¿Varias tareas a la vez? El síndrome de las ventanas abiertas puede repercutir directamente en la productividad del colaborador.
¿Varias tareas a la vez? El síndrome de las ventanas abiertas puede repercutir directamente en la productividad del colaborador.

Especialistas en gestión de personas y recursos humanos aseguran que este fenómeno ya se veía hace más de 10 años , relacionándolo con las ventanas el sistema de Windows.

Su principal síntoma es acostumbrarse a hacer varias cosas al mismo tiempo, produciendo de alguna manera una derivación a lo que llamamos el multitasking, hoy en día, relacionado al trabajo virtual o semi presencial en las organizaciones.

“Esto que se llama el síndrome de la ventana abierta o multitasking se potenció en la pandemia, pero los primeros artículos sobre el tema aparecieron hace 15 años. Desde aquel momento ya estábamos acostumbrados a hacer varias cosas al mismo tiempo”, explica Marcelo Melamed, VP de Recursos Humanos de Lumen.

Los especialistas están de acuerdo en que, seguramente quienes practican el síndrome de las ventanas abiertas, tienen la capacidad de manejar hábil y eficientemente varias materias de áreas organizacionales distintas, y de manera eficaz.

Sin embargo, tiene ventajas y desventajas que pueden repercutir en la productividad del colaborador y el equipo de trabajo, afectando principalmente en su falta de foco y concentración.

“Una de las ventajas más importantes es que, implícitamente se están preparando para una gerencia general en dónde se requiere de conocimiento y dominio total de temas. Pero, la desventaja mayor sería la falta de foco y/o concentración en una tarea o área organizacional determinada, por atender varios tópicos distintos”, detalla Ernesto Rubio, gerente general en Ronald Career Group.

Enemigo de la productividad

Por su parte, Giancarlo Ameghino, gerente de gestión y desarrollo humano del Grupo Crosland, explica a Gestión que mientras una persona tiene más ventanas abiertas es menos productiva.

“Somo productivos cuando focalizamos esfuerzos para hacer una sola cosa bien, también cuando nos focalizamos en dos o tres actividades relacionadas al mismo tema, que pueden tener carácter operativo y no de calificación, diseño y análisis”, comenta Ameghino.

En este sentido, la hiperconexión también ha sido parte de este fenómeno, afectando a la misma productividad.

“Hay colaboradores que se han beneficiado con la hiperconexión, fundamentalmente por un claro incremento de la auto responsabilidad, pero también el cansancio por la hiperconexión trae consigo la sensación de nunca terminar la tarea, aumentando así la carga de stress”, detalla Ernesto Rubio.

Consecuencias cognitivas

Desde las ópticas de los especialistas, el síndrome de las ventanas abiertas tiene consecuencias psicológicas y cognitivas en el ámbito laboral y personal del colaborador.

“Se genera estrés, que a su vez desata una exposición de errores en el ámbito laboral, restando eficiencia al trabajo entregado y generando estrés en otras áreas porque no entregaras lo esperado”, añade Giancarlo Ameghino.

Aunque por naturaleza el cerebro ha aprendido a recibir estímulos de diferentes lugares simultáneamente, Marcelo Melamed subraya que “debemos ver qué momentos requieren más de nuestra atención. Poner en práctica el “Be here now” (estar aquí y ahora), en donde lo importante es poner atención cuando es necesario”.

“El síndrome de las ventanas abiertas termina generando una necesidad y un temor a ver qué es lo que nos perdimos. Es un estado de alerta permanente”

Recomendaciones:

  1. Buscar la desconexión digital. Prestar más atención a la familia o actividades familiares.
  2. Realizar yoga o mindfulness. Practicar ejercicios que le permitan relajarse.
  3. Dejar el teléfono. Poner límites a la cantidad de horas que se utiliza el móvil.
  4. Enfoque. Prestar atención a una sola actividad de carácter logístico y de análisis.