¿Riesgos globales para el corto, mediano y largo plazo en la post pandemia?
El Foro Económico Mundial (FEM) presenta cada año un reporte sobre los riesgos de la economía mundial para el corto, mediano y largo plazo. La edición dieciséis de este informe se presentó en enero de 2021. El documento es interesante para el Perú ya que contiene una perspectiva sobre los impactos de la elevada desigualdad (y otros temas) muy diferente a la que tienen la mayoría de los empresarios y analistas en nuestro país.
La base del documento fue la encuesta anual de percepción de riesgos globales, completada por más de 650 miembros de las diversas comunidades de liderazgo del FEM (empresarios, directivos de empresas y funcionarios públicos principalmente).
Enfoque central
Según Klaus Schwab, Fundador y presidente ejecutivo del FEM, este informe se centra en los riesgos y las consecuencias del aumento de las desigualdades y la fragmentación social. En algunos casos, las disparidades en los resultados de salud, la tecnología o las oportunidades de la fuerza laboral son el resultado directo de la dinámica que creó la pandemia.
En otros, las divisiones sociales ya presentes se han ensanchado, presionando las débiles redes de seguridad y estructuras económicas más allá de su capacidad. La posibilidad de reducir las brechas dependerá de las acciones que se tomen a raíz del covid-19 para reconstruir con miras a un futuro inclusivo y accesible.
Desigualdad peligrosa
La inacción sobre las desigualdades económicas y la división social puede paralizar aún más la acción sobre el cambio climático, que sigue siendo una amenaza existencial para la humanidad. La creciente fragmentación social, que se manifiesta a través de riesgos persistentes y emergentes para la salud humana, el aumento del desempleo, la creciente brecha digital y la desilusión de los jóvenes, puede tener graves consecuencias en una era de riesgos económicos, ambientales, geopolíticos y tecnológicos agravados.
La brecha entre los que tienen y los que no tienen se ampliará aún más si el acceso a la tecnología y la capacidad siguen siendo dispares. Los jóvenes del mundo han enfrentado presiones excepcionales en la última década y son particularmente vulnerables a perder por completo las oportunidades de la próxima.
Retos empresariales
Las presiones económicas, tecnológicas y reputacionales sobre las empresas generan el riesgo de una reorganización desordenada, amenazando con crear una gran cohorte de trabajadores y empresas que se quedan atrás en los mercados del futuro. Los gobiernos también deben equilibrar la gestión de la pandemia y la contracción económica y, al mismo tiempo, crear nuevas oportunidades que son fundamentales para la cohesión social y la viabilidad de sus poblaciones.
Por otra parte, si las consideraciones ambientales no se afrontan en el corto plazo, la degradación ambiental se cruzará con la fragmentación de la sociedad y traerá consecuencias dramáticas. Si se gestionan mal, estas interrupciones obstaculizarán la capacidad de los responsables de la formulación de políticas y otros líderes para actuar en diferentes áreas de riesgo.
Impactos covid-19
El costo humano y económico inmediato del covid-19 es severo según el FEM. Amenaza con retrasar años de progreso en la reducción de la pobreza y la desigualdad y con debilitar aún más la cohesión social y la cooperación mundial. La pérdida de puestos de trabajo, una brecha digital cada vez mayor, interacciones sociales interrumpidas y cambios abruptos en los mercados podrían tener consecuencias nefastas y oportunidades perdidas para gran parte de la población mundial.
Las ramificaciones, en forma de malestar social, fragmentación política y tensiones geopolíticas, darán forma a la efectividad de nuestras respuestas a las otras amenazas clave de la próxima década: ciberataques, armas de destrucción masiva y, más notablemente, el cambio climático.
Mayor probabilidad e impacto
Entre los riesgos de mayor probabilidad de los próximos diez años se encuentran el clima extremo, el fracaso de la acción climática y el daño ambiental provocado por el hombre; así como la concentración de poder digital, la desigualdad digital y el fracaso de la ciberseguridad. En el cuadro 1 se muestran los cinco principales riesgos por probabilidad de ocurrencia entre 2012 y 2021.
Entre los riesgos de mayor impacto de la próxima década, las enfermedades infecciosas ocupan el primer lugar, seguidas por el fracaso de la acción climática y otros riesgos ambientales; así como las armas de destrucción masiva, las crisis de los medios de vida, las crisis de la deuda y el colapso de la infraestructura de TI.
Corto, mediano y largo plazo
Cuando se trata del horizonte temporal dentro del cual estos riesgos se convertirán en una amenaza crítica para el mundo, las amenazas más inminentes, aquellas que probablemente sean en los próximos dos años, incluyen crisis de empleo y medios de vida, generalizada desilusión de los jóvenes, desigualdad digital, estancamiento económico, daño ambiental causado por el hombre, erosión de la cohesión social y ataques terroristas.
Los riesgos económicos ocupan un lugar destacado en el período de 3 a 5 años, incluyen las burbujas de precios en los activos, la inestabilidad de los precios, las crisis de las materias primas y las crisis de la deuda; seguidos de los riesgos geopolíticos, incluidos los conflictos y las relaciones interestatales, y la geopolitización de los recursos.
En el horizonte de 5 a 10 años, dominan los riesgos ambientales como la pérdida de biodiversidad, las crisis de recursos naturales y el fracaso de la acción climática; junto con armas de destrucción masiva, efectos adversos de la tecnología y colapso de estados o instituciones multilaterales.
