Si bien el análisis recurrente es saber cuántas personas alcanzan un puesto de trabajo, esta vez, con la data del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), se puede conocer cuántas, estando ocupadas, son propensas a pasar al desempleo o a la inactividad. De hecho, esto último está sujeto a distintas características de los trabajadores.
Por ejemplo, un 3.6% de las personas que pertenecen al quintil de menores ingresos y que cuentan con un trabajo tienden a pasar al desempleo de un trimestre a otro y un 20.9% podrían transitar hacia la inactividad, es decir, dejan de siquiera buscar reinsertarse al mercado laboral.
En conjunto, un 24.5% del grupo de mayor vulnerabilidad económica –es decir 1 de cada 4– dejaría de trabajar en el siguiente trimestre (abandona la condición de estar ‘ocupado’), de acuerdo con cálculos del BCRP, a partir de la Encuesta Permanente de Empleo Nacional (EPEN) al segundo trimestre.
La matriz de transiciones en el mercado laboral de la entidad monetaria también mostró que las variaciones suelen ser menores en medida que el quintil es de mayores ingresos.
Así, las estimaciones evidenciaron que, en el quintil de más ingresos, solo un 1.4% transitaría de estar ocupado a desempleado y un 4.9% pasaría a la inactividad. Con ello, solo 6.3% dejaría de estar ocupados en el siguiente trimestre.
“Las personas ocupadas que viven en hogares del quintil 1 (de menores ingresos) tienen una elevada probabilidad de migrar a la inactividad”, destacó en su reporte el BCRP. En tanto, los hogares de mayores ingresos “tienen mayor probabilidad de transitar del desempleo a la ocupación”, complementó.
LEA TAMBIÉN: Mercado laboral: ¿En qué regiones podría aumentar el empleo en los próximos meses?
Gonzalo Manrique, analista senior del Instituto Peruano de Economía (IPE), comentó que estos resultados responden a la colocación en el mercado laboral que tienen los trabajadores a partir de sus salarios. Esto se vincula directamente a la estabilidad.
“Las cifras del quintil de menores ingresos nos dicen que más del 24% no termina manteniendo su empleo en el siguiente trimestre. Estas probabilidades tienen que ver con que los trabajadores de mayores ingresos tienen empleos de mayor calidad, formales, que les genera menos inestabilidad, menos riesgo, volatilidad. En cambio, los de más bajos, tienen empleos más precarios, informales, sin contratos. Entonces, la probabilidad de perder ese puesto es alta”, explicó Manrique.
A su turno, Juan Carlos Odar, director de Phase Consultores, comentó que estos resultados están relacionados a un tema de habilidades de los trabajadores. “Un mayor nivel de ingresos está correlacionado a que se tuvo una mayor educación”, anotó.
Panorama nacional
A modo general, el BCRP estimó un ligero incremento en las probabilidades de que las personas con empleo pasen a perderlo de un 2.9% en el 2023 a un 3.7% al segundo trimestre de este año. También mostró un estancamiento en un 50.1% en quienes pasan del desempleo a tener un trabajo y una ligera caída del desempleo a la inactividad desde un 30.5% a un 28.1%.
Sobre esta base, Odar resaltó que poco más de la mitad que se encuentra buscando trabajo (desempleo) lo consigue al siguiente trimestre.
Manrique destacó que, pese a que se tiene una lenta recuperación del mercado laboral, la incidencia de conseguir un empleo se mantuvo en un 50.1% y que se redujo la incidencia de abandonar el mercado laboral ante el desempleo.
Odar complementó señalando que “se sugiere una ligera mejora ante una reducción del grupo que busca un trabajo, no lo consigue; pero no cae en el desaliento o diserta del mercado laboral”. “En el fondo hay una mejor expectativa de conseguir trabajo”, apuntó.
LEA ADEMÁS: BCRP: puerto de Chancay contribuiría con 0.9 puntos del PBI en el 2025
La matriz del BCRP, además, mostró que un 4.6% de los trabajadores entre los 14-19 años y un 4.9% de los 20-29 años suelen perder su empleo en el trimestre siguiente, mientras que un 37% y un 11.9%, respectivamente, pasaría a la inactividad. Esta última transición (del empleo a la inactividad) en el grupo de 30-39 años y de 40-29 años es de 7.4% y 6.4%, respectivamente, valores significativamente inferiores.
