Pensar rápido, pensar despacio
Hace poco escribí la reseña de un libro para la Revista de Comunicación, publicada por la Universidad de Piura, sobre la última obra de uno de los psicólogos más influyentes de la actualidad, Daniel Kahneman. Este investigador ha desarrollado durante más de treinta años una serie de ideas con impacto en la forma de comprender el pensamiento, la conducta y toma de decisiones de las personas. Muchas de ellas se trasladan con facilidad al campo de la psicología del consumidor y las comunicaciones de marketing. En esta columna presentaré algunos de los puntos más destacados de ese libro titulado ‘Pensar rápido, pensar despacio’ (‘Thinking, Fast and Slow’).
En el año 2002 Kahneman ganó el Premio
Nobel en Economía por el desarrollo de la denominada Economía Comportamental. A
partir de la década de los 70 él y su colega Amos Tversky (fallecido en 1996,
quien de estar vivo sin duda hubiera compartido el Nobel), se propusieron
desmantelar una propuesta largamente establecida en el cuerpo teórico de la
economía: que los sujetos siempre toman decisiones y realizan juicios de forma
ordenada y racional.
La irracionalidad humana o distorsiones
en el pensamiento son el tema central del libro, el cual se estructura entorno
a las investigaciones de ambos psicólogos. ‘Pensar rápido, pensar despacio’ aborda
el tema analizando los sesgos de la intuición y errores en la inteligencia,
pero sin ir en detrimento de ella. El autor sotiene que sus estudios se
orientan a documentar los errores en el pensamiento de la gente normal y buscar
el origen de dichos errores en el diseño de la maquinaria de la cognición.
Kahneman señala desde un inicio la
dicotomía en la comprensión que tenemos de la forma en que los sujetos
procesamos información. Por un lado el trabajo mental que produce impresiones,
intuiciones y multitud de decisiones y que sucede silenciosamente en nuestras
mentes, y por otra parte la idea de que nuestro pensamiento siempre es un
discurso ordenado de experiencias conscientes.
A lo largo de sus investigaciones
experimentales el autor, junto con Tversky, observaron que los sujetos
utilizaban más la semejanza de su conocimiento ante los fenómenos que los datos
objetivos o estadísticas relevantes. A esta forma de proceder la denominaron heurística
simplificadora, que es una suerte de regla general confiable que utiliza la
persona para realizar juicios y tomar decisiones difíciles. Kahneman explica
que el pensamiento intuitivo es más fácil de utilizar pero también más proclive
al error, pues utiliza atajos simplificadores al practicar la heurística y
deriva con facilidad en sesgos: aquellos errores inconscientes de razonamiento
que distorsionan nuestro juicio
Hay tres fases en el desarrollo
cronológico de investigación de Kahneman y Tversky. En el primero, ambos
hicieron una serie de experimentos que revelaron una veintena de sesgos
cognitivos. Uno típico es el ‘Efecto de anclaje’ que se manifiesta en la
tendencia a ser más influenciado ante la resolución de un problema por datos
similares pero inconclusos o distorsionados, que el individuo ha obtenido en
experiencias previas. Por ejemplo decidir la compra de una lavadora con
funciones distintas a la que ya se tenía y entenderlas y valorarlas en función
a la experiencia derivada del uso de la lavadora antigua.
En esta primera fase también expusieron
su visión del procesamiento de información, que dividen en el Sistema 1 y el
Sistema 2. El primero más automático y propio de los pensamiento de tipo intuitivo
o heurístico, y el segundo apropiado para la toma de decisiones y realización
de juicios que requieren mayor esfuerzo mental.
En la segunda fase, Kahneman y Tversky
mostraron que al tomar decisiones en condiciones de incertidumbre las personas
no se comportan de la manera en que los modelos económicos han asumido
tradicionalmente, es decir que no maximizan la utilidad. Por último, en la
tercera etapa de los estudios (posterior a la muerte de Tversky) Kahneman profundizó
en la ‘psicología hedonista’ también denominada la ciencia de la felicidad, con
el objeto de profundizar en su naturaleza y sus causas.
‘Pensar rápido, pensar despacio’ cubre las
tres etapas de una forma divulgativa sin empobrecer su fundamento científico.
En esta obra Kahneman hace un recorrido histórico por sus estudios logrando
ponerlos al alcance del lector interesado en este campo de la psicológica. Se
puede adquirir en Amazon.com. Una lectura recomendada.