Susana Baca, cantante
Una puesta de sol y una caminata en el malecón
“Todo es demasiado ruidoso en Lima, por eso me vine a Cañete. Sin embargo, hay lugares muy bonitos. Algunos se están recuperando y otros producen mucha tristeza verlos.
Rescato el poder sentarnos en los malecones frente al mar y ver la puesta del sol o salir a pasear en las noches de verano. Entre todos, prefiero el de Chorrillos, donde crecí. Aunque la costumbre de caminar se ha perdido con el tiempo porque hay mucha delincuencia.
También recuerdo que mi madre nos llevaba a visitar las ruinas de Pachacámac. Me impresionó ver cómo se habían construido unos ventanales para ver la puesta del sol. En esa época caminábamos y no había tantos visitantes, como ahora. En esa época recorríamos el lugar y era como un palacio del silencio. Era de libre acceso, tanto así que la gente empezó a construir su casa cerca y a adueñarse del espacio”.
Las olas que hicieron a una campeona
Mafer Reyes, surfer
“Mi lugar favorito es la playa Makaha en la Costa Verde porque ahí aprendí a surfear. Ahí crecí y aprendí a correr olas a los 5 años mientras mi mamá vendía raspadillas. Es, por eso, como mi hogar. Hasta ahora creo que Makaha me dio las oportunidades para convertirme en una surfer profesional y subcampeona Mundial ISA. Así como la posibilidad de hacerme una gran persona con aspiraciones para seguir creciendo.
Todos los años, el día de mi cumpleaños, regreso a correr las olas de Makaha. Así recuerdo cómo llegué hasta donde estoy y aprovecho para agradecerlo.
Por eso, creo que podemos ayudar a Lima incentivando y concientizando a las personas a cuidar nuestro mar. Si nosotros mismos no lo hacemos, no podremos exigir que otros lo hagan. Hay que empezar por dar el ejemplo. Y si vemos que ensucian, enseguida hacer respetar nuestras calles y playas. Solo de esa manera, nuestro país será un destino ejemplar y cada vez con más visitantes”.
Donde nació la pasión por los postres
Sandra Plevisani, chef
“Desde que soy chica mi tía abuela me llevaba a la Iglesia de la Merced en el Centro de Lima. Ella era presidenta de la tercera orden y fue a través suyo que conocí todos los postres peruanos porque luego de la misa comíamos en un restaurante llamado Raimondi. Así conocí el ranfañote, el huevo chimbo y el suspiro de limeña. Ahí comenzó mi gusto por la repostería. Mi postre favorito es el suspiro de limeña porque es tan dulce y suave como el suspiro de una mujer de Lima. Y se llama así, suspiro de limeña, no “a la limeña”. El merengue de oporto con la combinación del manjarblanco de yemas es delicioso.
Hasta ahora, como soy muy devota, siempre voy una vez al mes al centro de Lima a hacerle una visita a la Virgen. Me gusta mucho el centro de Lima, tengo muy bonitos recuerdos. Siempre voy, desde que tenía 5 o 6 años, incluso en algún momento llegué a ir en tranvía. En algún momento quise casarme en esa iglesia, pero por el terrorismo de la época no me lo permitieron”.
Una tarde de picarones en la alameda
Edward Venero, diseñador de modas
“Siempre vuelve a mi cabeza la alameda Chabuca Granda, puesto que es un espacio que me recuerda mucho a mi familia, y por lo tanto es mi lugar favorito de la capital.
Especialmente recuerdo caminar por ahí, comer picarones y compartir otros momentos divertidos junto a mis padres y hermanos. Se volvió un lugar muy especial porque, al no ser de Lima, es un espacio en el que disfrutábamos muchísimo en nuestras visitas y cuando ya vivíamos en la capital.
Esto me hace pensar que distritos como Miraflores o San Isidro ya tienen circuitos turísticos establecidos, pero considero que es importante darle valor al Centro de Lima, que tanto tiene por contarnos y decirnos. Creo que un buen recurso o una buena manera de ayudar a Lima a ser un mejor destino. Aunque todo es trabajo en conjunto. Más allá de la labor de la Municipalidad, nosotros, como parte de la ciudad, podemos visitar ciertos espacios y reivindicar su importancia”.