Con un nivel de inflación en 6.15% a febrero sobre todo explicado por los precios de los combustibles y alimentos, objetivos financieros como el ahorro se hacen cada vez más complicados. En ese contexto, Jorge Luis Ojeda, docente de la Facultad de Negocios EPE y María Laura Cuya, profesora de Pacífico Business School hablaron con Gestion.pe sobre cómo ahorrar ante la actual coyuntura de precios elevados.
“Es importante tener un hábito de ahorro y que la persona se obligue a hacer un depósito en una cuenta o a través de instrumentos como un plazo fijo, para que el dinero esté separado de tus otros recursos y no se disponga de este hasta cumplir el objetivo”, señaló Ojeda.
Priorizar gastos
Según Ojeda, sería ideal empezar con una lista de los gastos fijos y prioritarios que se tienen, como estudios, alimentos, servicios, entre otros. Esto para saber con cuantos recursos disponibles se cuenta para gastos que quizá son comunes, pero no primordiales.
“Hay que entender que hay algunos gastos que no son importantes, por lo que se pueden postergar o simplemente dirigir menor cantidad de dinero para esos conceptos. Por ejemplo, a veces se gasta en más de cuatro servicios de streaming, los cuales muy pocas veces son usados y que, con el regreso a la presencialidad, serán más prescindibles”, indicó.
Buscar eficiencias
Cuya señaló que, al momento de identificar los conceptos de gastos prioritarios, se debe analizar si estos son eficientes también; es decir, si se pueden reducir sin que afecten el bienestar. Por ejemplo, una mejor gestión de los servicios de luz y agua, escoger un plan de teléfono quizá más barato, o el reemplazo de alguna marca de alimentos.
“Es difícil porque estamos acostumbrados a una canasta básica, pero ahora esta nos rinde menos y se puede buscar creativamente sustituir algunos productos y generar ahorros. Se podría cambiar hábitos y buscar lugares donde vendan los mismos artículos que se quieran comprar con quizá un menor precio o a granel”, comentó.
En ese sentido, Ojeda mencionó que se deben examinar y hacer uso de las ofertas disponibles que pueden ofrecer tiendas o incluso cuentas en bancos, ello comparando siempre con el gasto que se hacía sin estas.
“Hay un aparato de ofertas y promociones al que las personas están expuestas, por ello es clave siempre preguntarse, antes de comprar algo, si hay una mejor alternativa. Hay promociones que son ofrecidas e ignoramos, como aquellas por tener una cuenta sueldo en una determinada empresa financiera. Se puede hacer un ejercicio de cuanto se hubiese ahorrado de haber aprovechado las promociones”, afirmó.
Con el aumento de los precios de los combustibles, agregó, se puede tener más razones para optar por usar vehículos como bicicletas en la medida de lo posible, generando así más espacio para ahorrar.
“Se deben cambiar hábitos también con respecto al tipo de transporte. Ante el actual contexto, hoy hay más incentivos para usar bicicleta en más rutas posibles, además del ahorro que se genera, es una opción que va a la par con un mejor estado de salud”, afirmó.
Rastrear “gastos hormiga”
Hay gastos que a veces la persona pasa por alto principalmente porque representan un monto menor en cada compra. Sin embargo, según Ojeda, estos pequeños egresos pueden representar, en conjunto, una suma relevante.
“Estos gastos hormiga son pequeños y muy recurrentes, que a veces no tomamos en cuenta cuando analizamos los egresos, y que restan a la capacidad para ahorrar. Por ejemplo, gastos en botanas de manera recurrente, es un escenario común”, señaló.
En el mismo sentido, Cuya mencionó que es clave identificar y reducir los “gastos hormiga”, pues pueden sumar de manera relevante al objetivo de ahorro.
“Es importante tener más orden en las finanzas personales y negocios. Entre un 10% y 20% del ingreso anual de un empleado se va en gastos hormiga, y esto afecta mucho a la economía familiar”, indicó.