Viajero Corporativo
La apertura de sucursales o el desarrollo de operaciones directas en diversas ciudades del país, ha ocasionado un aumento importante de los viajeros corporativos a nivel nacional, las cifras de la DGAC mencionan un crecimiento del tráfico de pasajeros en rutas nacionales de más de 17% en el último año, buena parte de la participación la tienen los turistas, pero una gran parte también de ese incremento viene de los viajeros laborales. Los cuales tienen varios tipos siendo los más comunes los que viajan por encargos laborales o de negocios y los que regresan a casa o al trabajo por tener regímenes laborales relacionados a la minería, llamadas jornadas atípicas, los conocidos 14×7, 20 x8, 8 x6, etc.
Sin embargo un viajero corporativo, no sólo requiere de pasajes, sino que además busca otros servicios como rentas de vehículos, hoteles ejecutivos, almuerzos ejecutivos, salas de reuniones, oficinas temporales, Internet y un largo etc. ¿Tienen nuestras ciudades estos servicios?
Iniciemos identificando como llegan y hacia donde, la ruta aérea es importante pero también existe la ruta terrestre, muy usada en empresas donde los viajeros son supervisores o coordinadores de rango intermedio, para rutas regionales y para acercar a los trabajadores hacia las operaciones remotas alejadas de las urbes.
Este último servicio ha sido incorporado por muchas empresas de transporte terrestre como importante línea de negocio y cada licitación anual o bienal de las mineras despierta la atención de las principales compañías terrestres, porque garantiza una demanda e ingresos constantes y porque debido a su volumen requerirá una importante inversión en activos.
En el transporte aéreo como indica Canatur el año clave fue 2010, importantes aeropuertos como el de Arequipa, Tacna, Huánuco o Cajamarca incrementaron fuertemente su tráfico de pasajeros, impulsados en gran medida por los viajeros corporativos.
Hoy los principales aeropuertos del país por tráfico de pasajeros son: Tnte. FAP Alejandro Velasco Astete de Cusco, Alfredo Rodríguez Ballón de Arequipa, Cnel. Francisco Secada Vignetta de Iquitos y Cap. Guillermo Concha Iberico de Piura; obviamente en el caso de Cusco, el mayor tráfico se debe a motivos turísticos, aunque el flujo de ejecutivos también se incrementó.
En los salones de espera VIP de los principales aeropuertos podemos encontrar muchos pasajeros en plena ejecución de tareas con su laptops y smartphones, sin embargo al salir del salón, aún se adolece de servicios para este público.
Mi experiencia personal que tiene algunas millas de viajero frecuente, aunque no debe ser un esquema habitual o necesariamente representativo de los viajeros corporativos, me ha enseñado algunas cosas que no debo olvidar en un viaje, eso incluye un dispositivo móvil de conexión a Internet, un GPS si se va a manejar, un cargador de celular y dinero en efectivo.
Me he sentido bastante aislado cuando la combinación falta de conexión a Internet y batería baja del Smartphone se juntan, sobre todo porque a diferencia de Lima, donde podemos encontrar cargadores de celular compatibles en muchas esquinas de la ciudad, en la mayoría de ciudades del país, los vendedores ambulantes de semáforo casi no existen, lo cual obviamente es bueno para la ciudad, pero perjudicial para mi conectividad.
Con el alquiler del auto, si es que no están las marcas consolidadas de renta, me ocurrió que ninguna compañía aceptaba tarjeta de crédito; además de que mis ganas de manejar y dirigir mi destino, desaparecieron al no tener navegadores GPS.
A nivel de hotelería, hay pocas opciones de hoteles ejecutivos, si bien la conexión a Internet ya es un must en el rubro, un escritorio cómodo o una plancha pueden no estar disponibles como uno lo desearía.
Salas de reuniones u oficinas temporales son otros de los elementos ausentes en muchas ciudades. América Economía desarrolla un Ranking sobre las mejores ciudades para hacer negocios, hoy sólo figuran dos ciudades peruanas, las autoridades y gremios empresariales de cada ciudad deberían revisar los indicadores que clasifican a las ciudades, trabajar sobre ellos y colocarse metas para aparecer en los radares empresariales. Es una manera segura de atraer inversiones.