Los alcaldes thinkers-doers
Con la llegada de nuevas elecciones para elegir alcaldes, comienza en cada ciudad y pueblo del país a aparecer o reaparecer vecinos interesados en convertirse en el líder local que ejecutará sus ideas (planes) para introducir cambios en nuestras ciudades.
Los norteamericanos provistos de su conocida simplicidad acostumbrar clasificar a las personas en thinkers o doers, de acuerdo a si estamos frente a un pensador con la cabeza llena de ideas maravillosas, capaz de analizar el entorno, mirar cuales podrían ser los efectos de sus acciones y cuyas mejores virtudes giran alrededor de la planificación; o si estamos frente a un hacedor capaz de ir hacia adelante y lograr que las cosas sucedan, cuyas mejores virtudes giran alrededor de la ejecución.
La constitución peruana escoge en su artículo 191° un “doer” para alcalde otorgando al burgomaestre claramente las funciones ejecutivas, es decir ejecutar planes y programas, dejando en manos del consejo municipal las funciones normativas, fiscalizadoras y de planificación.
El sufragio para las alcaldías es una elección que a diferencia de las presidenciales o congresales es un proceso vecinal muy cercano a la población. Dependiendo del tamaño de nuestro distrito muchos podríamos conocer directamente a alguno de los candidatos y de primera mano saber si es quien quisiéramos que sea el líder capaz de identificar el futuro deseado para nuestro distrito y llevar a cabo las acciones para alcanzarlo.
En un recorrido por los distintos pueblos de nuestro país, encontraremos un variopinto grupo de autoridades:
- aquellos que logran ser reelegidos varias veces sin cumplir con las promesas de obra que realizaron,
- aquellos que tienen un palacio municipal enorme y moderno comparado con el resto del pueblo que no tiene ni agua potable,
- los fantasmas que fueron elegidos pero nunca más se supo nada importante de ellos, que seguramente aparecerán meses antes de la siguiente elección,
- aquellos que comenzaron bien y quedaron ahogados en la burocracia o en la inacción
- los que pavimentaron las mismas calles que el alcalde anterior, seguramente con una mezcla insuficiente de materiales y que pronto habrá que pavimentar otra vez.
- los fiscalizadores que se pasaron gran parte de su periodo municipal investigando a las anteriores autoridades, eliminando con ello a futuros contendores.
- los que premian, que tienen ceremonias conmemorativas cada semana para honrar a las personas ilustres de la ciudad, sembrando el camino para las siguientes elecciones.
- los que tenían múltiples planes y se dieron cuenta de que no tenían dinero en sus arcas.
- El que no quiere cambiar nada porque es difícil y hay mucha oposición.
La lista seguramente sería enorme y cada lector podría enumerar muchos tipos de alcaldes de acuerdo a su experiencia local, empero seguramente cada lector tendrá un modelo de alcalde deseado.
En esta ventana toque el tema directa e indirectamente en artículos como “Momento de ser una gran ciudad”, “Marca (Interior del) Perú” y otros, siendo modelos como Juscelino Kubitschek (JK) o Arturo Frondizi (con los múltiples defectos que tuvieron en sus gestiones) el tipo de autoridades que elegiría para mi distrito y provincia, autoridades que tengan la capacidad de soñar, mirar hacia los posibles futuros -esto es muy fácil, sólo hay que darse una vuelta por Lima o alguna urbe importante de nuestra región para darse cuenta de cómo crecen las ciudades y los errores de planificación que pudieron ser evitados- y ejecutar acciones, estas últimas dos palabras son fáciles de escribir pero difícil de llevar a cabo.
El eslogan de campaña de JK “Cinquenta anos em cinco” que ofrecía hacer en cinco años lo que en la cabeza de un brasileño requiere cincuenta, resumiría mi alcalde deseado, simplemente hay que creer y hacer, usando la frase final de la campaña de lanzamiento internacional de la marca Perú: “…cuando el mundo entero decía que no se puede, la ilusión de un país (ciudad o pueblo liderado por un alcalde hacedor) demostró que el mundo estaba equivocado…”.