La inflación es un fenómeno que está ocurriendo a nivel mundial, en donde Perú no es la excepción. El aumento generalizado de precios afecta el poder adquisitivo de las personas, pero también altera la estructura de costos de los negocios impactando en sus operaciones. Nicolás Mendoza del Solar, gerente general de rebajatuscuentas y Jorge Luis Ojeda, docente de la Facultad de Negocios EPE de la UPC, hablaron con Gestion.pe sobre este último punto.
Cabe resaltar que para el cierre de abril el Índice de Precios al Consumidor (IPC) a doce meses a nivel nacional fue de 8.62% una cifra récord de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). En el caso de la inflación en Lima, la variación a doce meses llegó a 7.97%.
“Es muy probable que el empresario vea aumentos en los costos, que los lleve a subir precios, afectando así la cantidad demandada de sus productos o servicios.”, dijo Mendoza.
Priorizar productos más rentables
Es recomendable que el negocio se enfoque en los productos que más rentabilidad les trae y que son más valorados por los clientes, para poder preservar así su flujo de caja, señaló.
“No es una época para aventurarse con el lanzamiento de nuevos productos, porque se puede estar en un riesgo de no tener éxito al tener una demanda más restricta por el aumento de precios. Todo empresario sabe que son muy pocos los productos se genera la mayor parte de las rentas, el foco debe estar ahí”, afirmó.
Por su parte, Ojeda recomendó que se haga un análisis de los productos y servicios en cuanto a márgenes, y concentrarse en aquellos con que tengan los mayores.
“En este incremento de precios no siempre el aumento en costos se puede trasladar al cliente final o de manera inmediata. Si tenemos productos que vendemos con margen muy corto, es posible que se cometan errores al no transferir los mayores costos a precios, y se tengan pérdidas. Es recomendable reforzar el análisis de estructura de costos detallada por producto, pues se puede creer que hay margen cuando posiblemente no se tenga”, afirmó.
Mendoza consideró que estar mucho más cerca de los clientes más recurrentes o habituales en las compras, es un camino para fallar menos en los productos o servicios a ofertar.
“Campañas de fidelización y de retroalimentación serían clave, para saber qué necesidades puntuales tienen los clientes. El uso de la tecnología o redes sociales para el seguimiento sería una opción”, indicó.
Controlar mejor los inventarios
Por su parte, Ojeda señaló que, sobre todo en un contexto de aumento de precios, se necesita ser más cuidadoso con el manejo de inventarios, pues se puede no considerar un costo de reposición más alto.
“Si yo hago uso de mi materia prima a un costo, debo estar al tanto que posiblemente enfrente uno mayor para reponerla, pues si no, puede haber un desequilibrio financiero. En procesos inflacionarios normalmente hay una necesidad de fondos adicionales, y si no hay un control de inventarios adecuado se puede caer en la realidad de tener liquidez limitada para la operación”, indicó.
Anticiparse a mayores tasas
Mendoza señaló que a medida que el Banco Central de Reserva (BCR) siga aumentando sus tasas para controlar la inflación, entonces las condiciones de crédito en el futuro serán menos favorables, y el acceso será mucho más difícil para pequeños negocios. En caso de necesitar financiamiento, lo ideal es tomarlo lo antes posible.
Asimismo, indicó que de tener deudas vigentes, se debe analizar cuánto representan en los flujos del negocio, pues deben asegurar tener liquidez hacia futuro.
“Un negocio muere no por vender poco o mucho, sino porque se queda sin liquidez. Es recomendable hacer una proyección de los ingresos y egresos que se tendrá en los siguientes meses. Si las deudas representan una gran proporción, ahí convendría reestructurarlas para ponerlas a largo plazo, quizá a través de la compra de esta obligación”, anotó.
Mencionó que también se podrían buscar otras opciones de financiamiento. “Se pueden contemplar opciones como factoring o préstamos con garantía hipotecaria. Con respecto a esta última, una forma de tener mayor liquidez es poder financiarse a largo plazo quizá a diez años, esto es más factible si se deja una garantía”, indicó.
Automatizar procesos
Mendoza señaló que la automatización de procesos sería una acción trascendental para un negocio, si su objetivo es reducir sus costos y aumentar la productividad de sus empleados, por lo que una inversión en tecnología y capacitación sería recomendable. Sin embargo, se requiere, además de dinero, un gasto de tiempo y constancia en la implementación.
“Se necesita de gente que, por ejemplo, sepa del uso de softwares o de la tecnología a adquirir; es decir, debe haber un personal capacitado, además de la voluntad para seguir con el proceso de actualización. Los ahorros pueden ser sustanciales con operaciones más automatizadas, pero se requerirá de tiempo y dinero en un inicio”, anotó.
Bajar plazos de cuentas por cobrar
Ojeda indicó que debe haber una política de cuentas por cobrar más rígida o con menores plazos. “En este nuevo contexto es importante que se fortalezcan las áreas de cobranza, para que no haya retrasos. Con mayores plazos, se está expuesto más a los mayores costos”, agregó.
Asimismo, comentó que se debe tratar que la política de cuentas por pagar sea más flexible, lo que implica negociar con los proveedores para extender plazos de pago.
“Dependiendo de la magnitud de negocios se puede establecer compras a futuro; es decir, pactar contratos de compras a futuro a un precio fijo, que sirve como una cobertura en caso suba el costo del insumo”, explicó.
En el mismo sentido, Mendoza indicó tener mapeados los canales de la operación para reducir costos es un punto importante, en donde la capacidad de negociar con los proveedores es clave.
“Con respecto a los proveedores, depende mucho del tipo de negocio, pero se busca que ciertos precios se puedan mantener a través de un contrato de órdenes de compra más vigente hacia futuro. Esto implica una relación estrecha con los proveedores”, manifestó.
Negocio importador
En caso de ser un pequeño negocio con costos en dólares, señaló Mendoza, se debe tratar de estar “calzados en monedas”, para poder sobrellevar las presiones al alza en el tipo de cambio (influenciadas por, entre otros factores, el aumento de tasas de la Reserva Federal (Fed) para controlar la inflación).
“Si se tienen los costos en dólares, entonces se debería, de ser posible, vender en dólares. En las industrias donde se puede adaptar esto es algo que se recomienda sobre todo ahora. Cuando se habla de empresas medianas o grandes, estos ya pueden hacer uso de derivados como forwards para tener cobertura del riesgo”, puntualizó.
Ojeda mencionó que, si el negocio es importador, entonces puede establecer precios en dólares y luego ofrecerlos al público en soles según el tipo de cambio; por lo que si este último sube, el precio de venta automáticamente tendría que hacerlo también.
“Una de las formas para cubrirse, es poner los precios en dólares, y si hay que vender en soles solo se debe trasladar con el tipo de cambio. Por ejemplo, se vende una computadora a S/ 1,000 hoy, pero si el tipo de cambio sube mañana se hace el reacomodo en precios. Esto se va a comenzar a ver de manera más acentuada si el tipo de cambio sigue impulsado hacia arriba”, manifestó.