El presidente Martín Vizcarra anunció, durante su mensaje a la Nación de 28 de julio, la entrega de un segundo bono de S/ 760 entre agosto y octubre, el cual beneficiará a 8.5 millones de hogares. ¿Qué se necesita para que la entrega de este beneficio sea efectiva?
Un estudio de Caja Los Andes a 365 personas entre el 15 y 30 de junio revela que 91.2% de beneficiarios del primer bono se trasladó por una hora o más para recibir el dinero. “Algunas mujeres han tenido que caminar hasta cuatro horas para ir a la agencia a recibir el bono porque la normativa que se utilizó obligaba a la persona a físicamente ir a una agencia, firmar y recoger el dinero. Eso es terrible en una pandemia”, apunta Rosanna Ramos-Velita, presidente del directorio de Caja Los Andes.
Por eso, Ramos-Velita propone incluir al dinero electrónico, a través de la Billetera Electrónica (BIM), para la entrega del segundo bono. La mayoría de las entidades de microfinanzas tienen ya la autorización de emitir dinero electrónico. “Luego de que les mostramos BIM, muchos de nuestros clientes han visto el beneficio”, precisa la directiva.
Sin embargo, hay algunas limitantes que impiden la expansión de BIM. Por ejemplo, el 54.2% de los encuestados por Caja Los Andes señala que no tiene acceso a Internet y el 40.8% dice no tener cobertura móvil. Además, el 40% indica que no tiene teléfono, aunque eso podría significar que el celular es compartido por todos los miembros de la familia. El 21.4% considera que el uso de BIM es muy complicado.
Ramos-Velita sugiere que parte de la inversión para la entrega del segundo bono —que asciende a S/ 6.400 millones— se destine a potenciar la capacidad de ejecución del Gobierno. “Por ejemplo, que los gestores del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) y Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) tengan asesoramiento legal para que puedan adaptar sus normas e incluir la emisión de dinero electrónico en estos subsidios. De lo contrario, va a ser lo mismo que antes”.
Propone que el Gobierno arme mesas de trabajo con equipos técnicos que incluyan a las microfinancieras para que estas puedan poner sus bases de datos a disposición del Estado. Además, considera que se debe de usar más soluciones digitales, como el reconocimiento facial. “Ya no más colas. Ese debe ser el objetivo para la ejecución de este bono”, enfatiza.
¿Para que se usa el dinero del bono?
Durante la cuarentena, los beneficiarios usaron el bono rural para comprar alimentos (87.7%). El 21.7% lo usó para adquirir medicinas, el 17.8% para pagar deudas, el 3.8% para invertir en su negocio y el 1.9% para atenciones médicas, según una encuesta de Caja Los Andes.
A pesar de las crisis, algunas personas también destinaron el dinero del subsidio para solventar los gastos de la educación de sus hijos.
Los resultados se explican debido a que la cuarentena creó una crisis alimentaria para las familias de zonas rurales. Por ejemplo, el 67% dijo que tenía poco para comer antes de recibir el bono durante el confinamiento.
Casi el 30% prefirió seguir trabajando pese a la expansión del virus en el país. Menos del 20% tenía acceso a ahorros. Para cubrir sus necesidades, el 28.5% accedió a préstamos, el 27.7% pidió ayuda a familiares o amigos y el 24.7% vendió algo.