El precio de la pota cayó en picada con la crisis sanitaria y económica que paralizó su demanda en el país. Aunque los pescadores artesanales ya no la venden a S/ 0.3 por kilogramo, como costó hasta semanas atrás, la recuperación de las ventas todavía se ve desde muy lejos, según indica el representante gremial José Luis Bernuy. Frente a este problema, el sector plantea una salida que requeriría de respaldo estatal.
Después de la anchoveta, la pota es el segundo de los principales recursos captados por los pescadores artesanales, que además son los únicos autorizados para aprovecharla. Cada año obtenían alrededor de 560 toneladas del también llamado calamar gigante.
Antes de la llegada de la pandemia, oscilaba entre S/2 y S/3 el precio por kilogramo vendido a los comerciantes mayoristas y los acopiadores de las fábricas. Con la abismal caída de la demanda, su precio fue bajando hasta llegar a S/ 0.3, luego se recuperó parcialmente y ahora es de alrededor de S/ 1.1, señaló Bernuy, presidente de la Asociación Nacional de Empresas Pesqueras Artesanales del Perú (Anepap).
El 70% de la producción nacional de pota se destinaba a la exportación, y el 25%, al mercado interno, pero las ventas hacia ambos destinos se han reducido a menos de la tercera parte. Por un lado, está la crisis económica que golpea a los mercados internacional y nacional, y por otro, los hábitos de consumo de los peruanos.
En el mercado interno, los principales compradores de pota son las cevicherías, pero las ventas de estos negocios aún no se recuperan por completo. “El problema con la venta de pota es que la gente no está acostumbrada a comerla como plato principal, sino como acompañante del ceviche o de la leche de tigre. Los restaurantes ya no reciben tanto público como antes y ya no salen los vendedores de leche de tigre, entonces nuestras ventas se han reducido”, explicó el presidente de Anepap.
Frente a esta encrucijada, la asociación le planteará a la ministra de Economía, María Antonieta Alva, redistribuir los recursos del pago de los derechos de pesca, para crear fondos regionales que permitan otorgar créditos a estos pescadores.
Con los créditos, ellos podrán comprar camiones para abrir nuevos canales de distribución “complementarios a los ya existentes”, que los acerquen al consumidor final. Además, esos fondos permitirían financiar en diversas regiones un proyecto para procesar pota y así venderla como hamburguesas o embutidos.
Esta idea se inspira en el Centro de Innovación Productiva y Transferencia Tecnológica (CITE) pesquero del Callao, que cuenta con máquinas para la producción de embutidos a base de pota, pero ahora los pescadores artesanales apuntan a la creación de dos plantas de procesamiento de dimensiones mayores.
“Ya hemos identificado dos terrenos del Estado en Lambayeque y La Labertad, donde podrían establecerse los CITES pesqueros con la maquinaria para producir los embutidos de pota. Mucha gente se resiste a la pota porque su piel es un poco dura, pero si la procesamos su textura es diferente”, dijo Bernuy a Gestion.pe.
Además, la asociación presentará al Gobierno una propuesta para facilitar la formalización de los pescadores artesanales, pues solo el 30% la ha obtenido. Uno de los obstáculos principales para ellos es el pago de entre 180 y S/ 220 por los exámenes médicos necesarios. Por ello, Anepap planteará que estos se realicen de forma gratuita en los centros de salud del Estado y que el carné de pescador se obtenga de manera virtual.