La regulación de armas y el sin-sentido común
A partir del último tiroteo masivo en Las Vegas, ha despertado nuevamente la discusión sobre el control de armas de fuego. Para algunos, decir que el control de armas no tiene impacto -necesariamente- sobre la cantidad de atentados es casi un sacrilegio. Para ellos, es ‘de sentido común’ que menos armas equivaldrían a menos muertes y -específicamente- menos atentados del tipo del ocurrido en Las Vegas (tiroteos masivos que no se explican en terrorismo o crimen). Este tipo de relación con las armas y este tipo de tiroteo masivo (inmotivado) aparentemente, además, son fenómenos especialmente Norteamericanos. Sin embargo, esta cosa que para muchos resulta obvia, dista de serlo; lo cual -fuera del caso particular de USA que tiene un interés limitado para nosotros- nos da una lección sobre la relación entre ‘sentido común’ y regulación, en oposición a ‘regulación basada en evidencia’.
Kates y Mauser, en su artículo publicado en la prestigiosa revista ‘Harvard Journal of Law & Public Policy’ se preguntan ‘Prohibir las armas reduciría los asesinatos y suicidios?’, para lo cual hacen una revisión de la evidencia tanto nacional (de USA) como extranjera sobre el tema. Para ellos, quien dice ‘reducir el número de armas reduciría el número de muertes’, tiene la carga de probar esto. Para los autores, sin embargo, no existe evidencia sobre esto. No hay prueba de que países grandes (equiparables a USA) hayan reducido sus niveles de violencia o asesinatos gracias a reducir el número de armas. En palabras de los autores:
“Lograr ese estándar de prueba requeriría al menos mostrar un número alto de países con más armas que tenga más muertes y países con mayor control de armas que hayan alcanzado una reducción de la violencia criminal (o los suicidios). Pero esas correlaciones no se observan cuando un gran número de países es comparado a rededor del mundo”*.
También, sin duda, existen investigaciones que llegan a la conclusión inversa. Sin embargo, esto no debería ser interpretado como una señal de que el punto sí está probado. En todo caso, la duda debería perjudicar al que tiene -como dijimos- la carga de la prueba. Adicionalmente, existen autores, como el reputado criminólogo Gary Kleck que se han tomado el trabajo de comparar las investigaciones empíricas sobre el tema. La conclusión de Kleck fue que los estudios que son metodológicamente débiles confirman la hipótesis (más armas equivalen a más homicidios), mientras que los que son rigurosos, la niegan. La conclusión preliminar de Kleck, es que el estado actual de la cuestión nos dice: más armas NO equivalen a más violencia, ni más asesinatos.
Existen muchas explicaciones para esto. Una de ellas es que, a pesar de que las armas sirven para cometer homicidios, también sirve para la legítima defensa. Otra es que los criminales tienen mayor habilidad para obtener armas cuando están prohibidas.
Qué hay, sin embargo, del caso más específico de los tiroteos masivos?
Pueden medidas ‘gruesas’ evitar casos tan puntuales? La respuesta es que no, y la evidencia hasta el día de hoy contradice a los que abogan por mayor control de armas. Incluso el NYT, un diario liberal, que habitualmente está a favor del control de armas, publicó un reportaje detallado sobre qué tipos de armas se usaron en más de cien casos de tiroteos en USA. La respuesta fue: en cerca del 100% de los casos los que compraron armas lo hicieron en contra de las normas ya existentes. Por esto, los autores concluyen:
“Nuestros hallazgos son desesperanzadores para cualquiera que confiara en una simple solución legislativa a la violencia con armas”**.
*Traducción libre de: “To bear that burden would at the very least require showing that a large number of nations with more guns have more death and that nations that have imposed stringent gun controls have achieved substantial reductions in criminal violence (or suicide). But those correlations are not observed when a large number of nations are compared across the world”.
** “The findings are dispiriting to anyone hoping for simple legislative fixes to gun violence”.