Forsberg busca que el trabajo de Planeta Océano se realice en conjunto con las comunidades. (Foto: USI)
Forsberg busca que el trabajo de Planeta Océano se realice en conjunto con las comunidades. (Foto: USI)

Todo comenzó cuando apenas tenía tres años de edad. Kerstin Forsberg recuerda que desde muy pequeña se vio inmersa en la naturaleza y en la educación ambiental, dos aspectos que dieron rienda suelta a una de sus grandes pasiones: el cuidado por el medio ambiente.

“Eran temas que me fascinaban. Luego, cuando terminé el colegio, decidí estudiar biología. Esto hizo que participara en varios voluntariados”, cuenta a Gestión.

Lo que la bióloga no sabía era que su interés por la conservación, que se centró desde el 2007 en la vida marina, la conduciría a fundar la ONG Planeta Océano y a crear proyectos que han logrado reconocimientos a nivel mundial.

Líder mundial

Es así que en el 2016, Forsberg ganó el Rolex Awards for Enterprise –premio bienal enfocado a fomentar el espíritu de iniciativa en el globo– por su trabajo en la conservación de las mantarrayas del norte del Perú junto a comunidades locales y voluntarios, así como su protección legal.

“Comencé en el 2007 con proyectos centrados en la vida marina en general pero el trabajo con las mantarrayas, que se inició en el 2011, fue como nuestro programa bandera”, comenta.

Pero ahí no quedó todo, pues este reconocimiento fue precedente de otros. En lo que va del 2018, la peruana ha sido reconocida con el premio Whitley –denominado como el ‘Óscar verde’–, siendo incorporada a la comunidad de Jóvenes líderes globales del Foro Económico Mundial. Recientemente fue destacada por la revista Time como una de las líderes de la próxima generación.

En este último, Forsberg comparte espacio con artistas y activistas como Ariana Grande, The Weeknd, Adwoa Aboah y Hou Yifan.
“De alguna manera, los reconocimientos e inclusiones en foros y espacios internacionales nos van a ayudar a ir influyendo en las agendas del sector”, señala con gran entusiasmo.

Sostenibilidad

Además de ser plataformas para la visibilización del trabajo en el cuidado de las especies marinas del país, estos premios –o la mayoría de ellos– contribuyen con la sostenibilidad de las iniciativas la ONG.

“Lo interesante del premio Whitley es que hay un financiamiento, que este año es de unos US$ 60 mil, para continuar con los proyectos. Con esto vamos a poder comprar una nueva embarcación a la asociación turística de pescadores con la que trabajamos”, comenta.

La vocera de la ONG afirma también que más del 90% de los fondos con los que cuenta Planeta Océano proviene de fundaciones y entidades internacionales.

“Nos mantenemos con esos recursos, pero también creamos actividades, a nivel local, que generen beneficios”, indica.

En ese sentido ofrecen servicios a empresas privadas como parte de programas de responsabilidad social o voluntario corporativo, así como a colegios con temas de concientización.

“Ahora estamos impulsando un modelo enfocado en el voluntariado y turismo internacional, en el que diversas personas pueden venir y por un monto determinado se apoya el proyecto de conservación, donde ellos pueden participar”, resalta.

Alianzas

Desde el inicio del trabajo con las comunidades en pro del cuidado de la vida marina peruana, Planeta Océano llamó la atención de diversas organizaciones. “Empezaron a invitarnos a conferencias internacionales, donde hablaba sobre nuestra experiencia, y así comenzamos a generar alianzas interesantes”.

Ahora, Planeta Océano –que tiene a seis profesionales involucrados– es aliada de la Unesco en su programa para el desarrollo sostenible.

“Estamos enfocados en nuestro primer proyecto internacional que va a conectar a escuelas del Perú con escuelas extranjeras en temas de educación marina”, revela.