La situación de cuarentena en la que se encuentra el país ha llevado a un gran número de pequeñas y medianas empresas a tener que solicitar un crédito a una entidad financiera para que el negocio pueda seguir funcionando.
Como se ha desarrollado en una nota anterior, a esta inyección de liquidez necesaria se le denomina capital de trabajo y es el que garantiza que la empresa pueda costear sus gastos corrientes y seguir generando ingresos.
Sin embargo, muchos de estos microempresarios suelen tener problemas y dudas al momento de pedir un préstamo, esto debido a una falta de cultura financiera.
Jorge González Izquierdo, economista y profesor de la Universidad Pacífico, señala que lo primero en que se fija un banco al momento de otorgar un crédito son los estados financieros de la empresa; estos deben estar auditados antes de acudir a la entidad financiera.
Otro aspecto, igual de importante es la idea de negocio que se pueda presentar. “Tienes que ofrecer una idea de negocio de lo que vas a hacer con el dinero que te presten. De la calidad del proyecto que se presente va a depender mucho que se apruebe el crédito”.
Además, el solicitante debe tener garantías que ofrecer como un respaldo, por ejemplo, una casa para hipotecar, algunos bienes como carros, maquinarias, mercaderías, etc.
Para Jorge Carrillo, profesor de la Pacífico Business School, los perfiles de los dueños y clientes de la empresa son también un elemento fundamental en el análisis de la entidad financiera antes de otorgar un préstamo para capital de trabajo.
“Lo segundo que ven es el perfil del cliente, si es un buen pagador o si demora en pagar, y ahí también investigan a los dueños”.
Evaluación de clientes
En el caso de las microempresas, el Perú ha desarrollado todo un sistema de evaluación de clientes en donde el asesor comercial va al negocio, esto se debe al alto grado de informalidad lo que genera que en muchas ocasiones los registros no son reales.
“Hay casos en el que los reportes que se hacen a la Sunat son falsos. Es decir, que la empresa puede decir que factura S/ 5,000, cuando en realidad es S/ 50,0000. Por ello, lo que se hace es un sistema de costeo”, indica Carrillo Acosta.
Cada entidad financiera tiene su propia tecnología crediticia, en donde va un asesor al negocio y lo primero que hace es valorar la mercadería que hay en la tienda, para lo cual se pide registros de compras.
Asimismo, se evalúan aspectos como el local, si es alquilado o propio, y que máquinas o equipos posee el microempresario.
Pero dicha evaluación no solo se enfoca en el negocio como tal. El asesor comercial también va a la casa del dueño con el fin de poder saber su poder adquisitivo, las condiciones en las que vive y que bienes posee.
“También se acostumbra a hacer preguntas a los vecinos para pedir referencias, tanto de la persona como del negocio. Esto para ver qué tan solvente es la persona, porque en la microempresa pasa mucho de que el crédito termina respaldando a la persona más que al negocio”, destaca el especialista.
Opciones en el mercado
Las tradicionales son las entidades financieras tradicionales que son los bancos (16), financieras (9), cajas municipales (12), cajas rurales (7) y edpymes (9).
No obstante, es importante aclarar que las empresas nuevas normalmente no son financiadas por el sistema tradicional hasta que tenga por lo menos 6 meses de antigüedad o 1 año en algunos casos.
Más allá de las alternativas tradicionales, que son supervisadas por la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS), existen otras, aunque con menos regulación, como las cooperativas de ahorro y crédito, casas de préstamo y algunas ong’s que dan financiamiento.
Según Jorge Carrillo Acosta, la tercer opción a la que se puede recurrir son las fintech, ya que si bien suelen ser muy rápidas, poseen tasas de interés muy altas que pueden superar, tranquilamente, el 100%.
Además, afirma que los prestamistas informales siempre deben ser los últimos a quienes recurrir en caso de necesitar un crédito para un negocio. Es el típico modelo en el que una persona te facilita dinero y tienes que pagarle un monto diario. Sin embargo, mucha gente, debido a un desconocimiento financiero, no ve las altas tasas que pueden terminar pagando.
“Te dan S/ 3,000 y te dicen que te cobran solo un 10% de interés, esto sería S/3,300. Esto lo dividimos en un plazo de un mes y serían S/ 110 por día. Esto aparentemente es un 10%, pero si haces un análisis financiero la tasa real es como de 600%, pero la gente no tiene conocimiento técnico financiero y acepta”.
De hecho, las tradicionales son las más recomendables, porque tienen créditos más razonables. No obstante, muchas veces estas entidades financieras piden muchos requisitos, por lo cual los microempresarios terminan eligiendo las otras alternativas.
“Se debe apuntar primero a los bancos, pero a veces estos tienen muchos requisitos, entonces bajo a las financieras, luego a las cajas municipales y rurales y ya después a las edpymes”, señala Jorge González Izquierdo.
Por otro lado, el especialista destaca a las cooperativas de ahorro y crédito como una alternativa viable para financiar un negocio, esto debido a las “buenas tasas que ofrecen.
“Las cooperativas son la mejor opción, porque te dan un tratamiento de socio que ninguna de las otras opciones te dan, por eso te cobran menores intereses”.
“Uno cuando vaya a pedir un préstamo y te dicen que la tasa de interés es tal, tienes que pedir el costo del crédito. Muchos piensan que es lo mismo, pero no. La tasa de interés es el piso sobre el cual se construye el costo del crédito. Por ejemplo, tú quieres acceder a un crédito hipotecario para comprar una casa y te dicen que la tasa de interés es de 7%, pero no tomas en cuenta que el banco al momento de darte el crédito te obliga a comprar un seguro. Si no adquieres esta póliza no te dan el dinero. Entonces, este monto se tiene que sumar a la tasa de interés y esta termina siendo mayor a la que se estipula en un inicio”.
Por ello, se le debe prestar una atención especial a este factor al momento de evaluar la entidad financiera a la cual solicitar un préstamo.