Los niveles de capital y provisiones por encima del mínimo regulatorio que mantienen las entidades financieras explican su resiliencia ante shocks macroeconómicos adversos, señala la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS).
A agosto del 2024, el sistema financiero peruano contaba con un colchón de capital por S/ 39,380 millones y de provisiones por S/ 3,958 millones, que actúa como mecanismo de protección frente a la ocurrencia de riesgos inesperados y esperados, respectivamente.
Con ello, los colchones del sistema para afrontar crisis subió de S/ 41,254 millones a S/ 43,338 millones entre el 2023 y la fecha indicada.
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La inflación de los últimos años afectó los bolsillos de las familias y su capacidad de pago, lo que provocó pérdidas en algunas instituciones por la materialización del riesgo de incumplimiento en el pago de créditos, especialmente en aquellas enfocadas en consumo, indicó Patricia Salas, superintendente adjunta de banca y microfinanzas (a.i.) de la SBS.
De esta forma, las carteras retail (de préstamos a personas y mypes) fueron muy afectadas por la coyuntura macroeconómica, “se vieron altas tasas de morosidad y el gasto por provisiones fue directo a la vena, provocó pérdidas y las entidades responden también inyectando más capital”, comentó.
Resistencia
Ronald Casana, representante del Colegio de Economistas de Lima, refiere que los colchones juegan un papel importante en la resistencia del sistema financiero y se vienen fortaleciendo desde la pandemia, en parte, por la mayor exigencia del regulador a fin de alinearse con los estándares internacionales.
El impacto de mayores reprogramaciones de deuda o refinanciamientos puede ser absorbido por las provisiones que efectúan las entidades financieras para mitigar pérdidas y proteger su patrimonio, expresó. El primer semestre del 2024 no fue bueno y las entidades se anticiparon a ello, acotó.
Para Enrique Castellanos, economista de la Universidad del Pacífico, contar con más capitalización reduce el nivel de endeudamiento de los bancos y refuerza su capacidad de gestión para soportar vaivenes económicos.
Asimismo, tener provisiones por encima de lo requerido implica que las instituciones se han adelantado a reconocer como pérdidas muchos de los préstamos que han otorgado, lo que aligera el impacto en caso de incumplimientos, acotó
“No es exactamente plata que tienen sentada, ni dinero efectivo para echar mano si lo necesitan, es más una representación de la capacidad o solvencia de las entidades”, dijo.
Salas reconoció que el mayor gasto por deterioro de cartera durante el 2024 y la subida de las tasas de intereses de depósitos del público derivaron en menores utilidades del sistema financiero.
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Microfinancieras
En similar tendencia, el sistema microfinanciero acumuló un colchón de capital de S/ 4,224 millones para afrontar pérdidas no esperadas a agosto del año pasado. Además, reportó un colchón de provisiones adicionales por S/ 602 millones.
Castellanos precisó que estos niveles no son excelentes, pero tampoco son malos. “Si bien muestran cierta solidez, no significa que algunas cajas o entidades pequeñas que vienen reportando problemas eviten ser intervenidas; esto va a pasar y está bien que suceda porque limpia el sistema”, sostuvo.
En el 2025, Casana avizora entre los principales riesgos que llevarían a utilizar esos colchones a las anomalías climáticas en el norte del país, que afectarían la calidad de los créditos en agro y pesca.
Mencionó también los conflictos sociales que podrían surgir con la cercanía del proceso electoral y manifestaciones violentas que obliguen a cerrar negocios. Según Castellanos, si no se alcanza el ritmo de crecimiento esperado del país y las empresas no sostienen sus ventas, podrían incumplir sus obligaciones financieras.
“Si la actividad económica no mantiene un dinamismo de 3% o 4% como este año, probablemente estos colchones sufran, las malas cuentas de las entidades suban y se coman las provisiones”, advirtió.
Exigencias ante mora elevada
Casana sostiene que en el segundo semestre del 2024, sobre todo en el último trimestre, los indicadores de capital y liquidez del sistema financiero mejoraron por el avance de la economía.
“Posiblemente se observe una reducción en las provisiones de los últimos meses del 2024; la morosidad no ha seguido aumentando sino que se mantuvo en un nivel y se redujo en algunos casos”, dijo.
El riesgo de crédito ha disminuido en las carteras de consumo y mype, con lo que aminoró el gasto por provisiones y mejoró los resultados financieros de las entidades prestamistas, aunque no todas tienen un mismo desempeño.
“Las que aún mantienen morosidad alta van a seguir con provisiones elevadas, superiores al promedio”, añadió.
En el tercer trimestre del 2024, la morosidad de los bancos tocó un punto de inflexión y empezó a descender, tal como adelantó Gestión.
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Economista de la Universidad de Piura. Actualmente se desempeña como redactor de Finanzas en Diario Gestión.
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