de los datos. Desde el principio, la gente había expresado su preocupación de que una filial del gigante estadounidense Google pudiera recopilar datos de los residentes, considerándolos un riesgo para la privacidad.
Waterfront Toronto se encargará finalmente del control digital del proyecto y de todas las cuestiones relacionadas con la privacidad de los residentes.
Sidewalk Labs también se compromete a cumplir con las leyes de privacidad canadienses.
La filial también ha desistido de su ambición de ser el principal promotor del distrito y tendrá que trabajar en colaboración con otros grupos inmobiliarios que serán seleccionados a través de una licitación competitiva.
Thorben Wieditz, miembro del movimiento ciudadano #BlockSidewalk opuesto al proyecto, acogió con beneplácito el hecho de que la entidad pública hubiera recuperado el control.
Esperaba de paso que Sidewalk Labs “se diera cuenta de que no es el socio adecuado para la ciudad de Toronto, que no es bienvenido en Toronto”.