Cuadro 1. Cinco principales riesgos por probabilidad de ocurrencia 2012 y 2021
Fuente: FEM (2021).
Aumento fragilidad económica
Las disparidades subyacentes en la atención médica, la educación, la estabilidad financiera y la tecnología han llevado a que la crisis afecte de manera desproporcionada a ciertos grupos y países. El covid-19 no solo ha causado mucha mortandad, sino que los impactos económicos y de salud a largo plazo seguirán teniendo consecuencias devastadoras. La onda expansiva económica de la pandemia aumentará inmediatamente la desigualdad, pero también puede hacerlo una recuperación desigual.
Casi el 60% de los encuestados identificaron las enfermedades infecciosas y las crisis de los medios de vida como las principales amenazas a corto plazo para el mundo. La pérdida de vidas y medios de subsistencia aumentará el riesgo de erosión de la cohesión social.
Tecnología y desigualdad
Se ha acelerado la Cuarta Revolución Industrial, expandiendo la digitalización de la interacción, comercio electrónico, educación en línea y trabajo a distancia. Estos cambios transformarán la sociedad mucho después de la pandemia y prometen enormes beneficios (la capacidad de teletrabajo y el rápido desarrollo de vacunas son dos ejemplos) pero también corren el riesgo de exacerbar y crear desigualdades. Los encuestados calificaron la desigualdad digital como una amenaza crítica a corto plazo.
Una brecha digital cada vez mayor puede empeorar las fracturas sociales y socavar las perspectivas de una recuperación inclusiva. El progreso hacia la inclusión digital se ve amenazado por la creciente dependencia digital, la automatización acelerada, la supresión y manipulación de la información, lagunas en la regulación tecnológica y lagunas en habilidades y capacidades tecnológicas.
Jóvenes desilusionados
Si bien el salto digital abrió oportunidades para algunos jóvenes, muchos ahora están ingresando a la fuerza laboral en una era de hielo del empleo. Los adultos jóvenes de todo el mundo están experimentando su segunda gran crisis mundial en una década. Esta generación enfrenta serios desafíos para su educación, perspectivas económicas y salud mental.
El riesgo de desilusión de los jóvenes está siendo ignorado en gran medida por la comunidad mundial, pero se convertirá en una amenaza crítica para el mundo a corto plazo. Los triunfos de la sociedad por los que se ha luchado arduamente podrían desaparecer si la generación actual carece de caminos adecuados hacia las oportunidades futuras y pierde la fe en las instituciones económicas y políticas de hoy.
Cambio climático
El cambio climático sigue siendo un riesgo catastrófico señala el FEM. Aunque los bloqueos en todo el mundo hicieron que las emisiones globales cayeran en la primera mitad de 2020, la evidencia de la crisis financiera de 2008-2009 advierte que las emisiones podrían recuperarse. Un cambio hacia economías más verdes no se puede retrasar hasta que desaparezcan los impactos de la pandemia. El fracaso de la acción climática es el riesgo a largo plazo más impactante y el segundo más probable identificado en la encuesta.
Las respuestas a la pandemia han provocado nuevas tensiones internas y geopolíticas que amenazan la estabilidad. Es probable que la división digital y una futura generación perdida pongan a prueba la cohesión social desde dentro de las fronteras, exacerbando la fragmentación geopolítica y la fragilidad económica global. Con el aumento de la frecuencia de los estancamientos y los puntos conflictivos, los encuestados calificaron el colapso del Estado y el colapso del multilateralismo como amenazas críticas a largo plazo.
Mundo polarizado
La crisis ha dado un nuevo impulso a las tendencias existentes: agendas enfocadas a nivel nacional para detener las pérdidas económicas, transformación tecnológica y cambios en la estructura social, incluidos los comportamientos de los consumidores, la naturaleza del trabajo y el papel de la tecnología tanto en el trabajo como en el hogar.
Los riesgos comerciales que emanan de estas tendencias se han visto amplificados por la crisis e incluyen el estancamiento en las economías avanzadas y la pérdida de potencial en los mercados emergentes y en desarrollo, el colapso de las pequeñas empresas, la ampliación de las brechas entre las grandes y pequeñas empresas y la reducción del dinamismo del mercado, y la exacerbación de desigualdad; dificultando el logro del desarrollo sostenible a largo plazo.
Mejores oportunidades
A pesar de algunos ejemplos notables de determinación, cooperación e innovación, la mayoría de los países han luchado con aspectos de la gestión de crisis durante la pandemia mundial. Si bien es pronto para extraer lecciones definitivas, el documento reflexiona sobre la preparación global al observar cuatro áreas clave de la respuesta al covid-19: autoridad institucional, financiamiento de riesgos, recopilación e intercambio de información, y equipos y vacunas.
La respuesta al covid-19 ofrece cuatro oportunidades de gobernanza para fortalecer la resistencia general de los países, las empresas y la comunidad internacional: (1) formular marcos analíticos que adopten una visión holística y basada en sistemas de los impactos del riesgo; (2) invertir en actores innovadores de alto perfil para fomentar el liderazgo nacional y la cooperación internacional; (3) mejorar la comunicación de riesgos y combatir la desinformación; y (4) explorar nuevas formas de asociación público-privada sobre preparación ante riesgos finaliza el FEM.