La implementación de la moneda digital de un banco central fomenta más que el acceso y uso de los pagos digitales, señala un informe del Banco Central de Reserva del Perú (BCR).
También respalda la eficiencia de los pagos, disminuye los costos del manejo de efectivo, promueve la competencia y la innovación en los sistemas de pagos, potencia el mecanismo de transmisión de la política monetaria, fortalece la estabilidad financiera y consolida la preferencia de la moneda local como medio de pago entre la población peruana, sostiene.
Una moneda digital (o CBDC, por sus siglas en inglés) es dinero soberano emitido por el banco central de un país en formato digital, que se puede mantener en cuentas o mediante tokens (representación digital con valor). Son creados para pagos entre entidades financieras (mayoristas) o para uso de personas y empresas (minoristas), siendo este último el campo que genera mayor interés, especialmente en países emergentes.
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Así, entre los beneficios de la emisión de una moneda digital propia, la autoridad monetaria destaca:
- Ser una herramienta efectiva para promover el acceso y uso de los pagos digitales en la población no bancarizada.
- Generar importantes ganancias de eficiencia en el mercado de pagos del Perú al facilitar la interoperabilidad e incentivar una mayor adopción de pagos digitales y el menor uso de efectivo.
- Fortalecer la efectividad de la política monetaria, al promover la inclusión financiera.
- Contribuir a preservar los logros alcanzados de menor dolarización en pagos minoristas.
- Promover la innovación financiera en un contexto regulado, al facilitar las operaciones de nuevos agentes en el mercado.
- Promover la introducción de pagos programables que tienen el potencial de personalizar el uso del dinero, lo que permitiría transferencias condicionadas, entre otros, para poder gastarse en un conjunto preseleccionado de bienes y servicios.
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Sin embargo, también trae consigo potenciales riesgos y desafíos como:
- Posible desintermediación financiera si el público prefiere la moneda digital sobre los depósitos bancarios. Este riesgo es bajo en la medida que la CBDC se diseñe para que no pague intereses y se imponga límites de monto, es decir, reproduce las características fundamentales del efectivo.
- Corridas bancarias digitales, puesto que una moneda digital podría facilitar retiros de efectivo y transferencias bancarias durante una crisis económica. Esto se puede minimizar con un diseño apropiado, como posibles límites a los montos de transacciones.
- Riesgos cibernéticos y falta de flexibilidad para realizar cambios en la tecnología que utiliza la moneda digital.
- Riesgo reputacional para el BCR, en caso de que se materialicen los riesgos operacionales y de ciberseguridad que involucra la emisión de esta moneda.
Para el BCR, en caso de que se considere deseable emitir una moneda digital, es necesario difundir y expandir su uso de manera gradual, evaluando sus beneficios, costos y riesgos potenciales en cada etapa.
Inicialmente, debe dirigirse a la población no bancarizada de las principales ciudades, basarse en una interfaz intuitiva y amigable, así como ser utilizada en celulares inteligentes y de menor gama, y ser accesible a costo cero o muy bajo, sugiere.
Además, debe focalizarse en los vendedores ambulantes, transportistas y obreros informales, aquellos que todavía no usan instrumentos de pagos digitales, acota.
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