¿...y como se hace?
No suelo hacer recomendaciones de inversión o similares en este espacio, pues no es el objetivo del mismo. Esta vez sin embargo voy a darles un brochaso muy general de cómo es que implementamos un plan de inversiones, y en el camino voy a hacer algunos comentarios que en realidad, más que una recomendación, son nuestra posición frente a los mercados globales. Antes voy a hacer algunas precisiones que considero necesarias.
Primero, las inversiones no se hacen según nuestro estado de ánimo, no se hacen replicando lo que hizo mi vecino de al frente que como compro acciones y ganó, entonces yo también compro. Segundo, la inversión en mercados financieros, no importa el vehículo elegido (acciones, bonos, notas estructuradas, fondos mutuos, derivados, etc.) implica riesgos, pero esa no es una razón para no invertir, los riesgos se administran. Tercero, uno no “juega en Bolsa”, si quieren jugar váyanse a un casino. En la Bolsa de Valores se invierte, y la forma correcta de hacer las inversiones es mediante un plan de inversiones. Dicho lo dicho, vamos explicando los pasos a seguir.
Lo primero que debemos tener claro es “para que estamos invirtiendo”, es decir nuestros objetivos. Cuando hago esta pregunta, muchas veces la respuesta casi en automático es “para ganar plata o por el rendimiento”. Bueno, la verdad de la milanesa es que el rendimiento no es un objetivo per se. Los objetivos son por ejemplo acumular un fondo que nos permita vivir tranquilos durante la jubilación, o un fondo que nos permita retirarnos anticipadamente, construir el fondo para la educación universitaria de los hijos, capitalizarse para poner un negocio, lograr y mantener cierto nivel de vida, financiar los viajes de vacaciones familiares, etc. Invertir y lograr determinada tasa de rentabilidad va a hacer posible que logremos nuestros objetivos, cualesquiera sean estos. Como ven la rentabilidad no es un objetivo en sí, es el medio que nos permitirá alcanzar los objetivos que como persona individual o familia nos planteemos.
Tener los objetivos claros es importante porque ello nos permitirá trazar la “hoja de ruta” que debemos seguir mediante las inversiones, y porque además cada uno de ellos trae consigo de manera implícita el famoso “horizonte de inversión”. Los objetivos y el horizonte de inversión a su vez nos ayudarán a establecer el tipo de activo (sustitutos de efectivo, acciones, bonos, o activos alternativos) que debemos ponderar en los portafolios, según la tasa de rendimiento requerida para lograr dichos objetivos en el horizonte de tiempo establecido. De la mano de la estructura según clase de activo viene el nivel de riesgo que debemos aceptar si queremos alcanzar el objetivo. La pregunta clave entonces será, qué tan cómodos nos sentimos con el riesgo que debemos asumir.
Voy a aterrizar lo expuesto en los últimos párrafos con un ejemplo. Supongamos un individuo de 32 años que desea construir un patrimonio que en la jubilación le sirva para complementar el fondo previsional que viene acumulando en su AFP. El objetivo claramente es el fondo de jubilación, y si piensa jubilarse a los 65 años su horizonte de inversión es 33 años, o dicho de manera más general, largo plazo. Esta persona debe seguir lo que llamamos una “estrategia de crecimiento”, lo que significa que su portafolio de inversiones debe ponderar activos riesgosos, acciones o renta variable por ejemplo. Ahora, no debemos asustarnos porque hay activos riesgosos en el portafolio, como dije antes, el riesgo se gestiona. Sería un error construir un portafolio de inversiones para este objetivo ponderando por ejemplo Depósitos a Plazo. Con este tipo de instrumentos de ninguna manera vamos a lograr el objetivo, lo más probable es que nos quedemos cortos y el patrimonio acumulado al final del tiempo no sea suficiente. Dentro de la gestión de inversiones, los Depósitos a Plazo son instrumentos de preservación de capital, no de crecimiento.
Determinar la estructura de las inversiones, es decir qué porcentaje de cada clase de activos debe ir en el portafolio, así como en donde invertir (economías desarrolladas o economías emergentes), en qué sectores económicos de dichas economías, y en qué empresas en específico, corresponde a lo que dentro del proceso llamamos la “Asignación Estratégica”. Para ello hay que analizar los fundamentos económicos globales, y sobre dicha base delinear el escenario que servirá de fondo para construir el portafolio.
