Stand Alone
Cuando se hace un análisis de desarrollo comercial, siempre podemos recurrir a la ley de tercios que según diversas fuentes era ya aplicada por Napoleón Bonaparte quien le decía a sus soldados cada vez que ganaba una batalla: “de ese pueblo que ahora está haciendo vivas en mi nombre…un tercio siempre estará a mi favor, otro tercio siempre estará en mi contra y el tercio final fluctuara…”
Al analizar inversiones en las diversas ciudades del interior del país, encontramos los tercios extremos buscando información que respalde su decisión. En días pasados encontré dos ejecutivos del grupo de los que están en contra y respaldaban su posición, dando una lista de los puntos de venta que han cerrado en provincias en los últimos dos años. Lista que si bien no es larga, existe y sirve para el análisis.
Conocidas cadenas de hamburguesas, sánguches o pizzas han tenido tropiezos en su expansión nacional y si miramos en detalle estos cierres, comprobaremos que casi la totalidad se han producido en locales de los llamados “stand alone” o “puerta a la calle”, como son conocidos los locales que no están integrados o forman parte de un Centro Comercial.
Los centros comerciales, como muchos medios y especialistas lo han comentado en detalle están cambiando dramáticamente el flujo comercial, el tráfico y las zonas residenciales, marcando un antes y después en las ciudades donde arriban y se han convertido en los principales puntos de encuentro y referencia de cada ciudad. Por ello son la lógica elección para implementar un punto de venta nuevo.
Por cuestiones logísticas, operativas y de propia expansión, las cadenas requieren regularmente más puntos de venta, adicionales a los que tienen en los centros comerciales, es por ello que se acostumbra colocar puntos de venta en otros lugares de la ciudad con “puerta a la calle”.
La primera elección (i) es el centro de la ciudad (normalmente la plaza de la ciudad). Entendamos que la mayoría de ciudades del país aún giran alrededor su centro tradicional donde generalmente se encuentran la mayoría de servicios y productos.
Luego vienen las calles o avenidas de comercio especializado, Recuerden como ya lo hemos comentado antes, que regularmente se forman los clusters conocidos como la calle (o zona) de las peluquerías, de las ópticas, de las farmacias, de los repuestos, de las ferreterías, de los bancos, etc., estos generan zonas comerciales que pueden ser la segunda elección (ii).
Alguna avenida que conecte zonas claves de la ciudad, por donde fluya una importante cantidad de servicio público es también una tercera elección (iii).
Regularmente estas, segunda (ii) y tercera (iii) elección, están fallando. Ninguna cadena es suficientemente atractiva para por si sola ser destino de los usuarios.
De allí que en su mayoría languidecían a diferencia de las ubicadas al interior de un mall.
Si revisamos la historia de la expansión en Lima, esto con matices, también sucedió hace 10 a 15 años, la zona de las primeras cuadras de Larco, el parque Kennedy y el Cine Pacifico formarón una especie de centro comercial donde al existir diversos comercios y ser cruce de avenidas que unen dos zonas importantes de la ciudad, fue una elección natural (ii) y (iii).
Así continúo la expansión por zonas de avenidas o con flujo alto con muchos tropiezos, si revisamos la historia veremos que avenidas como Benavides o La Marina han visto abrir y cerrar locales, Delosi tenía y tiene la ventaja de contar con varios restaurantes, condición que hoy comparte con NG Restaurants, con lo cual el ingreso no es tan “alone”
Hoy si revisamos los locales de las cadenas de fast food, en provincias, salvo plaza de armas o plaza central, existen pocos locales stand-alone y quizás la mayoría de estos termine cerrando.
Mi impresión final es que, al menos por el momento, es mejor pegarse a generadores de tráfico, que además de centros comerciales pueden ser supermercados, centros empresariales, campus universitarios, etc.; esperemos con tranquilidad el desarrollo de nuestras ciudades, no demos saltos, que por largos y arriesgados puedan ser mortales.