Hacia donde nos mudamos
El desarrollo urbano de las ciudades esta afectado por múltiples factores, entre ellos los geográficos (barreras naturales), los económicos, los demográficos, pero también una enorme variedad de componentes “subjetivos” los que guían hacia donde nos mudamos y como crecen las ciudades.
La subjetividad parte de valoraciones cualitativas que como personas hacemos como por ejemplo donde podemos vivir más a gusto.
Cuando se hacen los estudios de investigación de mercado se comprueba que la mayoría de personas no quieren mudarse lejos de donde viven. La mayoría quiere vivir en el mismo distrito en el que reside actualmente y eso tiene que ver con factores tales como cercanías afectivas, lugares comunes, comodidades y reducción de los efectos del cambio sobre los que comentaremos a continuación.
La cercanía a la familia representada por los padres, tíos o hermanos, sumada a los amigos son un componente que da seguridad afectiva. En muchos países latinoamericanos tanto por razones económicas como afectivas no nos mudamos de la casa de los padres, por tanto no se produce el síndrome del nido vacío, que no es más que la sensación general de soledad que tienen los padres cuando los hijos crecen y dejan el hogar (el nido). En nuestra cultura los hijos se van muy grandes o no se van. Más bien por pedido de los padres, por sugerencia de los hijos o por acuerdo común, la alternativa usual es construir en el segundo piso.
Lugares comunes que ya conocemos como por ejemplo la bodega, el mercadito o la peluquería, donde a quienes nos atienden los consideramos amigos y por ser amigos siempre nos darán un mejor precio y un mejor bien o servicio. El caso de la peluquería es particularmente interesante. Hay personas que pese a haberse mudado al otro lado de la ciudad vuelven quincenal o mensualmente a la peluquería de confianza y aprovechan de visitar a los amigos.
El Conocimiento de la zona, las rutas, los micros a tomar, las zonas que debemos evitar constituye otro aspecto que da la ansiada seguridad, uno de los factores más altos en nuestra valoración. Por ello, si debemos mudamos, buscamos hacerlo en el mismo sentido o siguiendo la misma ruta.
El último factor que agrupa en cierta forma a los anteriores es nuestra natural aversión al cambio por la cual buscamos reducir la magnitud del cambio haciendo una mudanza de corta distancia. Incluso cuando es una mudanza a otra ciudad, como es el caso de Lima, los censos de migración han demostrado que en Lima norte vive mucha mas gente de los departamentos del norte del país que de otros departamentos. Lo mismo pasa con Lima Este con migrantes del centro del país o Lima Sur, donde viven peruanos que llegaron del sur.
Esto cuestiona la equivocada idea de que “todos” quieren mudarse a la mejor zona de la ciudad, por la de todos quieren mudarse a la zona donde mas a gusto se sienten.
Las ciudades de provincias que están en crecimiento y donde aún las autoridades pueden orientar y fomentar los movimientos siguiendo un desarrollo urbano coherente deberían considerar estos factores al momento de hacer sus planes directores.