Nuevas Elecciones Congresales: Una Mirada desde el Riesgo Operacional y el Riesgo País
A fines de marzo del 2018 dediqué un post al problema del cuidado a tener con el manejo del riesgo operacional estatal sistémico y del propio riesgo país, haciendo ciertas sugerencias, en un contexto de sucesión presidencial anticipada. Hemos vivido nuevamente situaciones dramáticas, que parecen en curso de estabilización. Pero en el nuevo contexto político, aparece un factor de riesgo adicional a no descuidar de ninguna manera, y ahí coincido con otros que han manifestado su preocupación: el riesgo de que se tenga nuevamente un Congreso muy mediocre y destructivo en nombre de intereses subalternos y/o uno dominado por fuerzas políticas cuya adhesión a la Constitución es nula y con un subyacente ideológico (abierto u oculto) simpatizante del chavismo y de otras formas de radicalismo, es decir demócrata sólo en apariencia. Hay riesgos directos y riesgos de “entorno”, el asunto es más amplio.
A mi parecer ese tema es un desafío tanto desde el punto de vista del riesgo operacional estatal sistémico como en el aspecto de la gestión del propio riesgo país; a pesar de esta crisis, y de los esfuerzos de algunos para continuarla a toda costa usando incluso mecanismos internacionales, seguimos aún con una buena percepción de las clasificadoras internacionales y de los inversionistas internacionales (que se refleja en el indicador EMBI de la deuda soberana peruana, llamado “riesgo país” en nuestra prensa); esperemos que siga siendo así.
En medio de las numerosas muestras genuinas de preocupación expresadas en cuanto a lo que podría ser ese Congreso de corta duración, tuve la oportunidad de escuchar una entrevista a un analista que suele “pensar fuera de la caja”, donde él expresaba más bien optimismo al respecto, tomando como argumento que gente de calidad que no tuviese ambiciones congresales largas (es decir sin proyectos de elección congresal en el 2021), podría encontrar interesante la oportunidad de ser útil al país en estas circunstancias, al ser además un periodo suficientemente corto para no afectar una trayectoria profesional.
Me llamó suficientemente la atención esa opinión, al formar yo también parte de “los preocupados” (pensando en nuestro riesgo país y sostenibilidad como país, no sólo a corto plazo sino a mediano y largo plazo) como para querer darle más vueltas a la idea.
Y pienso, en fin de cuentas, que hay posibilidades de que ese Congreso con mandato corto pueda ser más bien un éxito que un nuevo fracaso, si se toman una serie de precauciones, directas y de “entorno” de esas elecciones. Me permito hacer algunas sugerencias:
. un urgente inventario completo de las reformas políticas positivas que son implementables en estas elecciones y cuáles no, para tener una idea clara de las brechas que quedan pendientes para tener una mejor calidad en el personal elegido; y ver cuáles pueden resolverse de manera legal incuestionable mediante Decretos de Urgencia, que tienen rango de Ley, o mediante modificaciones reglamentarias, y cuáles quedarían como brechas no solucionables por la vía legal o reglamentaria antes de las elecciones; evidentemente parte del trabajo sería ver qué podría ser solucionable con ese nuevo Congreso después pero a tiempo antes de las elecciones del 2021
. la prensa y la sociedad civil organizada deberían tener un conocimiento exacto de esas brechas, y de sus probables efectos nefastos, y hacerlos conocer al electorado, para incitar a ejercer una vigilancia pública acrecentada y una presión constante sobre los partidos en lo que respecta a cierto tipo de candidatos, incluyendo las acciones legales que correspondan ante los entes electorales para evitar que puedan seguir siéndolo
. los partidos a los cuales están ligados los probables futuros candidatos presidenciales 2021 democráticos y sin lazos con la corrupción organizada, deberían ejercer un especial cuidado en la elaboración de las listas respetando el legítimo deseo de muchos de sus miembros de sólo querer tentar una curul en el 2021; hay perfiles ideales para ello: personas altamente calificadas y honestas que después de las elecciones generales del 2021 prefieren seguir en su ámbito profesional sin mayores ambiciones políticas, personas de ese tipo cuyas proyecciones post-elecciones 2021 sean más bien de cumplir funciones en el Ejecutivo, cualquiera que sea el nivel de mando (eso es importante, pues ahí se puede encontrar desde “pesos pesados” de la tecnocracia y del mundo intelectual hasta jóvenes muy prometedores: ¿por qué no tener un Congreso de edad promedio mucho más joven?); hay asociaciones de reflexión política y sobre políticas públicas que podrían tener candidatos invitados en diferentes partidos según sus inclinaciones
. ciertos partidos centristas o de centro derecha o de centro izquierda, para hacer renacer sus chances de tener una buena votación en el 2020, y luego en el 2021, deberían desgraciadamente tener que pasar lo más pronto posible por un proceso de medidas disciplinarias internas y un mea culpa público frente al país (un tweet no basta…) por su actuación anterior a favor de los Cuellos Blancos, o por el tipo de alianzas de facto que hicieron ellos o parte de sus representantes, o por su implicación en Lava Jato, aunque sólo hayan tenido financiación de campañas; es tanto más necesario porque forman parte del núcleo más probadamente democrático del país; los partidos donde estén los futuros candidatos presidenciales considerados como de “derecha conservadora” por la prensa pero para quienes la verdadera línea divisoria es la honestidad e integridad o la falta de ellas, también deberían efectuar el mismo proceso de limpieza de ser necesario
