Manifestantes chocan con la policía antidisturbios en el puente Aashuayco en Arequipa. Consecuencias de conflicto pueden extenderse por meses y años, según Caja Arequipa. (Foto de Diego Ramos / AFP)
Manifestantes chocan con la policía antidisturbios en el puente Aashuayco en Arequipa. Consecuencias de conflicto pueden extenderse por meses y años, según Caja Arequipa. (Foto de Diego Ramos / AFP)

En los últimos días, se reportan atentados en el sur del país, sobre todo en Puno, contra instituciones públicas -en la comisaría y sede del Ministerio Público- y oficinas de Caja Cusco, Caja Tacna, Mi Banco y financiera Credinka, por parte de manifestantes que exigen la renuncia de la presidente Dina Boluarte. Caja Arequipa no se salvó de esta ola de violencia y dos de sus agencias en Puno, Yunguyo e Ilave, fueron quemadas. José Málaga, director de esta microfinanciera, conversó con Gestión sobre el impacto de la suspensión de operaciones del sistema financiero en las regiones en conflicto y cómo perjudica la actividad económica del país.