El presidente de BBVA a nivel global, Carlos Torres Vila, visitó la semana pasada nuestro país y conversó con Gestión sobre los resultados de la entidad que lidera, el mercado internacional, los factores de riesgo locales e internacionales y los planes de inversión de la firma bancaria en Perú.
En el 2022, BBVA global logró un crecimiento en resultados de 38% respecto del año previo. ¿Cómo piensa repetir ese desempeño en el 2023?
Sí, el año pasado tuvimos un beneficio de 6,400 millones de euros que, en términos recurrentes, es un poco más, cerca de 6,600 millones. Todo responde al éxito de nuestra estrategia, muy clara en digitalización, innovación y sostenibilidad.
Los resultados del primer trimestre de este año ascienden a 1,846 millones de euros, que suponen un incremento de casi 40% frente al primer trimestre del año pasado. En definitiva, todavía quedan tres cuartos de año y tenemos un momentum muy positivo con un primer trimestre que ha sido récord de nuevo, lo que nos hace pensar que este año seguiremos por esa misma senda.
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Pero muchas veces los resultados de utilidades pueden deberse o amplificarse por factores externos como el tipo de cambio.
Los ejes estratégicos que menciono están dando mucho fruto, generando mucho crecimiento, especialmente en la adquisición de clientes.
El año pasado añadimos al banco casi 12 millones de clientes. Pasamos de sumar 4.6 millones en el 2017 a 11.3 millones en el 2022, y este año seguiremos aumentando esa cantidad. De hecho, en el primer trimestre añadimos 2.6 millones de nuevos clientes, a pesar de los problemas registrados en muchos países, como los conflictos sociales en el caso del Perú.
¿Están viendo ese ritmo de crecimiento de clientes en Perú?
A nivel de Perú, la meta de clientes nuevos este año es de 1.3 millones. En el primer trimestre (a marzo) se han incorporado ya 280,000 nuevos clientes.
¿Hay factores de ruido que estén monitoreando con cierta preocupación?
En este año, muchos factores. La situación macroeconómica y geopolítica ha tenido, en los últimos tres años, shocks muy relevantes. A la pandemia se superpone la batalla geopolítica, sobre todo entre China y Estados Unidos. Luego la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Y, en países como Perú, a ello ahora sumamos los factores climáticos. Por eso vemos una respuesta muy fuerte de los bancos centrales para corregir la inflación. La estabilidad de precios es esencial para un buen desempeño macroeconómico; por eso tienen tanto foco puesto en que no se desboque. Incluso la semana pasada vimos subidas de tasa de interés tanto en la FED (EE.UU.) como en el Banco Central Europeo. Esto sí que lo seguimos mucho.
¿Les preocupa un enfriamiento de la economía global?
La desaceleración ha sido menor de lo previsto. El mundo se está desacelerando, pero esperábamos crecimientos planos o resultados negativos en las economías desarrolladas, con trimestres de recesión en Europa; sin embargo, no estamos viendo eso.
Entonces, ¿se debe actuar optimista o cauteloso?
Ni una cosa ni la otra. Diría que hay incertidumbre. Pero las economías del mundo, y la de Perú, también están demostrando mucha resiliencia. Aunque sí debería haber cautela porque aún queda trabajo por hacer antes de recuperar una senda más clara, con mayor claridad de crecimiento. Pero esta cautela está dentro de un sentimiento más positivo que el que había hace seis meses.
¿Sumaría a estos riesgos la incertidumbre respecto de la salud o la estabilidad del sistema financiero de EE.UU.?
Lo primero que diría es que la estabilidad del sistema financiero de EE.UU. no se ha puesto en cuestión y daría un mensaje de mucha tranquilidad. La caída en las acciones de bancos hacia finales de la semana pasada se debe a que hay muchos factores en juego y es difícil. Uno puede a veces sobreinterpretar señales que vienen de movimientos bruscos de mercado. Pero yo me fijo más es en los parámetros que los bancos medimos para evaluar solvencia, modelo de negocio o sostenibilidad. Hay muchas lecciones que aprender de aquí para bancos y reguladores.
No teme, entonces, que se extienda la problemática más allá de los bancos regionales de ese país...
No, porque precisamente una de las primeras lecciones que sale de esto es que tu modelo de negocio no puede estar basado en parámetros coyunturales, como una tasa de interés que está extremadamente bajo. El modelo de negocio tiene que ser recurrente, sostenible en cualquier coyuntura a lo largo de un ciclo diversificado entre segmentos de clientes, entre sectores y productos.
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Planes de inversión en Perú
¿Cuál es la mayor preocupación cuando piensan en Perú?