. antes de las elecciones de Enero del 2020 todos estos partidos deberían haber firmado un pacto específico, más allá del habitual pacto ético, comprometiéndose con la ciudadanía a cambiar el reglamento del Congreso en lo que respecta al sistema de asesores, para adoptar un sistema inspirado de las mejores prácticas internacionales donde éstos son profesionales reclutados mediante concurso por SERVIR, que trabajan para el Congreso y sus comisiones, no para un congresista o bancada específicos, y cuyo número sea limitado a lo realmente necesario
. también esos partidos deberían firmar un compromiso público conjunto frente a la ciudadanía para suprimir totalmente, apenas esté el Congreso en funciones, el sistema de “invitaciones” por las bancadas para integrar el TC y otros puestos públicos clave para la institucionalidad, sólo debería haber candidatos admitidos y evaluados de manera transparente; el proyecto del Ejecutivo que fue rechazado podría servir de base con ciertas mejoras
, otro compromiso público que deberían firmar todos esos partidos es la adopción de todas las reformas judiciales y políticas que quedaron trabadas o deformadas, para que el primer tema ya no sea un pendiente, y que las elecciones del 2021 se hagan con las mejores reglas posibles para que sean limpias (con un rol automático reforzado de la UIF), incluyendo el voto de los peruanos del extranjero (de no ser posible corregir el ya famoso despropósito-o maniobra, no sabemos-para las elecciones de enero 2020)
. igualmente todos esos partidos, puesto que ciertos ajustes a la Constitución parecen ser inevitables para despejar zonas de incertidumbre, o aprender de ciertos errores, deberían firmar un compromiso público conjunto frente a la ciudadanía de no buscar armar una Asamblea Constituyente para cambiar la Constitución, ni a buscar que el periodo de este Congreso se cambie a 5 años; en cambio, la bicameralidad no debería ser un compromiso, ya se verá si hay consenso en dicho Congreso para hacer esa reforma o no (personalmente estoy a favor, pero hacer una que esté bien pensada toma tiempo, pues tiene que verse el equilibrio completo, supone una reforma parlamentaria global, así como del sistema electoral, en realidad)
. finalmente, todos dichos partidos deberían firmar un compromiso público de apoyar totalmente la investigación de los Cuellos Blancos (lo que incluye revisar cuando sea posible las acusaciones constitucionales para corregir las aberraciones cometidas anteriormente, para que incluyan todos los delitos que correspondan) y a no atacar bajo ninguna forma el convenio de colaboración eficaz con Odebrecht, y los que vengan con otras empresas por los diferentes escándalos (incluyendo el del Club de la Construcción); un punto importante: hay que saber ser realista en función de la práctica internacional; en estos casos muchas empresas quiebran o quedan al borde de lo quiebra, les toma años recuperarse; por la experiencia que tengo en restructuraciones crediticias internacionales grandes, a menudo los pagos de los primeros años son pequeños, lo que cuenta es asegurarse de una buena indemnización final); lo primordial es conocer todo el entramado al detalle, bebiendo del horrendo cáliz hasta el final, por más doloroso que sea para muchos de nosotros descubrir que conocidos suyos o que sus candidatos estaban involucrados; sin eso no se puede ser totalmente eficaz a futuro en la limpieza de la política y la lucha contra esos esquemas (está en juego también mejorar la normativa de contrataciones públicas y la de APPs, así como los dispositivos anti-corrupción en el Estado y en el sector privado), y no se puede volver a correr el riesgo de que personas involucradas, al ignorarse ello, puedan presentarse como candidatos y ser elegidas, asumir funciones de representación gremial empresarial, o seguir en la función pública
. es también indispensable, para que se refuerce la confianza en el sistema democrático, que entretanto la Junta Nacional de Justicia tenga abundancia de buenos candidatos (falta poco para el 18 de Octubre), para que todo se desarrolle conforme al cronograma publicado (juramentación el 6 de Enero 2020); el proceso tiene que haber sido público, incluyendo todas las entrevistas a los candidatos y absolutamente impecable, no debe dejar ninguna impresión de sesgos extraños en la Comisión Especial.
En cuanto al Ejecutivo, le corresponde usar de manera óptima su facultad de emitir decretos de urgencia durante el interregno, sin abusar de ello, como lo indicó el Presidente (¿algo inspirado en el sistema usado en los Panamericanos para acelerar la Reconstrucción del Norte por ejemplo? ¿Reintroducir todas las cosas acertadas que el anterior Congreso anuló en los anteriores decretos legislativos?).
Y creo, deseando que este gobierno tenga grandes logros, y que no caiga en las trampas tendidas no sólo por los que quieren prolongar la crisis a toda costa o por los que quieren aprovecharla para empujar una agenda de mayor inestabilidad (como una Asamblea Constituyente), sino también por los enemigos de la inversión privada, que incluyen a separatistas de facto que rinden pleitesía a gobernantes de otros países de la región, que, ahora que hay nuevo Gabinete, sería bueno recordar el post de fines de marzo del 2018, para reducir el RIESGO OPERACIONAL ESTATAL SISTÉMICO, puesto que nos encontramos de nuevo en circunstancias parecidas: