La igualdad de género, el COVID-19 y el sector privado
Vivimos en un mundo cambiante, que avanza con gran rapidez y que nos reta a avanzar con él. Durante estos tiempos, diversos temas se han puesto en posiciones de valor como esenciales para nuestro día a día. Uno de los más importantes, ha sido la puesta en evidencia de las desigualdades que existen entren hombres y mujeres tanto en el ámbito laboral como social.
El pasado 18 de septiembre se celebró, por primera vez a nivel mundial, el Día Internacional de la Igualdad Salarial, promovido por las Naciones Unidas como expresión de su compromiso con los Derechos Humanos en todos sus frentes. Con esta conmemoración se busca contribuir a la erradicación de toda forma de discriminación, en este caso contra la mujer, en el ámbito laboral. Este es un tema que debemos de tener muy presente a la hora de realizar o planificar nuestros siguientes pasos a seguir a nivel de los negocios y en general de las actividades económicas.
La paridad salarial representa la igualdad de sueldos por un trabajo de igual valor o nivel, con independencia de si este es realizado por un hombre o una mujer. Y es recién en años recientes donde se ha empezado a poner en valor este objetivo de lograr que a las mujeres se les reconozca con igualdad en su dimensión laboral. El reto no solamente puede quedarse en una obligación formal, sino que debe atender las causas raíz, dentro de las cuales se pueden encontrar diversos factores socio culturales, como la falta de promoción de carreras y estudios STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) entre las niñas y jóvenes del mundo. Según la UNESCO, al 2017 solo el 35% de los estudiantes matriculados en este tipo de profesiones eran mujeres.
Es importante, por ello, que se tomen cartas en el asunto tanto desde el sector público como el privado para potenciar las acciones empresariales, sociales y culturales que apoyaran al alcance de esta igualdad, tanto salarial como de género. Según estudios efectuados en países de la OCDE, aquellos que han buscado la paridad de género en sus sectores públicos y privados han visto un crecimiento económico más rápido luego de tomar acción en el tema. Para los interesados les sugiero seguir la iniciativa Girls4tech impulsada desde Mastercard para incorporar a las niñas desde sus inicios en estos territorios que antes eran privilegio de los varones.
Y es que tomar acción tangible es importante. La realidad es que vivimos en un mundo donde, como regla general las mujeres reciben menor compensación que los hombres, en todas las regiones del planeta, sin excepción. Contamos con una brecha salarial de género estimada en un 23% a nivel mundial, según reportes de la ONU. Además, de acuerdo con ONU Mujeres, es precisamente por esta falta de oportunidades laborales equitativas que gran cantidad de mujeres se ven obligadas a trabajar como informales, siendo 54% de ellas más propensas que los hombres a terminar en un trabajo no regulado, vulnerable, de baja remuneración o subvalorado en América Latina.
El Objetivo de Desarrollo de la Agenda 2030 de la ONU lo explica mejor, estipulando que su mera existencia busca recordar a las naciones que la eliminación de toda discriminación, exclusión o minimización contra las mujeres y niñas, así como el poner un alto a las desigualdades que las afectan en la vida familiar, laboral y social, deben de ser erradicadas. Además, tomando en cuenta el contexto que vivimos, cabe mencionar que el ODS 5 también destaca que crisis globales tales como la del COVID-19 pueden incrementar con gran rapidez los factores mencionados.
Por esta razón, es de suma importancia que desde las empresas tomemos acción por nuestra parte, mientras los Gobiernos hacen lo propio por la suya. En esta línea, grandes ejemplos de acciones en pro de la igualdad de género se han visto en el sector privado, como el desarrollo de programas que fomentan la educación financiera y STEM en niñas y jóvenes. O el fomento de la inclusión financiera que, a también contribuye en gran parte empoderando a la mujer al darle control sobre sus finanzas.
Aquí, la promoción de la bancarización a sectores poblacionales femeninos también gana relevancia, siendo importante que aprendan como usar tecnologías de pago sin contacto, adquieran sus propios productos financieros y obtengan el conocimiento necesario para gestionarlos de manera efectiva, sin terceros involucrados.
Finalmente, es clave resaltar que el apoyo a emprendimientos y PYMES fundados por mujeres por parte grandes actores en el sector público o privado también es una forma de visibilizar la participación empresarial de las mujeres en el mercado y de dar apoyo a la confianza en sus capacidades.
Este último punto toma gran relevancia en la situación que vivimos actualmente como consecuencia de la pandemia, donde miles han perdido sus trabajos, siendo las mujeres uno de los sectores más afectados.
Según el estudio “Impactos de la epidemia del coronavirus en el trabajo de las mujeres en el Perú”, realizado en conjunto por el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en el país blanquirrojo se han registrado las peores pérdidas y el mayor impacto negativo en los sectores de comercio y servicios, los cuales emplean en su mayoría a mujeres; con 26% y 44% frente a un 13% y 37% de hombres respectivamente. Es así que 4 millones de mujeres se vieron imposibilitadas de trabajar a corto plazo, 3.5 millones de ellas en zonas urbanas. Así mismo, 82% del total de desempleadas como consecuencia del COVID-19 laboraban como informales. En un análisis de mediano plazo, es relevante considerar que la cantidad de mujeres que no se encuentra en posibilidad de laborar a causa de la pandemia ascendió a 3 millones.
Sin embargo, cada vez más mujeres son propietarias de empresas, y el comercio electrónico puede ayudar a cerrar la brecha. Según un estudio de Mastercard, aproximadamente 27.7% de los propietarios de negocios en Perú, al 2019, eran mujeres. Cuando hablamos de actividad digital en el comercio, parece ser que las mujeres han sabido usarlo a su favor y aprovechar el empuje hacia la equidad que el mundo virtual trae consigo. De esta forma, de acuerdo con el Centro de Comercio Internacional (ITC), 4 de cada 5 comercios con opción digital o predominancia en el mundo del comercio electrónico son dirigidos por mujeres. Así, el mayor uso de la tecnología y el comercio electrónico en los nuevos y adaptados modelos de negocio está democratizando el acceso a los beneficios del comercio mundial en favor de las mujeres y poblaciones vulnerables. Dicha tendencia también ayuda a cambiar la visión que se ha sostenido por casi dos décadas sobre oportunidades, inclusión, equidad y equilibrio en la economía.
Entonces, ¿qué hacer? Pues, desde nuestras posiciones, busquemos que los modelos de negocio que siguen nuestros centros de trabajo, así como el sector empresarial en general, construyan y diseñen en pro de la inclusión y la igualdad, donde se tomen en cuenta, y se consideren de verdad, las opiniones y necesidades de las mujeres como colaboradoras, como consumidoras y como líderes. Como actores del sector empresarial, tenemos el poder de hacer algo al respecto y el deber de hacerlo. Esta más que probado que cuando las mujeres participan en la fuerza laboral, las economías crecen, y que los negocios que toman la inclusión como un pilar fundamental, prosperan. Y, desde un punto de vista más humano, que quienes actúan en pro de la equidad, se conviertes en una fuerza positiva y creadora de bienestar para su entorno.