‘El mejor amigo del hombre’ hoy ya no solo es una frase cliché para evocar al perro que tenemos en casa, sino también para definir a aquel cuadrúpedo leal que muchos hogares ya consideran un miembro más de la familia.
Y como un integrante más, no merece menor atención a la que podría tener cualquier humano, siendo así que su vestido, alimentación y salud son cada vez más valorados por sus amos. Esta tendencia, en su momento, fue corroborada inclusive por el presidente de la Asociación de Médicos Veterinarios del Perú, Miguel Ángel García, quien en diálogo con gestion.pe, señaló que los peruanos estaban dispuestos a gastar hasta S/ 300 mensuales, en promedio, en sesiones de cuidado y salud para sus mascotas.
LEA TAMBIÉN: Familias peruanas gastan en promedio S/ 300 en cuidado de mascotas
Pero hay otro aspecto que tampoco pasa desapercibido por los propietarios y está más vinculado con el sentido emocional y el comportamiento del perro. Por ejemplo, si la mascota tiene problemas de agresividad, miedo, estrés, fobia y reacciones similares, probablemente demande de los servicios de un técnico de modificación de conductas. Este es un profesional especializado en tratar problemas específicos de esta índole.
Así, también si la meta es que la mascota sea obediente y atienda el llamado que le realiza, aprenda a sentarse, echarse, quedarse quieto; o desarrollar habilidades como pararse en dos patas, montarse en un skateboard, lo más conveniente es acudir con un adiestrador profesional.
El presidente de la Asociación Peruana de Adiestradores e Instructores K9, Javier Castro, explica que la búsqueda de estos servicios son más frecuentes, sobre todo para la asistencia de perros pequeños y medianos, así como de presa. “Generalmente nos contratan para enseñar higiene, controlar las mordidas. Hay otro sector que nos busca cuando sus perros son agresivos, miedosos, o tienen mucho estrés”, detalla.
Castro sostiene que, en cualquiera de los casos, la capacitación se realiza al propietario o a quien permanece más tiempo en compañía del animal, a fin de lograr que el can se familiarice con los nuevos hábitos que marcarán su relación con el amo. Más aún, si se tiene en cuenta, según el experto, que problemas de conducta como la ansiedad, el miedo o el estrés son causados por el dueño.
No obstante, también hay detonantes como la normalización de las actividades. Tras un largo periodo de aislamiento en que la mascota se acostumbró a la compañía permanente del amo, un cambio abrupto, que implica espacios de soledad, puede generar alteraciones.
“Ahora (los dueños) se van a trabajar, mientras que los perros, que estuvieron un periodo aislados con sus amos, crearon dependencia. De pronto, el can empieza a tener ansiedad por separación”, precisa Castro, quien asegura que estos casos son muy frecuentes y no están relacionados con la raza.
LEA TAMBIÉN: Se vienen seguros digitales para mascotas
Al respecto, incide en las cualidades individuales de cada mascota, lo cual incluso trasciende al campo de los denominados perros de seguridad, donde generalmente se asocia a las razas grandes con perros de resguardo. “Por ejemplo, hay mucha gente que está comprando una raza que se llama Pastor Belga, creyendo que es un perro de seguridad, pero es un perro muy nervioso y deportista”, expresa.
Costos y formación
De acuerdo al representante de la Asociación Peruana de Adiestradores e Instructores K9, en aproximadamente unas 20 sesiones de 30 o 45 minutos, ya se logra una obediencia media o avanzada. Los intervalos de la capacitación, por lo general, son de tres veces por semana.
El costo del servicio por cada encuentro oscila entre S/ 40 o S/ 60, lo cual varía según la zona. No obstante, no es el único servicio que se demanda. “De 10 personas con un perro, son tres las que contratan un adiestrador, pero hay cinco que están buscando un paseador canino”, sostiene Castro, quien indica que este mercado está creciendo en el Perú.
Pese a ello, resalta la necesidad de contratar a profesionales capacitados para el manejo de la mascota; ello, en un contexto en que la virtualidad coloca a disposición cursos online o clases de Youtube que no son suficientes para el trabajo en campo. Afirma que muchos supuestos adiestradores “están trabajando en base a ensayo y error”, solo por el beneficio de ser parte de un negocio rentable.
Todo parte, según señala Castro, porque en el Perú no hay una ley que regule la actividad y formación de adiestradores, instructores o formadores de canes. Debido a ello, los interesados en desarrollar esta disciplina se han acogido a la normativa europea, la cual sí tiene especificaciones sobre este campo.
“Somos aliados de asociaciones europeas que se rigen bajo leyes del Gobierno español. La Unión Europea tiene una normativa para formar adiestradores o instructores en cada especialidad. Entonces, nosotros para formarnos como adiestradores necesitamos de un mínimo de 380 horas, pero si deseas ser instructor son 380 horas más”, precisa el especialista.
Para el caso del Perú, la asociación hoy cuenta con 100 adiestradores a lo largo del país; en tanto, que se continua en la búsqueda de una mayor profesionalización de la actividad.
LEA TAMBIÉN: Basa ingresa a tiendas especializadas de mascotas