Creo que habría mucha más inversión, no solo extranjera sino doméstica, si se lograra una mayor consistencia institucional de largo plazo en el país. El lado bueno es la resiliencia que tiene la economía pese a que ha tenido momentos muy difíciles, incluido el ciclón que hubo este año y lo que pueda venir si se confirma el Fenómeno de El Niño global.
Y con ese diagnóstico, ¿qué lugar tiene Perú en la operación de BBVA en los siguientes años?
Con todos esos retos, y que sería deseable reducir la informalidad y el uso del efectivo, así como impulsar la infraestructura, la digitalización, el emprendimiento y la inclusión financiera, sigue siendo el país que más crece en América Latina. Creemos que debemos seguir creciendo de forma decidida en este país y nuestra visión es que crezca el peso de Perú en el negocio.
¿Planean aumentar la inversión en el país?
Prevemos un 75% de crecimiento de la inversión con base en un plan de S/ 2,000 millones para los próximos cuatro años. Hemos añadido 900 colaboradores desde la pandemia, que también es otra forma de ver el crecimiento.
¿En qué áreas se vería este crecimiento?
En las de mayor dinamismo, aquellas relacionadas con pagos y financiamiento. Por ejemplo, nos convertimos en el mayor emisor de tarjetas de crédito del Perú el año pasado y ganamos mucha cuota de mercado. La idea es seguir en ese camino. También somos el primer banco que es adquirente con la solución Openpay, tenemos Powerpay que es una filial del banco. El segmento de pymes también es un área de crecimiento en la que estamos apostando y contamos con buena penetración en el mundo de seguros.
En cuanto a ese cambio de foco hacia uno más retail, se empieza a ver un incremento en la mora de los clientes. ¿Cómo conversa eso con su impulso a la captación?
El impulso de crecimiento sigue ahí, pese a la conflictividad del primer trimestre. Con la desaceleración económica, es previsible que las métricas de la calidad de la cartera o índices de cartera vencida o impagos puedan deteriorarse un poco. Por ahora, lo que vemos es bastante comedido y está aguantando muy bien.
Si se abre el mercado de administradoras de fondos de pensiones, ¿volverían?
Éramos el mayor gestor de pensiones de toda América Latina, pero vendimos el negocio hace 10 años aproximadamente. Entonces, no estaría en los planes. Es un negocio completamente distinto al negocio bancario tradicional que tenemos.
Transformación digital
En cuanto a la estrategia de digitalización, ¿cómo le está funcionando?
Digitalizar es lo primero y todavía nos queda mucho camino. En Perú, de los 1.2 millones de clientes nuevos que sumamos en 2022, un 69% entró por el canal digital. Eso seguirá creciendo, todavía hay operativa en distintos grados, en distintos países, que requiere intervención presencial o desplazamiento a una oficina. El objetivo es continuar digitalizando los productos y servicios.
¿En algún momento espera tener un 100% de admisión por la vía digital?
No veo por qué no, aunque no tenemos una meta con plazo específico para ello. En el Perú, el 69% entró por canal digital el año pasado, ya es un incremento muy relevante. El modelo de atención del mundo retail es de autoservicio y le ofrecemos una atención remota.
IA ya se utiliza en áreas de riesgos y auditoría.
De los 11.3 millones de clientes nuevos que logró el BBVA a nivel global el año pasado, más de la mitad entró al banco por el canal digital. Torres Vila brinda detalles sobre las nuevas capas de funcionalidades que preparan para mejorar la experiencia de servicio y optimizar su modelo de negocio bancario.
¿Qué cambios traerán este año a su modelo digital?
Seguimos trabajando en las siguientes capas de funcionalidades que podemos llevar a la aplicación móvil, tanto de empresas como de particulares. También tenemos el camino de la Inteligencia Artificial (IA) que nos está dando, desde ya, mucho rédito.
¿Ven entonces en el uso de la IA más oportunidades que riesgos para el sistema financiero?
La IA es una enorme oportunidad para la humanidad y la veo con optimismo. Pero también tiene riesgos y hay que gestionarlos. Uno es que los sesgos inherentes en los datos de training se reproduzcan en el algoritmo, pero para eso tenemos controles que eviten que la tecnología recoja los sesgos humanos.
¿Se está aplicando la IA en el Perú?
Hay un área de data global dentro de la que hay una factoría de Inteligencia Artificial con localizaciones en España, México y Turquía. Allí concentramos el desarrollo de soluciones que luego se despliegan.
¿En qué áreas lo han implementado?
Tenemos en riesgos, atención al cliente, auditoría y prevención de lavado de dinero. Cada trimestre van surgiendo nuevas ideas que luego se ponen en producción.
¿Estos casos de uso se encuentran también localmente?
En Perú estamos empezando, sobre todo en los modelos de atención y de riesgos.
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