Por ejemplo, nuestra asignación en renta variable todavía pondera los mercados desarrollados, aunque ahora somos un poco más selectivos. En EEUU nos gustan los sectores directamente relacionados a la demanda interna, entre ellos Consumo Discrecional y Salud. Tras el BREXIT estamos muy cautos con la zona Euro, y creemos que el mercado de acciones de Japón seguirá beneficiándose de las políticas monetarias expansivas que sigue dicho país. En los mercados emergentes asiáticos vemos oportunidades puntuales en India, y en sectores relacionados a consumo en China, mientras que en emergentes Latino América, el nuevo escenario político nos ha llevado a cambiar nuestra posición para Perú, que como recordarán quienes me hacen el honor de seguir estas publicaciones, era un mercado que nosotros mantuvimos fuera de nuestras recomendaciones hasta los primeros meses de este año. En renta fija (bonos) estamos mayormente neutrales, siguiendo estrategias defensivas. Finalmente en commodities, estamos positivos para metales preciosos, energía, y neutrales para metales base.
Esta asignación por bloques regionales obedece al escenario global que nosotros manejamos. En EEUU nosotros creemos que a pesar de haber crecido por debajo de lo esperado en el segundo trimestre del año, la solidez que sigue mostrando el mercado laboral le da soporte a la economía interna y por ende a los sectores de demanda. Sin embargo enfrenta riesgos externos (la desaceleración China, y las consecuencias del BREXIT sobre las economías mundiales, especialmente la zona Euro). Debido a ello es que la Reserva Federal se está tomando con calma la decisión de normalizar su política de tasas de interés, hecho este último que ha permitido en los últimos meses la subida del precio del oro. La zona Euro en cambio, que ya mostraba indicadores mixtos durante la primera mitad del año, anticipando crecimientos modestos de sus economías, ahora debe enfrentar las posibles consecuencias del BREXIT y la incertidumbre que ello genera. En este sentido, este es un hecho que refuerza nuestra posición respecto al oro y los activos relacionados. Finalmente, si bien parecería que la Reserva Federal en EEUU no subirá su tasa de interés de referencia en el futuro inmediato, lo tendrá que hacer en algún momento, y ello nos mantiene defensivos en renta fija, aunque vemos atractivos aquellos bonos que tengan algún tipo rendimiento indexado. Finalmente, la desaceleración de China y la incertidumbre sobre el crecimiento global nos mantiene neutrales para los mentales industriales.
Siguiendo con nuestro plan de inversiones, existen oportunidades de corto plazo puntuales que se pueden aprovechar. En el escenario que hemos descrito antes por ejemplo, debido a la pausa que ha impuesto la Reserva Federal de EEUU a su política monetaria, nos ha resultado interesante tener “temporalmente” una mayor exposición al oro. Este rebalanceo temporal para aprovechar una oportunidad específica es lo que nosotros llamamos “asignación táctica”. Solo debemos tener presente que como anoté líneas arriba, tiene un carácter TEMPORAL, tras lo cual debemos regresar a la estructura de largo plazo o estratégica.
Más o menos así es como estructuramos el plan de inversiones. He tratado de hacer una síntesis de un proceso que tiene sus complejidades, no estoy haciendo referencia por ejemplo las políticas de gestión de riesgos, no estoy explicando como hacer el monitoreo necesario del portafolio que nos asegure mantener la relación riesgo rendimiento aceptada, y además nos permita evaluar la calidad de la gestión, entre otros temas más. Como ven invertir no es solamente comprar acciones porque “alguien” les dijo que compren acciones de la empresa ABC que está subiendo y se puede ganar harta plata rapidito.
Hay tres requisitos que yo considero deben cumplir si desean gestionar sus inversiones personalmente. Primero deben capacitarse, no tienen que tener un doctorado en economía, pero si es importante que entiendan la dinámica económica y como se transmite al precio de los activos en el mercado. Por ejemplo deben ser capaces de entender por qué la política monetaria en EEUU afecta la cotización de las acciones, de los bonos, y de los commodities, porqué y cómo reaccionan los precios de los activos cuando se publica la tasa de desempleo o el indicador de confianza del consumidor, entre otras cosas. Lo pueden lograr si se habitúan a leer información financiera. Segundo, deben tener la madurez emocional que les permita superar toda la gama de sesgos psicológicos que afectarán sus decisiones cuando estén involucrados manejando sus inversiones. Hay mucha psicología en el proceso de inversión que es estudiado por la Finanzas Conductuales. Por último el tercer requisito que deben cumplir es disponer de tiempo para leer, investigar y analizar información, tomar decisiones y seguir el mercado. Hacer inversiones no es un trabajo de tiempo parcial, no es algo que se hace en los ratos libres. Como siempre digo, al mercado no se le da la espalda porque los puede sorprender. Si tienen todo esto, adelante y éxitos!!!