Conducir su moto Pulsar N200, para Michelle Ramírez es sinónimo de libertad y adrenalina. Lo hace desde hace 12 años. A veces, sola para movilizarse por trabajo. Otras, para rutear junto a sus compañeras del club de moteras Vielas.
Los días de una motociclista entre las pistas y su barbería
Antes de la pandemia, cada viernes era tomar desayuno con ellas, contarse con qué nuevo accesorio esta vez habían engreído a su vehículo de dos ruedas, ponerse el casco y pasear por el Campo de Marte, la Costa Verde, el lago de La Molina o el cerro San Cristóbal. Cuando sus horarios eran más benévolos, llenaban el tanque para alargar sus viajes hasta Cajamarca o Ayacucho. Dependiendo de dónde les agarrara la noche, estacionaban en algún hotel o armaban una carpa para dormir. En esas aventuras, cuenta Ramírez, hubo caídas y también extravíos, pero siempre encontraban la manera de solucionar los problemas.
Para mujeres como ella, es común cruzarse con comentarios machistas de conductores que desearían verla dedicada al hogar y los hijos. Pero resalta que hay otros varones que la felicitan con un “bien, flaca”. Y, cómo no, si Ramírez es también instructora de manejo.
Y cuando no se la encuentra en las pistas, se la puede hallar en su barbería. “Estudié cosmetología, aprendí de cortes y uñas para mujer; pero luego me di cuenta de que me desenvolvía mejor en moda para hombres”, cuenta la emprendedora, quien invirtió talento y dinero en este negocio desde hace tres años.
“Las mujeres ya no somos retraídas, no nos quedamos calladas y somos más empoderadas”, dice Ramírez orgullosa de su género.
El sueño de una enfermera que inyecta esperanza en una vacuna
La vocación de servicio que tiene María Teresa Angaspilco Lozano surgió de forma tan natural como un juego. De niña, no faltaba algún amigo de su cuadra que, entre saltos y correteos, se hiciese daño. Ahí estaba ella con lo básico para curar heridas y al día siguiente preguntar cómo iba esa pierna o ese brazo lastimado. Años después, como enfermera de la Red Prestacional Rebagliati de Essalud, es una de las encargadas de colocar las vacunas contra el covid-19, o como dice ella, “inyectar una luz de esperanza”.
“Se siente genial porque eres parte de un momento tan importante a nivel mundial”, señala contenta la joven de 29 años quien tiene siete meses de gestación. Sin saber sobre su embarazo, Teresa se puso en primera línea junto a sus colegas, ¿inspirada por quién? “La mujer que me crió como madre soltera y a quien agradezco por brindarme todo lo que pudo para que sea una profesional”, responde.
De ella y su madrina aprendió a ser independiente, pensar en positivo y cumplir sus sueños. Ahora que se convertirá también en madre de un niño, planea integrarlo desde pequeño en las actividades del hogar. “Hay que hacerlo parte de la limpieza, la cocina y la comunicación dentro del hogar, para que cuando crezca y forme su familia, esta sea una inclusiva y en la que se compartan los roles”, comenta la enfermera.
Si algo espera María Teresa es que después de ser mamá, no se acaben las oportunidades a nivel profesional y así seguir cumpliendo más sueños.
La estudiante que educó para tener limpias las calles de Puno
Además de alumna destacada de Pronabec, Edith Callomamani es reconocida en su comunidad de Challacollo, en Puno. Su proyecto de gestión de residuos sólidos y basura le dio esta alegría. Consiguió, por ejemplo, que por primera vez el camión recolector de basura pasara por dicha zona. Días antes se había realizado la limpieza de calles principales, pastizales, cuencas de aguas y hasta casas que tenían desechos acumulados por años.
Pero planificar y educar no fue fácil. Requirió de reuniones con los principales líderes y autoridades, llamadas telefónicas a cada habitante de la zona, constantes mensajes por el chat de WhatsApp y perifoneo diario en aymara a las 6 a.m. “Debía ser temprano porque los pobladores salen al campo a las 7 u 8 de la mañana”, cuenta la estudiante de enfermería de la Universidad Nacional del Altiplano, en Puno. “Uno de mis vecinos me dijo que estaba contento porque amanecía viendo los pastizales limpios y eso le da mucha más ganas de trabajar en el campo con sus animales”, cuenta la joven con más entusiasmo por mejorar aún más la situación.
Ahora trabaja en crear un comité de gestión ambiental para monitorear el correcto reciclaje. “Me gustaría que se involucren otras autoridades y profesionales mucho más especialistas en medio ambiente”, solicita la estudiante, quien con su trabajo evita que los residuos dañen las cuencas de agua de la zona y que animales mueran por alimentarse de pasto contaminado.
Una práctica que viene de familia
María Salazar, o ‘Mary’, como la llaman, cuenta con más de 26 años trabajando en empresas de rubros “pesados”. Inició con sólo 16 años en el negocio familiar, una empresa de lavados y lubricantes de camiones, en el área de secado. Desde el inicio, tuvo que lidiar con comentarios machistas de algunos clientes; sin embargo, el respaldo de su abuelo fue clave para superar estos impases y seguir creciendo personal y profesionalmente. Luego de 10 años en el negocio familiar, en los que aprendió sobre mecánica, manejo de recursos, a conducir camiones y administrar la contabilidad a base de esfuerzo, curiosidad y práctica (no realizó ningún estudio) emprendió nuevos rumbos en distintas empresas ligadas al transporte, desde una empresa de servicios de limpieza pública hasta empresas de transporte de carga en general en donde era cliente asidua de Scania y, al momento de pasar por el taller para la revisión de sus vehículos, demostraba que lo aprendido no era en vano.
Así, gracias a su ímpetu, a su confianza en sí misma, a su manejo interpersonal, a sus habilidades técnicas, entre otras características, Mary fue invitada a pasar el proceso de selección para la posición de Supervisora de Taller en Scania del Perú. Habiendo pasado satisfactoriamente el proceso, Mary tiene a su cargo un equipo mayoritariamente masculino con el que busca generar lazos de confianza y respeto para asegurar el trabajo como equipo.
Actualmente Mary tiene 42 años, es madre soltera de una niña de 13 años y le gusta pasar tiempo con su familia, ver Netflix y partidos de fútbol (deporte que aprendió a amar desde pequeña pues su entorno era predominantemente masculino).
El consejo que le daría a las mujeres es que no se dejen amilanar ante cualquier circunstancia; si las mujeres sienten que son capaces de lograrlo, lo van a hacer.