André Agurto
Con el inicio de la pandemia, la incertidumbre y el miedo se apoderaron de todos. No fue distinto para la gran Susana Baca, que por esos días, en medio de su encierro, repetía como un mantra un tema de Fito Páez: “¿Quien dijo que todo está perdido? / Yo vengo a ofrecer mi corazón”.
“La cantaba y la volvía a cantar porque sentía que era para acompañar a la gente”, le cuenta a Gestión. La canción abre ‘A capella’, un álbum que acaba de ser nominado al Grammy.
El disco tiene además un tema de Chabuca Granda, un poema de García Lorca, entre otros. ¿Fue complejo el tema de los derechos de autor?
A mí me encantaría hacer una segunda parte porque se quedaron algunas canciones fuera. Con el tema de Fito Páez, recibí su apoyo, me dijo cosas muy bellas acerca de lo que sintió al escucharme cantar su canción y lo publicó (en sus redes).
Usted ya ha ganado dos Grammy’s. ¿Cómo cambia la vida a un artista este premio?
Te reafirma, piensas: “No me equivoqué, estoy en la ruta”. Es un premio importante y al cual aspiramos todos los músicos de todos los géneros. El estar nominados ya es importantísimo.
¿Cómo fue la primera vez que lo recibió?
Con un disco que grabamos en el Perú y que terminamos en Cuba. Entonces, una persona que estaba buscando música en Cuba encontró mi disco y lo presentó, sin poner los nombres de los músicos. ¡Con las justas estaba escrito mi nombre! Entonces fue como una edición pirata. Y, sin embargo, gané el Grammy porque lo que está en el disco es muy valioso. Está mi alma y la de los músicos.
Su carrera en el extranjero es sobresaliente. ¿De qué depende, además de talento?
Es puro trabajo. Un manager, un productor, toda la gente cuenta, pero si el artista no está a la altura de las circunstancias, no sirve de nada. El estar trabajando permanentemente sin esperar premios, haciendo música, creando y con toda honestidad, todo cuenta.
¿Cuánto gente forma parte de su equipo técnico?
El equipo en Perú solo somos tres. Yo, que canto, nuestro asistente y Ricardo Pereira, que es el manager. Es la persona que vela por todos los intereses y que es muy crítico también. Eso ayuda mucho. Tener una persona que no solo te alabe, sino que te diga cosas que te sirvan de estímulo para continuar.
¿Y en el extranjero?
Al inicio David Byrne de los Talking Heads fue muy importante en mi carrera. Puso a mi disposición su sello disquero. Con eso pude darle la vuelta al mundo. Es importante que alguien te encuentre y sienta esta conexión con tu música. Pero tampoco significa que suba al escenario contigo. Una está en el escenario, una tiene que convencer, llegar al corazón.
Hablaba de recorrer el mundo…
He salido a veces de los conciertos y he encontrado que quizás la gente no entendía las palabras que estaba cantando, pero sí entendía lo que mi alma quería decir. Llegar al sentimiento de la gente, de eso se trata.
¿Cómo frustró la pandemia sus planes?
Cuando empezó estaba camino a Italia donde tenía que hacer un trabajo con jóvenes músicos que trabajaban mis interpretaciones de landó. Recibí la propuesta de grabar, hacer un concierto, dar clases maestras y una entrevista en la televisión italiana. Se cancelaron también nuestros conciertos en otros países de Europa y América Latina.
Es un año terrible…
Es un año muy triste para el mundo, para los peruanos, para todos los que hemos perdido amigos y familiares. ¿Cómo superar estas tristezas, tener un consuelo?
¿Cómo?
Creo que es con el arte. Con la música, con la poesía. Es fundamental para nosotros compartir lo que sabemos hacer como artistas. Muchos lo han estado haciendo. Y que la gente lo reciba para acompañar la soledad y el sufrimiento.
EL DATO
Premiada. El segundo Grammy que Susana Baca recibió fue gracias a una colaboración que hizo con René Pérez, ex Calle 13, por la canción “Latinoamérica”. La canción fue lanzada en el 2011.