El escándalo que rodea a grandes bancos como JPMorgan, HSBC o Deutsche Bank, a los que un extenso análisis del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) implica en tramas de blanqueo de capitales, pone en evidencia los riesgos de un sector “sensible” al flujo del dinero ilícito.
Aunque los expertos resaltan el esfuerzo de la comunidad internacional en los últimos años, reconocen las limitaciones para hacer frente a un fenómeno cada vez más globalizado y complejo por el avance de la tecnología y evolución de los servicios financieros.
Especialistas en delitos económicos defienden que las opciones para blanquear dinero son tan amplias como la imaginación del delincuente. Hay que canalizarlo a través del sistema financiero, ya sea depositando importes pequeños en múltiples cuentas bancarias, a través de instrumentos como las órdenes de pago o, más recientemente, de monedas virtuales.
Si bien es cierto que esta maraña obstaculiza la detección del delito, la gravedad de los hechos que denuncia el ICIJ reside en la supuesta pasividad de los bancos pese a las advertencias y multas de los organismos.
Según su análisis, realizado a partir de documentos secretos del Gobierno estadounidense, JPMorgan, HSBC, Standard Chartered Bank, Deutsche Bank y Bank of New York Mellon habrían seguido beneficiándose de esos negocios aún habiendo sido sancionados, y algunos, avisados con un posible proceso penal.
“Para los gobiernos es muy complicado perseguir el fraude bancario por su propio ‘modus operandi’, basado en millones de movimientos realizados en muy poco tiempo, entre diversos países de los que muchos conservan el secreto bancario, y con una retahíla de apuntes informáticos de diferentes productos difícil de perseguir”, afirma el socio de LEAN Abogados, Tomás Lamarca.
En su opinión, cada vez más ciudadanos y capitales se refugian en EEUU, “cuasi tratado como paraíso fiscal”, por sus laxas normativas de intercambio de información, ya que usa su propia legislación, que permite la creación de fideicomisos donde obtienen una mayor opacidad de su patrimonio.
“Todo este entramado de leyes permite a los bancos aprovecharse de los menores controles para la captación de capitales”, sentencia.
España, entre las más eficaces
Los expertos coinciden en que resulta fundamental tener una normativa firme, y alaban el modelo español, de los más eficientes según el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), que ha puesto en valor los progresos del país, consolidándolo en una posición de liderazgo junto al Reino Unido.
Fuentes del Ministerio de Economía interpretan a Efe este reconocimiento como una “garantía de la buena gestión” de España en la prevención del blanqueo, y aseveran que se está avanzando “lo más rápidamente posible” en la trasposición de la quinta directiva europea.
Actualmente, se están analizando las sugerencias planteadas durante la consulta pública del texto, que marcará las líneas principales para la prevención en los Estados Miembros de la Unión, y que incluirá, entre otras novedades, las criptomonedas.
El anteproyecto también contempla otros cambios para incorporar “mejoras adicionales” en la legislación.
Aumentan las comunicaciones
Parte del “éxito” del modelo se debe a la unidad de inteligencia financiera, el Sepblac.
Según su memoria de actividades 2018-2019, el número de asuntos abiertos por indicio de blanqueo de capitales o financiación del terrorismo ha crecido el 47.1% respecto al 2017.
En el 2018 se situaron en 6,563; de estos, 6,419 fueron abiertos por comunicaciones a raíz de indicios de los “sujetos obligados”, entre ellos, entidades bancarias, y el resto, por alertas propias del Sepblac y otros organismos.
Este total ascendió el pasado año a 7,354, de los que 7,228 se abrieron por indicio.
Sólo en el 2018 los bancos, principales suministradores de información, “incrementaron más del 60 % sus comunicaciones, volviendo a crecer en el 2019 un 10.4%”; de ellas, un “número relevante” tuvo origen en la revisión de operativas de ingreso en efectivo e inmediata transferencia al exterior.
Aun así, el Sepblac insta a las entidades a “una profunda transformación de las herramientas y procedimientos” aplicados ante el auge de la banca no presencial.
Incide en el “importante número de comunicaciones sobre el abono de órdenes de pago y transferencias internacionales vinculadas a fraudes y estafas en países extranjeros, cuyos fondos acaban siendo reintegrados/transferidos en nuestro país o a otros países”.
Por ello, recomienda adoptar “medidas restrictivas” en la operativa internacional en cuentas de reciente apertura, habitualmente gestionadas en línea y cuyos titulares no correspondan con el perfil habitual.
También enfatiza el peso de las comunicaciones relacionadas con el fraude en el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), un “conocido escenario, con sociedades de reciente creación, con capital social mínimo, que comercian en sectores concretos y que titulan cuentas de reciente apertura, en muchas ocasiones gestionadas en línea”.