El estudio de un raro diamante que se originó a 660 kilómetros bajo la superficie terrestre confirma la presencia de agua ligada a minerales a esa profundidad y potencialmente más allá, señala un estudio que publica Nature Geoscience.
La investigación encabezada por Tignting Gu, del estadounidense Instituto de Gemología, sugiere que hay un entorno ampliamente saturado de agua que se extiende hasta el manto inferior de la Tierra.
El equipo analizó un diamante tipo gema procedente de la mina Karowe de Botsuana, que había sido atrapado y protegido por una muestra del manto inferior de la Tierra en su viaje desde una profundidad de aproximadamente 660 kilómetros hasta la superficie.
Durante el estudio encontraron pruebas de la presencia de ringwoodita y de otros minerales y fases hidrosas en el diamante, lo que indica que se formó en una región hidratada del manto terrestre, según el equipo, que considera que estos hallazgos pueden mejorar nuestra comprensión del ciclo del agua profunda de la Tierra. El agua oceánica puede ser transportada por los minerales hidratados a las profundidades de la Tierra antes de ser devuelta a la superficie a través de la actividad volcánica, un proceso conocido como el ciclo del agua profunda.
Estas aguas profundas pueden afectar a la explosividad de las erupciones volcánicas y a la naturaleza de la actividad sísmica y la tectónica de placas.
Sin embargo, la toma de muestras y el estudio del ciclo de las aguas profundas de la Tierra han sido difíciles, ya que el pozo más profundo llega a poco más de 12 kilómetros de profundidad bajo la superficie, de ahí que los autores analizaran ese diamante llegado a la corteza desde 660 kilómetros más abajo.