Una caída mayor a la prevista en las entregas de Tesla atemorizó este jueves a inversores y operadores bursátiles, preocupados por la capacidad del fabricante de vehículos eléctricos para reunir efectivo en momentos en que su presidente ejecutivo, Elon Musk, encara una nueva traba legal.
Las acciones de la compañía se hundieron 11% y cuatro corredurías de Wall Street redujeron sus objetivos de precios sobre el papel, después de que los despachos de dos autos de Tesla -los modelos S y X- cayeron en más de la mitad en el primer trimestre.
Las implicancias de entregas más lentas sobre el flujo de caja de la compañía, asediada por deudas de miles de millones de dólares, inquietaron a los inversores de bonos, lo que presionó el valor de sus notas de calificación especulativa por US$1,800 millones por primera vez en siete meses.
Analistas de RBC han dicho que el ritmo de entregas de los modelos S y X es "decepcionante" y estimaron que las cifras se traducirían en una brecha de más de US$1,000 millones en ingresos respecto a las previsiones iniciales.
La compañía advirtió en febrero que espera registrar una pérdida en el primer trimestre luego de lanzar su versión menos costosa de su modelo 3, con un precio de US$35,000 millones.
Musk, que enfrenta una fuerte presión corporativa para mostrar resultados azules, está enfrentado con reguladores estadounidenses luego de declaraciones en Twitter en torno a las estimaciones de producción de Tesla.
El jueves, en una citación de la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC), sus abogados argumentarán que el ejecutivo no violó un acuerdo extrajudicial para resolver un caso de fraude, a fin de que no quede detenido, en el más reciente capítulo de una batalla legal de alto calibre entre el multimillonario y el gobierno.