FOTOGALERÍA. La revista Condé Nast Traveller repasa los rincones del mundo donde las catas y los paseos por majestuosos viñedos son cosa de todos los días.
Bushmans Kloof (Sudáfrica). Los huéspedes son llevados a las montañas de Cederberg para una degustación privada en la viña, conocida por su semi-dulce Bukettraube y tintos secos.
Bushmans Kloof (Sudáfrica). Los huéspedes son llevados a las montañas de Cederberg para una degustación privada en la viña, conocida por su semi-dulce Bukettraube y tintos secos.
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Bushmans Kloof (Sudáfrica). Los huéspedes son llevados a las montañas de Cederberg para una degustación privada en la viña, conocida por su semi-dulce Bukettraube y tintos secos.
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Four Seasons George V (París, Francia). Su bodega de 86 años, ubicada a 14 metros bajo el nivel del vestíbulo, ofrece catas todos los meses.
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Auberge du Vin (Mendoza, Argentina). El hotel boutique de 29 habitaciones ofrece paseos por las viñas de Malbec y Pinot.
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Mont Rochelle (Franschhoek, Sudáfrica). A una hora de Ciudad del Cabo, el hotel boutique ofrece catas diarias.
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Mandarin Oriental HK (Hong Kong, China). Rarezas como la colección Magnum 1973 y Clos du Mesnil 1983 se emparejan con una comida de 14 platos.
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The Warwick Dubai (EAU). No hay mejor forma de tomar vino que en el restaurante en el piso 44 del hotel; restaurante inspirado en la comida peruana.
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Llanerch Vineyard (Gales, Reino Unido). El hotel explota su amor por el vino con Cariad Restaurante, con un comedor que mira al viñedo.
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Vik (Chile). Un espacio de descanso en medio de un viñedo de 4.325 hectáreas, a dos horas de Santiago.