La brecha de género es un problema que aqueja a cualquier sociedad, y que tiene repercusiones económicas a escala nacional si esta no se resuelve. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) da información de la situación de Perú.
Según el Índice de Género e Instituciones Sociales (SIGI) 2023 del Centro de Desarrollo de la OCDE, que mide la discriminación a las mujeres en las instituciones sociales en 179 países, Perú tiene un puntaje 21.7, alineado con el promedio de la región, pero por encima de países como Ecuador (17.2), Argentina (17.8), Bolivia (20.8) y Venezuela (16.6).
Los puntajes SIGI varían de 0 a 100, donde 0 indica que no hay discriminación y 100 indica discriminación absoluta. Países como Chile (27.7), Brasil (22.8) y México (22.3) están peor ubicados.
En particular, el índice aborda cuatro dimensiones, de las que, para el caso peruano, resaltan dos: la de acceso restringido a recursos productivos y financieros, que contempla la disponibilidad de activos económicos críticos para las mujeres; y la de discriminación en la familia, que captura dinámicas de poder dentro del hogar y evalúa hasta qué punto las mujeres son infravaloradas.
Respecto del primer eje, el puntaje para Perú (9.1) es mejor que el agregado para el mundo (28.2) y América (22.7), y alejados de países como Chile (60.8). Se destaca para el país la igualdad en cuanto a derechos de propiedad, y niveles similares de acceso de ambos géneros a una cuentas bancaria (46% del total pertenecen a mujeres).
La OCDE hace uso de las variables de brecha de género en puestos directivos medios y altos en esta dimensión. En Perú, las mujeres representan el 35% (del total de directivos) y el 20% (del total de líderes de empresas), situación que si bien tiene niveles similares en países de la región y el mundo, sigue estando lejos de la paridad.
“Este indicador de acceso está bastante relacionado con la participación de la mujer en el mercado laboral; dentro de la región está bien posicionada, aunque se debe analizar la calidad también. En base a los datos de la OCDE, vemos que para los directivos de mando alto, si bien lo óptimo sería estar 50%, de manera relativa, al compararnos con Chile (5%), que casi siempre es la referencia hacia arriba, Perú está mejor”, señaló Katherine Sanchez, economista de Macroconsult.
Al respecto, del total de la PEA ocupada del país, el 56.3% (9, 995,000) son hombres y el 43.7% (7,761, 300) son mujeres, según datos del Instituto Nacional de Estadística del 2022.
Asimismo, el punto deficitario para Perú pasa principalmente por la dimensión de discriminación familiar, pues se tiene un puntaje de 36.7, frente al promedio de América (21.7), y de países como Colombia (21.9) y Chile (8.5).
“En base a las variables que contempla la OCDE, aquellas que más le pegan a Perú son los relacionados a temas legales alrededor del divorcio, y también las horas dedicadas al trabajo doméstico y de cuidados no remunerados, en donde las mujeres dedican tres veces lo que lo hace el hombre”, dijo Sánchez.
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¿CuáI es el impacto económico de la brecha de género?
La analista de Macroconsult mencionó que los efectos económicos de mantener brechas en cuestiones de género no solo afectan a las mujeres, sino que se terminan por reflejar en una mayor vulnerabilidad de la población, pérdida de productividad y menor crecimiento económico.
La mayor tendencia a trabajos de menor calidad es aquello que gatilla “un circulo de vulnerabilidad”, enfatizó la especialista. Al respecto, según datos del INEI para el 2022, en el área urbana el 61% de los empleos formales son ocupados por hombres y el 39% por mujeres. Respecto del 2021, el empleo informal aumentó en 6.9% en las mujeres y 2.8% en los hombres.
“Las mujeres son mayormente restringidas por las labores que tienen en el hogar, esto causa una menor participación en el mercado laboral o la búsqueda de trabajos más precarios. Ello conlleva a que aumente la informalidad, y da paso a un círculo intergeneracional de vulnerabilidad, que implica ingresos bajos en el hogar, y los hijos continúan este patrón. Por otro lado, el no tener un trabajo formal o en donde se pueda desplegar la capacidad de, en este caso la mujer, se está limitando su productividad y crecimiento también de la economía, entendiendo que alrededor del 50% de la población son mujeres”, anotó.
Datos
- En el año 2022, la tasa de desempleo de las mujeres se ubicó en 5.3%, siendo 1.8 puntos porcentuales más que de los hombres (3.5%).
- El ingreso promedio, proveniente del área urbana, de los hombres se incrementó en 11.2% (S/184.3) y el de las mujeres en 7.8% (S/92.9) el año pasado. El ingreso de las mujeres representó el 70% del ingreso de los hombres.
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