Según cifras reportadas por la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco) durante este año, en el Perú el 80% de las viviendas son construcciones informales y, de ese total, al menos la mitad son altamente vulnerables a un terremoto de alta intensidad; mientras que en las zonas periféricas de las ciudades, dicha cifra llega a 90%.
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Pero más allá de la preocupación que despierta tan altos porcentajes ante un eventual sismo, también preocupa el notorio incremento que ha experimentado la construcción de viviendas informales en el país, sobre todo porque en el periodo 2007-2014 se estimaba que el 68.5% de las viviendas en Lima Metropolitana fueron edificadas informalmente.
Mientras que la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios del Perú (ADI) estima que al año se construyen 50,000 viviendas informales en Lima, echando mano de la autoconstrucción.
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Construcciones seguras
Frente a esa realidad y tomando en cuenta que la Sociedad Geológica del Perú cataloga al Perú como uno de los países que tiene mayor potencial sísmico en la región, Paul Vera, director de la carrera de Arquitectura de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), recomienda - entre otras cosas- “fomentar una cultura de prevención ante cualquier tipo de desastres, incluso desde antes de concebir el proyecto”.
Tomando en cuenta que “las construcciones sismorresistentes están diseñadas para soportar movimientos sísmicos”, para el especialista “la calidad de los materiales empleados y el adecuado proceso constructivo son fundamentales”.
Por esa razón, no duda en señalar que al ser el acero un material con propiedades sismorresistentes, que actúa en conjunto con el concreto, son precisamente dichos materiales “los más adecuados para lograr sismorresistencia”.
En ese sentido, no duda en recomendar poner especial énfasis en cinco puntos fundamentales:
1. Estudio de calidad del suelo
“Antes de iniciar, debemos tener en cuenta sobre qué suelo vamos a invertir”, afirma Vera y por eso sugiere “realizar un estudio de suelo para determinar la capacidad portante (máxima presión) del terreno”. Con esa información, el especialista estructural -dice- podrá recomendar la mejor solución, que dependerá de las características de la estructura y de la actividad sísmica probable de la zona.
Recuerda que la norma peruana E.030 establece cinco tipos de suelo, desde los más duros o rocosos hasta los más blandos, que “son los menos recomendables para construir”.
2. Calidad de los materiales
Es muy común que “por desconocimiento o por ahorro”, utilicemos materiales de dudosa procedencia, poniendo en riesgo la durabilidad de la construcción, así como su funcionalidad.
“Elegir buenos materiales de construcción, desde el principio, asegura la eficiencia, resistencia y funcionalidad de los elementos estructurales, instalaciones y acabados, permitiendo que nuestra seguridad y nuestra inversión estén aseguradas”, señala.
3. Supervisar el proceso constructivo
Para Vera, la supervisión debe ser ejercida tanto por el constructor como por el propietario como una “responsabilidad legal y moral sobre la seguridad, el tiempo de ejecución y la calidad de la construcción”, y para que además de cumplir con lo planificado también se garantice una buena ejecución del proceso constructivo.
4. Profesionales capacitados
Aún cuando influye directamente en los presupuestos, es importante -según Vera- contratar a profesionales especializados, que desarrollen el proyecto considerando las normas de construcción determinadas por el reglamento nacional de edificaciones, así como los parámetros establecidos por la municipalidad. Con ello, se “minimizan los posibles errores técnicos al construir”, añade.
5. Cultura de mantenimiento
Debido a que el uso diario, el clima y el tiempo afectan la construcción y sus instalaciones, el especialista recomienda realizar un debido mantenimiento preventivo y/o correctivo como parte integral en la conservación y valor de la propiedad.
“Tener una cultura de mantenimiento frecuente permite que la propiedad se mantenga en buenas condiciones y no pierda su valor. Además, previene que los problemas menores se conviertan en situaciones de riesgo y esto conlleve a soluciones más costosas en el tiempo”, afirma seguro de que con una prevención en periodos cortos de tiempo, los costos de mantenimiento pueden ser menores.
Herramientas de fácil acceso
Tomando en cuenta que a la problemática vinculada a los altos niveles de autoconstrucción en el Perú, se suma la baja penetración de los seguros domiciliarios, Vera indica que para evitar que los presupuestos de construcción se incrementen, resulta factible echar mano de algunas herramientas que son de fácil acceso.
“El mapa de zonificación de peligro sísmico y vulnerabilidad, así como los mapas de microzonificación sísmica y análisis de riesgo de las ciudades, elaborados por el Centro Peruano Japonés de Investigaciones Sísmicas y Mitigación de Desastres (Cismid) se encuentran al alcance de todos los peruanos”, señala.
Del mismo modo refiere que el Sistema de Información para la Gestión del Riesgo de Desastres (Sigrid), que es una plataforma de acceso libre con información relacionada a los peligros, vulnerabilidad y riesgos originados por los fenómenos naturales, también puede cumplir con el mismo objetivo.
“Tener en cuenta esta información y promover una campaña de comunicación y concientización de los riesgos físicos y humanos, por parte de las autoridades y actores de la ciudad, puede ser el punto de partida a considerar para saber con exactitud donde debemos o no construir”, anota.