Provinciano
“Hoy si atiendo provincias” cumple un año, esta ventana que me permite llegar a los lectores de gestión.pe nació con el objetivo de reflejar el desarrollo de las ciudades del Perú recalcando las diferencias, peculiaridades y costumbres que tienen, las cuales deben ser tomadas en cuenta en el momento en que la empresa transnacional o limeña decide decir “hoy si atiendo provincias”.
Clasificando los comentarios y opiniones recibidas durante este año, hay un tipo de comentario que se repitió con cierta frecuencia sobre todo los primeros meses y fue en relación al término “provinciano”.
Varios lectores consideran que el uso de dicho término es despectivo, vale aclarar que soy provinciano y un objetivo del blog es mostrar a los empresarios y emprendedores las oportunidades que existen en las diversas ciudades del país que visito y conozco, con el deseo de que sean aprovechadas y aportar, con mi grano de arena, al desarrollo de las regiones del país.
Sin embargo es cierto que el término es usado muchas veces con una connotación que diferencia negativamente a Lima, la capital y el resto del país; tal se diferencia a Lima central o moderna de los conos urbanos (norte, este o sur), aunque cada más se usa Lima Norte, Lima Este o Lima Sur.
El termino al parecer se usa hace muchas décadas y no sólo en Lima, sino en muchas otras ciudades principales del país, para diferenciar a la capital departamental y el resto de ciudades pequeñas agrupadas en provincias. Es decir un arequipeño se refiere a provincias a los pueblos más pequeños por ejemplo Chuquibamba o Chivay.
Según me comentan algunos amigos, también se usa en casi toda Latinoamérica, como Argentina, Cuba o México, con matices variados, ser provinciano es relacionado con tradicional o inocente, es el caso de México donde en respuesta se usa “Chilango” para referirse a las personas de la capital mexicana, indicando que es una persona mucho más moderna, avispada e incluso con malos hábitos.
Revisando las páginas webs de bancos, afps, cadenas de farmacias y negocios que tienen puntos de venta (PdV) en todo el país, la mayoría clasifica dichos PdV en dos categorías los de Lima y los de Provincias, asumo casi con certeza que esta clasificación se considera natural, entendible y sin ningún toque despectivo dada la seriedad de las compañías, lo que me lleva a pensar que el tono despectivo se siente más en el receptor no-limeño que en el limeño.
Lima, es obviamente una ciudad provinciana, recuerdo en alguna clase del MBA, cuando un profesor nos pidió a los 52 alumnos que levantarán la mano los que tienen los 4 abuelos nacidos en Lima y sólo 2 levantaron la mano. Por tanto, el resto tenían por lo menos alguno de los abuelos que nació fuera de Lima.
Finalmente yo como provinciano reconozco las diferencias que existen en nuestras formas de consumo y pido a las empresas no-provincianas que hagan la tarea de conocernos y ofrecernos productos “tropicalizados” a nuestras particulares formas de ser y sentir.