Hugo Goicochea, CEO de Canvia, cuenta con más de 20 años de experiencia liderando proyectos de transformación digital en varios países de Latinoamérica, similar tiempo que lleva jugando golf, su otra pasión fuera de la oficina. Sin embargo, a pesar del tiempo que lo practica, sigue autodenominándose “amateur en la cancha”. Es que, a pesar de la experiencia, dice, siempre uno sigue preparándose y aprendiendo.
¿Qué ha sido lo más complicado de aprender a hacer como líder?
Hay varios aspectos que creo que son desafíos. La comunicación asertiva es un tema fundamental, decir las cosas como son pero con mucho cuidado y tacto. Como se dice, duro con los problemas y suave con las personas. Eso es fundamental para establecer una relación de confianza.
¿Alguna vez sintió que fue duro con la persona y no con los problemas?
Sí, sin duda. Pero parte de la responsabilidad que tenemos las posiciones de liderazgo es revisar cómo hicimos las cosas y cómo podemos mejorar. Obviamente sin hacer parálisis por análisis.
¿Qué ocurrió?
Durante un proceso de cambio muy importante para un cliente grande tuvimos que trabajar todo un fin de semana durísimo, prácticamente estuvimos sin dormir. Recuerdo que el último día alrededor de las 11 de la mañana ocurrió un error técnico de alguien muy experimentado y con mucha capacidad. Recuerdo al cliente muy molesto y desesperado.
¿Cómo fue su reacción?
De molestia. Fui a enfrentar el tema con la persona, preguntarle qué había pasado, decirle: ¿qué has hecho?, mira las consecuencias. Y la verdad es que debí haber considerado la cantidad de horas de trabajo ininterrumpido que llevábamos. Pero me dejé llevar por las emociones. Fue una conversación incómoda, luego lo revisamos con cabeza fría y ahora ya somos buenos amigos.
¿No suele ser cabeza fría para estas situaciones?
No. Por supuesto que no, pero uno va aprendiendo a ver otros ángulos en el análisis frente a esas situaciones en las que uno reacciona con el corazón y a veces muy caliente.
¿Hay más de un líder en la empresa?
No necesariamente el líder formal en el organigrama es el que ejerce. Creo en el liderazgo situacional, aquel que a veces aflora de la persona que tiene mayor conocimiento técnico, y en otro momento, tal vez, de quien tiene mejor interacción con el equipo. Esto es una sinfonía, y parte de ser líder es encontrar en qué momento hacer que las melodías sean más armoniosas y ver en qué momento entra mejor una persona u otra.
¿Qué hace en su tiempo libre?
Juego golf desde hace más de 20 años con un grupo muy simpático y amateur. Me gusta porque es un reto constante, es una competencia contra uno mismo, contra la cancha. Es un deporte en el que gana el que menos ha fallado.
¿Y en qué área del negocio se considera todavía amateur?
Me gustaría aprender a desarrollar más lo relacionado con la responsabilidad social y frente al planeta. Las empresas con propósito son aquellas que van a avanzar en el tiempo.
¿Sobre qué ha reflexionado durante la pandemia?
Soy una persona sociable y me gusta interactuar no solo escuchando, sino interpretando a la otra persona y eso en el mundo virtual es un poco complejo.
Muchas personas cambiaron de trabajo, pero tal vez se les dificulta hacer amigos en el mundo virtual. ¿Qué les recomendaría?
Identificar cuáles son las personas del equipo, sin importar su rango, con las que hay mayor afinidad y buscaría un acercamiento a través del mentoring. Hablaría sobre lo que me preocupa, creo que esa dinámica puede ayudar a sentirse en confianza.