La economía de la eurozona crecerá menos de lo esperado este año, ya que los precios de la energía y los problemas de la cadena de suministro aumentan la inflación y retrasan una recuperación más rápida, indicó la Comisión Europea (CE).
De acuerdo con las nuevas estimaciones presentadas, la CE prevé que la economía de la eurozona cerrará el 2022 con crecimiento de 4%, un leve reajuste a la baja en relación a las previsiones publicadas en noviembre, de 4.3%.
El Producto Bruto Interno (PBI) general de los países de la Unión Europea (UE), que incluye a aquellos que no utilizan la moneda única, se situaría al final del 2023 en 2.8%, al tiempo que el crecimiento económico en la zona del euro cerraría el próximo año en 2.7%.
Sin embargo, la CE elevó su previsión para la inflación este año en la eurozona, que cerraría el año en un marcado 3.5%, luego de que en noviembre había previsto una inflación anual de 2.2%. Para el conjunto de la UE, la inflación sería de 3.8% en el 2022.
“El crecimiento sigue definido por la pandemia, y varios países de la UE están bajo presión combinada de una sobrecarga de los sistemas de salud pública y carencia de personal. Congestionamientos logísticos en la cadena de abastecimiento también pesan”, indicó la CE en su informe.
“Finalmente, se espera ahora que los precios de la energía se mantengan elevados por un período más largo que el previsto inicialmente, y por lo tanto ejerce un lastre duradero en la economía y la inflación”, añadió.
No obstante, el informe señala que “estas previsiones asumen que el lastre a la economía causado por la actual oleada de infecciones con COVID-19 será de corto plazo” y que luego “la actividad económica recuperará el impulso”.
Para el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, “múltiples vientos en contra han enfriado la economía de Europa en este invierno”.
Entre esos factores de desaceleración el funcionario italiano mencionó “la rápida expansión de la variante ómicron, un sostenido aumento de la inflación impulsada por los precios de la energía y dificultades en las cadenas de suministro”.
No obstante, Gentiloni indicó que como esos factores se diluirán progresivamente, “proyectamos que el crecimiento retomará su velocidad a partir de la primavera [boreal]”. Los fundamentos de la economía europea permanecen “sólidos”, afirmó.
Inflación persistente
“Las presiones sobre los precios posiblemente permanecerán fuertes hasta el verano [boreal] y a partir de ese punto se proyecta que la inflación decline ya que habrá una moderación en los precios de la energía”. comentó.
En tanto, el vicepresidente ejecutivo de la Comisión, Valdis Dombrovskis, señaló que “como la pandemia persiste, nuestro desafío inmediato es mantener la recuperación en marcha”.
En su opinión, “los significativos aumentos en la inflación y los precios de la energía, además de los problemas de logísticas y cadenas de suministro, contienen el crecimiento”.
El 2 de febrero, la agencia europea de estadísticas, Eurostat, señaló que la eurozona cerró el mes de enero con una inflación interanual de 5.1%, la más elevada de toda la serie histórica.
De esta forma, la inflación se sitúa muy encima de la meta expresada por el Banco Central Europeo (BCE), que se había propuesto como objetivo una inflación “próxima pero inferior” a 2%.
Brutalmente golpeada por la pandemia, la economía europea sufrió en 2020 una recesión sin precedentes, pero de acuerdo con la CE “la UE como un todo alcanzó sus niveles de PBI prepandemia en el tercer trimestre del 2021″.
Entre las principales economías del bloque, la CE estimó que Alemania experimentará este año un crecimiento de 3.6%, para moderarse a 2.6% al final del 2023.
En tanto, España cerraría este año con un robusto 5.6% de crecimiento, para alcanzar 4.4% en el próximo año. A su vez, Francia experimentaría un alza del PBI este año de 3.6%, para exhibir un 2.1% en el 2023.