Las grandes ganancias financieras están vinculadas con una mejor salud cardíaca, incluso en etapas posteriores de la vida, y pérdidas significativas con peores resultados cardíacos, según un estudio de 17 años.
Los investigadores publicaron sus resultados en la revista JAMA Cardiology después de analizar datos sobre más de 5.000 estadounidenses de mediana edad sin antecedentes iniciales de enfermedad coronaria para ver cómo perder o ganar dinero afectaba sus corazones.
Si una población se divide en quintos en términos de riqueza, pasar de un quintil al siguiente, o más alto, está relacionado con un riesgo aproximadamente 16% menor de problemas cardíacos en la vejez, dijo el autor principal Muthiah Vaduganathan, cardiólogo de Harvard en Brigham and Women’s Hospital de Boston. Reducir a una quinta parte más pobre de la población está relacionado con un riesgo cardíaco un 15% más alto, señaló el estudio.
El estudio analizó las pérdidas y ganancias importantes a largo plazo en lugar de los altibajos diarios del mercado. “Estamos hablando de impactos sustanciales en la vida de un individuo que pueden cambiar su posición relativa”, dijo el investigador.
Los hallazgos fueron bastante consistentes en todos los niveles de riqueza personal que van desde unos pocos miles de dólares hasta más de US$22 millones: dondequiera que las personas comenzaran, una ganancia financiera significaba un menor riesgo cardíaco y una pérdida significaba lo contrario.
Plusvalía
“Estamos viendo las asociaciones que identificamos en términos de movilidad de la riqueza en todo el espectro de referencia”, señaló Vaduganathan. “Independientemente de dónde comience alguien, los cambios en esos primeros años de la edad adulta parecen pronosticar su estado cardiovascular más adelante”, incluso en el extremo más alto del espectro.
Aproximadamente, dijo, una ganancia de US$100.000 está relacionada con una reducción de 1% en eventos cardiovasculares como ataques cardíacos, derrames cerebrales y arritmias. Y las ganancias en el valor de la vivienda se correlacionan con los beneficios para la salud de igual forma que otras buenas fortunas financieras, encontraron los investigadores.
En general, aproximadamente una cuarta parte de los participantes desarrollaron una enfermedad cardíaca. El estudio no exploró los mecanismos médicos que podrían traducir el estado financiero en salud, aunque citó trabajos anteriores que sugieren que menos dinero tiende a significar un mayor estrés y menos conductas saludables.
Los hallazgos hacen énfasis en la necesidad de crear “políticas que amortigüen las grandes pérdidas de riqueza”, incluidas las facturas médicas excesivas y los litigios, concluyó Vaduganathan.