Luciana Tello
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La oficina de Óscar Caipo ostenta, en un pequeño espacio, un juego de golf . No es difícil adivinar que el socio principal de KPMG sea un apasionado de este deporte.
Aunque se trate de una disciplina individual, el ejecutivo es un convencido de que los mejores resultados se consiguen en equipo. El hombre de negocios narra, asimismo, que viajar constantemente desde joven le otorgó ventaja para adaptarse a los cambios culturales con facilidad.
- ¿Alguna vez tuvo un jefe malo?
Tuve un jefe que no me motivaba y se llevaba el crédito de mi trabajo. Yo nunca voy a hacer eso con mi equipo. También tuve un jefe ausente. En el trabajo regional no lo veía, todo era por teléfono. No tenía un ‘feeling’ de las situaciones ni señales. Un día recibí una llamada suya y le dije: “¿Qué habré hecho mal?”. Era porque me estaban promoviendo y me pedían ir a Brasil.
- ¿Qué tipo de líder se considera?
Me describo como uno que evoluciona con el tiempo y su organización. De ser un líder más centralista en la toma de decisiones ahora empodero más a mi equipo.
- ¿Es mejor enseñar al equipo o aprender de él?
Es una autopista de dos vías. Al inicio pensaba que yo era el que más tenía que enseñar y con el tiempo me di cuenta de que tenía que aprender más. Una de ellas fue a escuchar más que hablar. No suelo hablar primero ni último en las reuniones para no sesgar las opiniones.
- ¿Tuvo dificultad para trabajar con colaboradores millennials?
Nunca me ha costado trabajar en un ambiente de diversidad. En KPMG el 75% son millennials y ellos tienen una intensidad mayor hacia el propósito. La diferencia es que mi generación es más apegada al legado, a mantener relaciones de mediano y largo plazo.
- ¿Cuándo alcanzó el balance entre su vida personal y laboral?
Lo he ido mejorando. Recuerdo que antes trabajaba con la laptop en la cama. Ahora trato de no hacerlo, pero a veces hago “trampita” y, cuando mi esposa se queda dormida, la saco. Creo que es parte del desarrollo de uno, que tiene que ver también con el equipo. Siento que cada vez mi equipo depende menos de mí en las decisiones y problemas. Entonces, eso me da la tranquilidad para desconectarme.
- ¿Cómo enfrenta los episodios de frustración?
Siendo consciente de que hay cosas que uno controla y otras que no. La frustración y el estrés se producen por no manejar bien las expectativas. Por eso es bueno administrar los puntos de vista. Una dosis de pasatiempos también es importante.
- ¿Cuáles son sus pasatiempos?
Además de estar con mi familia, el golf es una actividad a la que dedico tiempo importante. Los fines de semana juego por lo menos una vez y una mañana en el resto de la semana para estar en forma.
- ¿Qué tanto se exige para tener un buen rendimiento en el golf?
Hace unas semanas quedamos segundos en un torneo. Participo en tres o cuatro al año. En la empresa hacemos uno también e invitamos a clientes y amigos. El golf es una actividad para conocerse más allá del ámbito de negocios. Con mis amigos conozco nuevas canchas, es toda una experiencia.
- ¿Practicarlo es tan difícil como conducir una empresa?
El ‘checklist’ es tan grande para pegarle a la pelotita. Desde cómo agarras el palo, la velocidad, la presión, el ángulo. La cabeza es todo. Debes tener mucha confianza y practicar cada golpe. Puede frustrar, pero viene otro hoyo y la oportunidad de jugarlo bien, sea individual o en equipo.
- ¿Con qué frase se identifica?
“Ganamos o perdemos en equipo, nunca solos”. La uso cuando tenemos problemas para que las personas no se los guarden. En este negocio hay que descargarlos y buscar soluciones. No busco superhéroes ni mujeres maravilla, sino trabajo en equipo.