Odar señaló que es “habitual” que los grupos de los más jóvenes tengan una alta probabilidad de perder su trabajo. “Hay factores estacionales. Por ejemplo, hay un gran grupo de chicos que solo busca trabajo en sus vacaciones”, comentó.
Segmentado por nivel de residencia, Manrique apuntó que es mucho mayor la probabilidad de pasar, en el siguiente trimestre, del desempleo a tener un trabajo en el ámbito rural (64.6%) que en el urbano (49.3%). “Está en línea con la progresiva recuperación del sector agricultura”, detalló.
“Para las personas que viven en zonas rurales, transitar a la inactividad es menos probable, observando principalmente flujos entre el desempleo y la ocupación”, complementó el BCRP en su análisis.
Mayor vulnerabilidad
En hombres y mujeres, solo un 3%, respectivamente, suele pasar de tener empleo a perderlo al siguiente trimestre. Sin embargo, la brecha se evidencia cuando se más que duplica la incidencia de transitar de la ocupación a la inactividad (deja de buscar trabajo): un 14.6% en mujeres frente a un 7.1%.
Asimismo, el BCRP calculó que un 45.1% de las mujeres pasaría del desempleo a la ocupación, inferior a la cifra para los hombres (55.7%). En tanto, la incidencia del desempleo a la inactividad es mayor en las mujeres, siendo un 34% vs un 24.8%.
Pamela Navarro, directora de Atalla Legal, señaló que estos resultados muestran que la maternidad sigue siendo un castigo para las mujeres y su desarrollo profesional.
“Cuando una mujer sale del mercado laboral por temas de maternidad, las oportunidades para regresar son menores, pues las empresas perciben que van a estar distraídas. Y esto no solo alcanza cuando los hijos son bebés, sino que se extiende hasta antes de la adolescencia. Esto es un castigo y discriminación porque no se pondera al contratar a un hombre”, explicó.
Navarro indicó que estos prejuicios que terminan incidiendo en la contratación de las mujeres no logran despejarse, pese a que la normativa peruana lo prohíbe.
“Pese a que es ilegal, se continúa preguntando cuántos hijos tiene una mujer. Es más, cuando se sabe esta información, no se pregunta sobre el padre del menor, sino por si la mujer tiene un esposo, asumiendo que habrá una ayuda ante estas responsabilidades. Al final, la mujer se desalienta y cae en la inactividad”, agregó.
LEE TAMBIÉN: Igualdad salarial: ¿cuánto demorará cerrar la brecha de ingreso promedio de casi S/500?
En la misma línea, Odar y Manrique coincidieron en que la diferenciación de resultados de probabilidades para hombres y mujeres se vincula al tema de la maternidad.
“Las mujeres enfrentan mayores problemas para conseguir empleo. Hay una mayor vulnerabilidad”, anotó Manrique.
En su reporte, el BCRP también confirmó que la transición hacia la inactividad es relevante para las mujeres y jóvenes”.
De acuerdo con estimaciones del IPE, a partir de un estudio de Reino Unido, el 40% de trabajadoras en el Perú deja de estar ocupada luego de tener a su primer hijo. Incluso, transcurrida una década, el 41% de dicho grupo no logra reinsertarse al mercado laboral. Esta “penalidad por maternidad” es la novena más alta de América Latina y el Caribe.
Para Navarro, esta situación podría empezar a cambiarse a partir del despliegue de campañas de sensibilización sobre copaternidad y corresponsabilidades.
“A través de las campañas de hostigamiento sexual, podría sumarse estos temas. Ante las preguntas en los procesos de selección, es difícil avanzar en el empoderamiento de las mujeres, de las madres”, puntualizó.
Bachiller en Comunicación y Periodismo en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), especializado en economía, negocios, mercado laboral, políticas públicas, tributario, procesos concursales.
Comienza a destacar en el mundo empresarial recibiendo las noticias más exclusivas del día en tu bandeja Aquí. Si aún no tienes una cuenta, Regístrate gratis y sé parte de nuestra comunidad.