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Tras el peor momento de la pandemia, las bodegas del país solo habían recuperado el 70% de las ventas del 2019. Pese a ello, ahora, con las protestas, les toca afrontar otra situación difícil cuyo impacto, en algunos casos, incluso las tiene al borde de la quiebra.
Así lo señaló la vicepresidenta de la Asociación de Mujeres Bodegueras del Perú (Agremub), Carla Campos, quien dijo que aproximadamente 100 tiendas asociadas de la parte sur del país, entre Ica, Arequipa, Cusco y Puno, redujeron sus ventas hasta en un 70%.
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“Estos negocios están cerrados y temerosos de ser saqueados, pues son víctimas de amenazas por quienes sí acatan las paralizaciones. A la vez, su oferta también se ha visto disminuida porque los alimentos no se están abasteciendo de manera normal”, anotó.
En esa línea, Campos sostuvo que todos los productos en estas localidades han adquirido precios inclusive por encima del 100% de su valor permanente. Mencionó, por ejemplo, el kilogramo de tomate que en el Cusco está S/ 20, mientras que el kilogramo de huevo S/ 18 y un balón de gas alcanzó el valor de S/ 180.
“Muchos propietarios de estas bodegas se ven al borde de la quiebra, debido a que tampoco hay algo que asegure que esta inestabilidad acabará pronto; poco a poco se están descapitalizando”, explicó.
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Bodegas en Lima
La representante de Agremub dijo que si bien, las bodegas de Lima no tuvieron problemas con el abastecimiento de productos, los inconvenientes sí han surgido en lo que respecta a los nuevos precios de alimentos como los huevos, que antes eran adquiridos por los bodegueros a S/ 6 o S/ 6.50 y hoy subieron entre S/ 7.50 y S/ 7.80 el kilogramo.
“Este incremento genera que la gente compre menos cantidad y, con ello, la venta se reduzca en un 20% o 30%. Un termómetro son las gaseosas o el agua, las cuales en esta época eran sumamente demandadas y ahora ya no tienen ese ritmo. La cerveza, por ejemplo, también tuvo un alza, aunque eso es por el ISC”, expresó.
La portavoz afirmó que en el centro de Lima, entre la avenida Abancay, Alfonso Ugarte, Grau y aledaños, se sitúan cerca de 40 bodegas que tienen atención intermitente, pues cuando empiezan las protestas deben de cerrar los negocios para evitar ser víctimas de los ataques de los manifestantes.
“El impacto es mayor para los comercios, toda vez que una gran mayoría de estos se desarrollan en locales o espacios alquilados. Entonces, no poder trabajar y todos los meses tener que cumplir con los arriendos, es una situación compleja que contrae las ganancias y daña el capital”, refirió.
A nivel nacional, Agremub congrega más de 1,000 propietarias de bodegas, siendo cerca de 700 las que se ubican en Lima.
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